Nos levantamos un poco tristes porque sabíamos que se nos acababa lo bueno, pero satisfechos por haber disfrutado mucho de la ciudad. Después de desayunar en una cadena I-hop que teníamos delante del hotel (os lo recomiendo abiertamente, vais a ALUCINAR con sus desayunos), nos dispusimos a visitar la ciudad a pie. Nos dirigimos a una de las paradas de Cable Car para coger el tranvía, algo absolutamente imprescindible si visitas San Francisco. Os comento que si no queréis pagar el Muni Pass (que seguro os sale más a cuenta), podéis pagarle en mano al vigilante del tranvía, pero cada viaje os sale por unos 6 dólares, de modo que en la medida que podáis comprad un Muni Pass que os dará acceso a todo tipo de transporte público por un puñado de dólares. Nosotros no lo hicimos porque solo nos montamos un par de veces, pero realmente vale la pena sacar el ticket si lo vas a usar a menudo. Si queréis ver el famoso cambio de dirección manual del Cable Car lo podréis hacer en el cruce entre Powell Street y Market Street, donde se agolpa un montón de gente para verlo.
El último día lo íbamos a dedicar a la zona de Union Square, Civic Center, Soma, Nob Hill, Chinatown y North Beach, además de ultimar algunas compras y regalos. Por esta zona es ideal moverte en tranvía, las líneas Powell-Hyde, Powell-Mason y California Street recorren distintas rutas, casi todas las más turísticas. En Union Square encontraréis todas las tiendas y zonas comerciales (por ejemplo la famosa tienda de Apple, Macy’s o Moscone Convention Center), mientras que si buscáis compras más económicas las encontraréis en Chinatown, el barrio chino más grande de EEUU, muy bien cuidado y que nada tiene que ver con el de Nueva York. Realmente parece que estás en la China, las calles están llenas de farolillos y decoración típica, además de poseer una entrada al barrio espectacular, pues para acceder al barrio debes pasar por una puerta enorme decorada al más estilo chino. También encontraréis aquí los famosos balcones pintados, conocidos como Waverly Place. Muy cerca tenéis el Distrito financiero, por el que vale la pena dar una vuelta pero en el que únicamente destaca la Transamerican Pyramid, torre con forma triangular más alta de la ciudad.
Aunque no lo creáis ESTO es un desayuno
Lombard Street, la calle con más curvas del mundo
Puerta de acceso al barrio de Chinatown
Transamerican Pyramid, en el distrito financiero
Pagoda en Japantown
Paseadores de perros...¡existen!
En la zona de Civic Center podréis contemplar el Ayuntamiento y Japan Town, el barrio japonés del que antes os hablé. Si queréis visitar el barrio italiano, dirigiros a North Beach, tiene un encanto especial y es un lugar ideal para una cena romántica, jeje, mientras que cerca de Embarcadero localizaréis la Coit Tower, donde se puede subir por unos 7 dólares y contemplar las vistas de la ciudad. Nosotros no subimos por falta de tiempo. Nob Hill es conocida por sus cuestas, las típicas calles que salen en las películas de San Francisco y por la Grace Cathedral, que por cierto no vimos porque se nos echaba el tiempo encima.
Nos pasamos el día visitando todos los barrios que pudimos, hasta caer rendidos. Nuestro viaje se acababa y debíamos preparar la vuelta, de modo que después de un agotador día, nos fuimos al hotel y preparamos las maletas y demás. Nos teníamos que levantar tempranísimo, a las 4.30h de la madrugada para dejar el coche de alquiler de vuelta al aeropuerto y coger nuestro avión, que salía a las 06:30h de la mañana.
El último día lo íbamos a dedicar a la zona de Union Square, Civic Center, Soma, Nob Hill, Chinatown y North Beach, además de ultimar algunas compras y regalos. Por esta zona es ideal moverte en tranvía, las líneas Powell-Hyde, Powell-Mason y California Street recorren distintas rutas, casi todas las más turísticas. En Union Square encontraréis todas las tiendas y zonas comerciales (por ejemplo la famosa tienda de Apple, Macy’s o Moscone Convention Center), mientras que si buscáis compras más económicas las encontraréis en Chinatown, el barrio chino más grande de EEUU, muy bien cuidado y que nada tiene que ver con el de Nueva York. Realmente parece que estás en la China, las calles están llenas de farolillos y decoración típica, además de poseer una entrada al barrio espectacular, pues para acceder al barrio debes pasar por una puerta enorme decorada al más estilo chino. También encontraréis aquí los famosos balcones pintados, conocidos como Waverly Place. Muy cerca tenéis el Distrito financiero, por el que vale la pena dar una vuelta pero en el que únicamente destaca la Transamerican Pyramid, torre con forma triangular más alta de la ciudad.
Aunque no lo creáis ESTO es un desayuno
Lombard Street, la calle con más curvas del mundo
Puerta de acceso al barrio de Chinatown
Transamerican Pyramid, en el distrito financiero
Pagoda en Japantown
Paseadores de perros...¡existen!
En la zona de Civic Center podréis contemplar el Ayuntamiento y Japan Town, el barrio japonés del que antes os hablé. Si queréis visitar el barrio italiano, dirigiros a North Beach, tiene un encanto especial y es un lugar ideal para una cena romántica, jeje, mientras que cerca de Embarcadero localizaréis la Coit Tower, donde se puede subir por unos 7 dólares y contemplar las vistas de la ciudad. Nosotros no subimos por falta de tiempo. Nob Hill es conocida por sus cuestas, las típicas calles que salen en las películas de San Francisco y por la Grace Cathedral, que por cierto no vimos porque se nos echaba el tiempo encima.
Nos pasamos el día visitando todos los barrios que pudimos, hasta caer rendidos. Nuestro viaje se acababa y debíamos preparar la vuelta, de modo que después de un agotador día, nos fuimos al hotel y preparamos las maletas y demás. Nos teníamos que levantar tempranísimo, a las 4.30h de la madrugada para dejar el coche de alquiler de vuelta al aeropuerto y coger nuestro avión, que salía a las 06:30h de la mañana.