Empiezo el día dándome una ducha con el agua al rojo vivo para quitarme el frío y la humedad del cuerpo. El día amanece un poco nublado, pero parece que tímidamente asoma el sol entre las nubes.
Hoy por fin llegaremos a Hungría, sabemos que allí la gasolina es más cara así que rellenamos el depósito antes de cruzar la frontera. Un error que cometimos fue llevar los florines cambiados desde España, luego vimos que el cambio que dan allí es mucho mejor.
Tomamos la carretera E65 en dirección Koszeg, que es nuestra primera parada. Es una secundaria bastante estrecha y parcheada, pero es la única forma de llegar.
Koszeg es un pueblo muy pequeño pero que cuenta con un buen número de monumentos e iglesias interesantes, la puerta de los Héroes, la iglesia de San Juan, el ayuntamiento, la Jurisics tér, todo salpicado de callejuelas góticas y barrocas... Además, históricamente tiene su importancia debido a que fue bastión de la resistencia contra la ocupación de Soliman el Magnífico. Visitamos el castillo y dentro de él el museo del mazapán (gratuito), que cuenta con un montón de escenas de cuentos famosos hechas enteramente de mazapán. Nos compramos allí unas barritas de mazapanes de colores que están buenísimas. Durante un buen rato paseamos por el pueblo. Hoy el día está soleado aunque sin calentar y lo peor es que sopla un viento huracanado que por poco te tienes que agarrar a las farolas para no salir volando.
Después de comer salimos para Sopron, a 45 km.El GPS nos marca que la mejor forma para ir es atravesando Austria, nos hacemos un poco de lío porque no queremos transitar las autopistas autriacas ya que no tenemos la viñeta, al final conseguimos llegar sin dar demasiadas vueltas. El viento es cada vez más fuerte y nos preguntamos si seremos capaces de montar la tienda. Buscamos el camping y cuando llegamos resulta que esta cerrado, más bien da la impresión de llevar años cerrado, y eso que aparecía en las guías y también anunciado en unos cuantos carteles a lo largo de la carretera!
Como no hay más campings en la zona, decidimos entonces pasar la noche en un hotel. Elegimos el Hotel Gibraltar (10000 florines/ 39€, A+D) a solo 15 minutos a pie del centro. Tenemos suerte, es la última habitación que les queda.
Sopron está muy cerca de la frontera con Austria por lo que todo el mundo habla alemán. También es un lugar muy frecuentado por los autriacos para realizarse tratamientos dentales a precios notablemente inferiores que en su país, así que por todos lados hay consultas de dentistas. A pesar de que la plaza principal está en obras y de que el viento es tan fuerte que casi no podemos caminar, Sopron nos gusta mucho.
Después de pasear un buen rato por las calles peatonales del centro, cenamos 2 perritos y vamos para la habitación. Al ser domingo está todo cerrado a cal y canto y además el viento que no para está a punto de volvernos locos.
Hoy por fin llegaremos a Hungría, sabemos que allí la gasolina es más cara así que rellenamos el depósito antes de cruzar la frontera. Un error que cometimos fue llevar los florines cambiados desde España, luego vimos que el cambio que dan allí es mucho mejor.
Tomamos la carretera E65 en dirección Koszeg, que es nuestra primera parada. Es una secundaria bastante estrecha y parcheada, pero es la única forma de llegar.
Koszeg es un pueblo muy pequeño pero que cuenta con un buen número de monumentos e iglesias interesantes, la puerta de los Héroes, la iglesia de San Juan, el ayuntamiento, la Jurisics tér, todo salpicado de callejuelas góticas y barrocas... Además, históricamente tiene su importancia debido a que fue bastión de la resistencia contra la ocupación de Soliman el Magnífico. Visitamos el castillo y dentro de él el museo del mazapán (gratuito), que cuenta con un montón de escenas de cuentos famosos hechas enteramente de mazapán. Nos compramos allí unas barritas de mazapanes de colores que están buenísimas. Durante un buen rato paseamos por el pueblo. Hoy el día está soleado aunque sin calentar y lo peor es que sopla un viento huracanado que por poco te tienes que agarrar a las farolas para no salir volando.
Después de comer salimos para Sopron, a 45 km.El GPS nos marca que la mejor forma para ir es atravesando Austria, nos hacemos un poco de lío porque no queremos transitar las autopistas autriacas ya que no tenemos la viñeta, al final conseguimos llegar sin dar demasiadas vueltas. El viento es cada vez más fuerte y nos preguntamos si seremos capaces de montar la tienda. Buscamos el camping y cuando llegamos resulta que esta cerrado, más bien da la impresión de llevar años cerrado, y eso que aparecía en las guías y también anunciado en unos cuantos carteles a lo largo de la carretera!
Como no hay más campings en la zona, decidimos entonces pasar la noche en un hotel. Elegimos el Hotel Gibraltar (10000 florines/ 39€, A+D) a solo 15 minutos a pie del centro. Tenemos suerte, es la última habitación que les queda.
Sopron está muy cerca de la frontera con Austria por lo que todo el mundo habla alemán. También es un lugar muy frecuentado por los autriacos para realizarse tratamientos dentales a precios notablemente inferiores que en su país, así que por todos lados hay consultas de dentistas. A pesar de que la plaza principal está en obras y de que el viento es tan fuerte que casi no podemos caminar, Sopron nos gusta mucho.
Después de pasear un buen rato por las calles peatonales del centro, cenamos 2 perritos y vamos para la habitación. Al ser domingo está todo cerrado a cal y canto y además el viento que no para está a punto de volvernos locos.