Bueno amanece el último día en Ubud pero esta vez no vendrían a recogernos Cristina y Putu. El planing de hoy es conocer Ubud y disfrutar de sus calles. Primero nos dirigimos al Monkey Forest, a unos 10 minutos caminando desde nuestro hotel.
La entrada son 20.000 Rupias por persona y te dan unas indicaciones básicas para que los monos te dejen en paz. Básicamente, guardar todo en la mochila!!!. Dentro comenzamos por lo más importante que es el templo. Para entrar hay que ponerse en Sarong, que es gratis, bueno piden un donativo…Está muy chulo porque tienen bonitas esculturas en piedra y como siempre el entorno es fascinante.
Cuando salimos vemos como un mono se engancha a la pierna de una guiri, empieza a coger confianza y se pone en el hombro, ¡¡¡como si fuera un loro!!!


Luego seguimos a ver el cementerio de monos, nada importante pero ya que estás allí habrá que verlo ¿no? En el centro de todos los caminos hay una fuentecilla, dónde los monos se bañan y juegan, vimos a uno tirarse a ¡¡¡Bomba!!! Nos hizo mucha gracia porque el jodio encogía las piernas y todo para salpicar más. La verdad es que es muy recomendable visitar el Monkey Forest, porque es muy chulo y por las risas que te pasas con los monos.

Decidimos salir por el otro acceso para ir por la calle paralela a la que entramos y que nos lleva directos al Mercado de Ubud, el Palacio real y demás. Por el camino, multitud de tiendas, Warungs (bares donde comer) sitios de masaje, etc.

Nuestro primer destino fue el Mercado de Ubud, es un grupo de tiendas en el centro de la ciudad, allí se pueden encontrar todo tipo de artículos desde una sarong, un cuadro o una tarrina de fruta. Evidentemente los precios están muy inflados y en todos nuestros regateos conseguimos las cosas que queríamos por debajo de la mitad que piden, por ejemplo, una figura tallada en hueso pagamos 60.000 Rupias, pedían 150.000 Rupias. Están demasiado espabilados me parece a mí y buscan colártela.

En la misma acera del Palacio Real está el cafe loto.

Cruzamos la calle para visitar el Palacio Real, que la verdad, no tiene gran cosa pero bueno, siempre está bien verlo y recrearnos en las figuras talladas en piedra. Un poco más adelante por la misma acera está el café Lotto, sin duda un sitio muy recomendable. Y esto es Ubud, el resto es andar y disfrutar del ambiente.
Por ejemplo, vereis muchas de estas por Bali...

A la vuelta por la misma calle que salimos del Monkey Forest, paramos a comer en el Warung Garasi, un sitio con buena pinta y con motos por todos lados (de exposición) comimos Nasi Goreng, Mei Goreng y Alitas de pollo fritas (no recuerdo el nombre Balines) con dos coca colas por 85.000 Rupias. Mientras comíamos, enfrente había un sitio de masajes y la gente salía muy feliz así que…después de comer ¡¡¡Masajito!!! Cogimos el masaje Balines de una hora con aceite, en total 120.000 Rupias los dos más 20.000 Rupias que dejamos de propina. Que gozada, aunque el masaje Thai te deja como nuevo al día siguiente…el Balinés es la pera, que relajación por Dios!!! Las chicas muy profesionales, nos metieron en una habitación con dos camas y corrieron las cortinas para tener privacidad, en el suelo tenían agua de flores que las olías todo el rato y escuchábamos música relajante, la verdad es que muy bien y menos de 10€.
Terminamos nuestro masajito y dimos los últimos paseos por Ubud antes de ir a cenar. Picamos algo en unos puestos que estaban cerca del Hotel, una mazorca de maíz, unos pinchitos y pollo frito. Todo con muy buena pinta y barato, 5.000 rupias la mazorca, casi nada.