Antes de las 6.30h de la mañana ya estoy despierta con los ojos como platos, no porque yo quiera, sino porque unos grajos o cuervos o urracas o lechuzas o todos a la vez no paran de graznar como si se hubieran tragado un altavoz cada uno de ellos. Y esto es lo que peor llevo en los cámpings, la falta de descanso a causa de los ruidos, a los que mi sueño es muy sensible. Me incrusto tapones de silicona en los oidos, pero nada. Tampoco le echo toda la culpa al camping, hay muchos hoteles en los que conciliar el sueño es misión imposible.
Nos levantamos sobre las 7.30h, vamos a las duchas (correctas) y seguidamente desayunamos.
Nos ponemos en marcha y a las 10 de la mañana ya estamos buscando aparcamiento en Bled, a 50km de la capital. Dejamos el coche en un párking descubierto (3€/ 5horas) y tomamos el sendero que baja hasta el lago. La vista me deja sin respiración. Es uno de los lugares más maravillosos que haya podido contemplar. El color turquesa de las aguas del lago, rodeado por impresionantes montañas, el azul del cielo, la quietud del paisaje... un rincón de ensueño. En medio del lago hay una isla en la que se levanta la iglesia de Sta María de la Asunción, es posible cruzar hasta ella tomando una barquita de remos, llamadas pletnas. Ésta es la única isla de Eslovenia.
Comenzamos a seguir el camino que bordea el lago, por entre los árboles, es un paseo que nadie debería perderse. En él encuentras bancos para sentarse e incluso alguna que otra “playa” en la que está permitido el baño, no así ninguna fuente por lo que es aconsejable llevar agua. Unas doscientas fotos después, nos encontramos a los pies del castillo de Blejski, decidimos subir hasta él para disfrutar de la vista desde la altura. Nuestro gozo en un pozo, está dispuesto de tal manera que o pagas la entrada o te quedas sin vista. Nosotros no entramos, no parecía muy interesante la visita excepto por la panorámica, claro, y eran 8€/persona.
Descendemos y terminamos el paseo alrededor del lago. Comemos allí mismo. A esta hora ya hay muchísima gente, yo creo que es mejor ir por la mañana como hicimos nosotros y no había casi nadie.
Ahora nos dirigimos a Kranj, un pueblo en dirección a Ljubljana. Hay parquímetro (1€/1h). Paramos a tomar algo y luego damos una vuelta por el centro que es pequeñísimo (1 calle + 1 plaza + 1 iglesia) y no demasiado interesante, pienso que se puede obviar esta visita, además estaba todo el pueblo en obras.
Continuamos hasta el siguiente pueblo, Skofja Loka. En un aparcamiento a la entrada del pueblo nos encontramos con una pareja de catalanes que tienen allí aparcada su pedazo de autocaravana que es casi como un autocar. Charlamos un rato grande con ellos y después vamos a ver el pueblo. Es muchísimo más bonito que el anterior, con su castillo fortificado reconstruido en el s.xvi tras un terremoto, la plaza mestni trg y las numerosas casas del S.xv. La casa Žigon, del siglo XVI es hoy sede del ayuntamiento.
Nos sentamos en la plaza a descansar y una pareja de ancianos del pueblo intenta entablar conversación con nosotros. La comunicación es un poco difícil, él habla algo de alemán y nosotros...en fin, vamos a dejarlo. Al final, entendemos que quieren que vayamos a ver una exposición que hay en el pueblo de un pintor local y así lo hacemos.
Sobre las 19h estamos de vuelta en el cámping y ya no nos movemos de allí, cenamos tranquilamente, damos un paseo y a dormir hasta que los pájaros y sus graznidos lo permitan.
Nos levantamos sobre las 7.30h, vamos a las duchas (correctas) y seguidamente desayunamos.
Nos ponemos en marcha y a las 10 de la mañana ya estamos buscando aparcamiento en Bled, a 50km de la capital. Dejamos el coche en un párking descubierto (3€/ 5horas) y tomamos el sendero que baja hasta el lago. La vista me deja sin respiración. Es uno de los lugares más maravillosos que haya podido contemplar. El color turquesa de las aguas del lago, rodeado por impresionantes montañas, el azul del cielo, la quietud del paisaje... un rincón de ensueño. En medio del lago hay una isla en la que se levanta la iglesia de Sta María de la Asunción, es posible cruzar hasta ella tomando una barquita de remos, llamadas pletnas. Ésta es la única isla de Eslovenia.
Comenzamos a seguir el camino que bordea el lago, por entre los árboles, es un paseo que nadie debería perderse. En él encuentras bancos para sentarse e incluso alguna que otra “playa” en la que está permitido el baño, no así ninguna fuente por lo que es aconsejable llevar agua. Unas doscientas fotos después, nos encontramos a los pies del castillo de Blejski, decidimos subir hasta él para disfrutar de la vista desde la altura. Nuestro gozo en un pozo, está dispuesto de tal manera que o pagas la entrada o te quedas sin vista. Nosotros no entramos, no parecía muy interesante la visita excepto por la panorámica, claro, y eran 8€/persona.
Descendemos y terminamos el paseo alrededor del lago. Comemos allí mismo. A esta hora ya hay muchísima gente, yo creo que es mejor ir por la mañana como hicimos nosotros y no había casi nadie.
Ahora nos dirigimos a Kranj, un pueblo en dirección a Ljubljana. Hay parquímetro (1€/1h). Paramos a tomar algo y luego damos una vuelta por el centro que es pequeñísimo (1 calle + 1 plaza + 1 iglesia) y no demasiado interesante, pienso que se puede obviar esta visita, además estaba todo el pueblo en obras.
Continuamos hasta el siguiente pueblo, Skofja Loka. En un aparcamiento a la entrada del pueblo nos encontramos con una pareja de catalanes que tienen allí aparcada su pedazo de autocaravana que es casi como un autocar. Charlamos un rato grande con ellos y después vamos a ver el pueblo. Es muchísimo más bonito que el anterior, con su castillo fortificado reconstruido en el s.xvi tras un terremoto, la plaza mestni trg y las numerosas casas del S.xv. La casa Žigon, del siglo XVI es hoy sede del ayuntamiento.
Nos sentamos en la plaza a descansar y una pareja de ancianos del pueblo intenta entablar conversación con nosotros. La comunicación es un poco difícil, él habla algo de alemán y nosotros...en fin, vamos a dejarlo. Al final, entendemos que quieren que vayamos a ver una exposición que hay en el pueblo de un pintor local y así lo hacemos.
Sobre las 19h estamos de vuelta en el cámping y ya no nos movemos de allí, cenamos tranquilamente, damos un paseo y a dormir hasta que los pájaros y sus graznidos lo permitan.