Nos levantamos a las 9. Hemos dormido bastante bien.
Bajamos a desayunar. Coincidimos con más huéspedes, casi todos ellos españoles. Desayunamos muy bien, con varios dulces típicos marroquíes.
Nos vamos a la estación de tren.
Esperamos en el andén unos 15 minutos. Nos hemos puesto a esperar donde para el primer vagón y el nuestro es el último, así que nos toca correr.
En nuestros asientos hay una chica y todo su equipaje, así que nos sentamos en otros.
El viaje dura 4 horas pero no se nos hace nada pesado. Llegamos a Fez a las 3 de la tarde. Nos está esperando un taxista con un cartel con nuestro nombre. Lo habíamos reservado con el hotel porque nos cobraban lo mismo que nos iba a costar un taxi allí.
En 10 o 15 minutos llegamos a un parking donde nos está esperando la dueña del hotel. Un chico coge nuestras mochilas y se las lleva en un carrito. Seguimos a la mujer por unas callejuelas estrechas llenas de basura. El hotel, riad Dar Melody, está al final de un callejón que da miedo.
El camino al hotel ha sido bastante impactante, incluida la rata muerta en la esquina del callejón. Aún así, el hotel está muy bien. La habitación es espectacular y enorme. Creo que nunca había estado en una habitación tan grande!!! La verdad es que la casa es preciosa.
Subimos a la terraza. Hay unas vistas muy buenas de la medina.
A las 4 salimos a dar una vuelta. Hemos leído en la guía que llevamos (Lonely Planet), y la señora del riad nos lo ha confirmado, que es muy fácil perderse en la medina. Enseguida nos damos cuenta. La medina es una maraña de calles atestadas de gente, puestos y basura, que son iguales entre ellas y ninguna tiene nombre. Sacar el mapa es una tontería porque casi no te vale para nada.
Por suerte hay algunas señales que te indican distintas rutas que puedes hacer visitando ciertos monumentos.
Decidimos seguir una de las señales. Después de un rato callejeando parece que, más o menos, nos hemos situado. Al menos creemos que sabríamos llegar al hotel.
Después de dar una vuelta, vamos a un hotel donde sabemos que hay alcohol. Nos merecemos una cerveza

El primer taxista que paramos no nos entiende así que vamos a por otro. Nos pide 30D y lo dejamos en 25. No tenemos ganas de regatear mucho porque está jarreando. Lleva lloviendo casi toda la tarde.
De la plaza donde nos deja el taxi al hotel llegamos sin problemas. Vamos andando a toda leche. Está jarreando, se nos enfrían las pizzas y las calles no dan muy buen rollo por la noche. Y eso que todavía hay algún puesto abierto. Supongo que cuando nos acostumbremos a las medinas de Marruecos, nos moveremos sin problemas.
Llegamos al hotel a las 20:30. Cenamos, nos tomamos una coca-cola y a dormir.
En Fez vamos a estar 2 noches así que mañana nos espera un día tranquilo paseando por una de las medinas más auténticas de Marruecos.