Web oficial del hotel: www.ramada.com/ ...l-overview
Web oficial Los Angeles: www.lacity.org/
Nuestro vuelo salía a las 10:30h de la mañana pero sobre las 06:00h ya estábamos despiertos ultimando los detalles. A la llegada al aeropuerto facturamos las maletas sin novedad y esperamos en nuestra terminal a la salida del avión. La compañía era US Airways, con la que ya hemos volado otras veces y que conocemos bastante bien. La comida pasable y los asientos aceptables. Después de casi 7 o 8 horas, (no lo recuerdo bien) llegamos al aeropuerto de Philadelphia, donde nos esperaban los de inmigración. La gente, al salir del primer avión corría (literalmente) para llegar de los primeros. A veces funciona y otras no, porque dependerá de lo rápido que vayan en la cola que escojas. Después de unas preguntillas de rigor (que a que me dedico, si estoy casada, si llevo más de 10.000 dólares encima o porque vengo a los EEUU), te dejan pasar y puedes recoger tu equipaje, que esta justo después. Si tenéis problemas con el idioma os recomiendo que busquéis en la cola a algún agente que tenga rasgos hispanos, a menudo hablan el español sin problemas. Una vez recogimos nuestras maletas sin ningún percance, fuimos directos a pasar la aduana, donde otra vez debes enseñar pasaporte, etc. Como lo pasamos todo sin incidencia alguna, nos fuimos a comer algo y a descansar un poco de tanto estrés. Una hora y media después salía nuestro vuelo hacia Los Ángeles, nos quedaban 6h más de avión, un auténtico horror.
Llegamos molidos a la ciudad, que por cierto tiene un tamaño espectacular (casi 100 km de largo, o sea, la distancia que hay entre Barcelona y Girona!). Una vez recogimos las maletas (otra vez sin ningún incidente y con una puntualidad sorprendente), nos fuimos directos a coger la Shuttle, un pequeño autobús urbano gratuito que te lleva a las compañías de alquiler de coche. Cada autobús tiene un color asignado con su respectivo cartel (Hertz verde, Avis azul...), así que no tiene pérdida. Al llegar a AVIS nos tramitaron nuestra reserva sin problemas. Decidimos pagar allí el depósito de gasolina (54 euros). Una vez nos explicaron el funcionamiento del coche, un Mazda 3 de cinco puertas totalmente nuevo, nos pusimos a practicar un poco por el parquing de la zona para hacernos con él. En nuestra vida habíamos conducido un automático y la verdad es que no es difícil, pero como todo, debes acostumbrarte. Para empezar solo tiene dos pedales, y el cambio de marchas sirve para seleccionar la posición que nos interesa (D "Drive" para circular, P "Parking", para cuando acabamos de estacionar, N "Neutral", equivalente al punto muerto y R "Reverse", para la marcha atrás). Con solo soltar un poco el acelerador el coche se pone en marcha. La dificultad en estos casos es conseguir controlar tu pierna izquierda, con la que por instinto intentas embragar. En cuanto nos sentimos seguros pusimos el GPS con la dirección del hotel y marchamos hacia allí. En menos de 20 minutos estábamos haciendo el check inn. Un consejo que creo interesante es buscar hoteles con parquing incluido. No queríamos tener que ponernos a buscar, primero por el cansancio acumulado y segundo por seguridad, Los Ángeles no es la ciudad más segura de noche, que digamos. Metimos el coche en el hotel, descargamos y nos enseñaron la habitación. Sorprendentemente comprobamos que, a pesar de haber solicitado una habitación con cama de matrimonio, nos habían dado una con camas separadas, pero estábamos tan cansados que ni siquiera pedimos cambios, en 15 minutos nos habíamos quedado dormidos.
Llegamos molidos a la ciudad, que por cierto tiene un tamaño espectacular (casi 100 km de largo, o sea, la distancia que hay entre Barcelona y Girona!). Una vez recogimos las maletas (otra vez sin ningún incidente y con una puntualidad sorprendente), nos fuimos directos a coger la Shuttle, un pequeño autobús urbano gratuito que te lleva a las compañías de alquiler de coche. Cada autobús tiene un color asignado con su respectivo cartel (Hertz verde, Avis azul...), así que no tiene pérdida. Al llegar a AVIS nos tramitaron nuestra reserva sin problemas. Decidimos pagar allí el depósito de gasolina (54 euros). Una vez nos explicaron el funcionamiento del coche, un Mazda 3 de cinco puertas totalmente nuevo, nos pusimos a practicar un poco por el parquing de la zona para hacernos con él. En nuestra vida habíamos conducido un automático y la verdad es que no es difícil, pero como todo, debes acostumbrarte. Para empezar solo tiene dos pedales, y el cambio de marchas sirve para seleccionar la posición que nos interesa (D "Drive" para circular, P "Parking", para cuando acabamos de estacionar, N "Neutral", equivalente al punto muerto y R "Reverse", para la marcha atrás). Con solo soltar un poco el acelerador el coche se pone en marcha. La dificultad en estos casos es conseguir controlar tu pierna izquierda, con la que por instinto intentas embragar. En cuanto nos sentimos seguros pusimos el GPS con la dirección del hotel y marchamos hacia allí. En menos de 20 minutos estábamos haciendo el check inn. Un consejo que creo interesante es buscar hoteles con parquing incluido. No queríamos tener que ponernos a buscar, primero por el cansancio acumulado y segundo por seguridad, Los Ángeles no es la ciudad más segura de noche, que digamos. Metimos el coche en el hotel, descargamos y nos enseñaron la habitación. Sorprendentemente comprobamos que, a pesar de haber solicitado una habitación con cama de matrimonio, nos habían dado una con camas separadas, pero estábamos tan cansados que ni siquiera pedimos cambios, en 15 minutos nos habíamos quedado dormidos.
Hotel: Ramada Downtown Convention Center Los Angeles, 1901 West Olympic Blvd. Downtown (90006 Los Angeles Area - Ca). 270 euros por tres noches (352 dólares aprox). Desayuno incluido.
Nuestra habitación en el Ramada Downtown