Martes, 13 de noviembre
¡ CUMPLEAÑOS DE MI CHICA!
La despierto con un ¡FELICIDADES! cariñoso y nos vamos a dar una vueltecita para ir conociendo el hotel. Aunque son las 06:30 A.M. el restaurante está abierto y aprovechamos para desayunar (buffet bestial).

A las 08:00 nos acercamos al centro de buceo y contratamos una inmersión (nos prometen que veremos tiburones puntas negras, tortugas y tiburón limón). Finalmente buceamos rodeados constantemente por unos quince puntas negras, dos carángidos gigantescos y peces ballesta Titán, vemos además dos morenas, el tiburón limón está tímido y no ha aparecido. El espectáculo culmina cuando el guía abre una bolsa con pescado y vacía el contenido, todos los peces, grandes y pequeños (tiburones incluidos) se vuelven locos para comer, ¡ES LA ANARQUÍA TOTAL! No recuerdo exactamente los precios, pero más o menos el precio de cada inmersión con préstamo de equipo era de unos 60 € por persona y el del vídeo que nos hicieron también unos 60€ también, nada barato pero como ya no teníamos cámara subacuática algo teníamos que llevar de recuerdo.

En esta isla el coral también está destrozado culpa de un ciclón fuerte que pasó por allí hace unos años. Al volver a la habitación encontramos encima de la mesilla un sobre dirigido a la cumpleañera, contiene una felicitación de la dirección del hotel y una invitación para un cóctel después de la cena.
Como todavía es pronto, cuando volvemos de bucear, solicitamos un coche de alquiler en la recepción del hotel. Nos recogen los de AVIS y nos llevan a su oficina cerca del puerto, allí alquilamos un Citroen C1 (por cuatro horas, 8150 xpf, 68 €, sí, aquí los coches se pueden alquilar por horas, no sólo por días), y nos vamos a dar la vuelta a la isla. Por cierto, Ulla, la chica que reserva las actividades en nuestro hotel ha estado casada diez años con un canario (persona nacida en las Islas Canarias, que no animalito con plumas) y estuvo viviendo allí, así que habla español perfectamente. Le decimos que tenemos de regalo una cena en el restaurante K, lo comprueba, nos lo confirma y ya que hoy estamos de cumpleaños nos dice que vayamos esta noche, que nos prepararán una tarta (le pregunta a la cumpleañera de qué la quiere) y que además nos invitarán a champán. ¡Esta chica es un cielo!
Al pasar por el mirador que hay encima del hotel aprovechamos para fotografiar el hotel desde arriba con playa Temae, las vistas son increíbles.

Comemos en el pueblo de Maharepa, en CARAMELINE (pastelería muy buena y además restaurante, que para eso nos habíamos informado por internet antes de venir). Dos hamburguesas, dos hinano y patatas fritas 2900 xpf, 24,3 €, ¿quién ha dicho que Polinesia es cara?.
Descubrimos las bahías de Oponohu y Cook y además subimos al mirador del monte Belvedere desde donde se pueden ver las dos bahías a la vez.

Continuamos ruta parando en Papetoai para ver la iglesia octogonal (inaugurada por la reina Pomare III), vamos viendo el árbol del pan por todas partes y seguimos ruta hasta completar la vuelta a la isla. Antes de devolver el coche, en el Champion de Vaiare compramos unas hinano y agua para llevar al hotel, rellenamos el depósito del auto 4.5 litros, 860 xpf, 7,2€ y lo devolvemos a AVIS, por supuesto nos llevan de nuevo hasta el hotel. En el súper nos hemos encontrado con Ulla y nos ha recomendado que las compras de regalos las hagamos en Papeete que está todo más barato. De paso le hemos preguntado por un alquiler de quads para el día siguiente y desde su teléfono particular nos ha hecho la reserva, ¿se puede ser más atenta?


El resto de la tarde lo dedicamos a la playa y a la piscina de horizonte infinito mientras hacíamos tiempo para la cena.

¡Cena romántica! En el resturante K nos sitúan bajo una carpa, aislados del resto de comensales. Pedimos de entrante atún rojo con canónigos y una ensalada, de segundo langosta (gigantesca) y vieiras, todo acompañado de una generosa guarnición. De postre tarta de chocolate -especial de cumpleaños-, viene con velitas y la camarera cantando el Happy Birthday muy suave para que no molestar a los demás comensales.

Durante la cena hay espectáculo polinesio de vahinés danzantes, todo ello muy suavecito, tanto la música como el baile, aquí no se trata de menear las caderas a toda máquina, va a tono con el ambiente del restaurante.

Para nuestra sorpresa nos pasan un cargo suplementario por la cena, a pesar de que la teníamos incluida por invitación de la agencia de viajes. Hay que añadir que también se les olvida poner el champán.

Terminamos la velada en el bar Vue tomando unos Maitai, el de la cumpleañera es invitación del hotel por su onomástica. (1500 xpf, 12,6 €, es lo que pago yo por el mío, que no es moco de pavo).

¡A la cama! (Lo que ahí pasó no lo voy a contar aquí)


