Cuarta etapa:
Rouffignac – Montignac – St. Amand de Coly – St. Leon sur Vezere – La Roque Saint Christophe
En el desayuno coincidimos con unas holandesas con las que cambiamos impresiones en un poco de castellano y un poco de inglés sobre la situación actual en Europa. Según ellas las cosas no van tan bien en Holanda como parece, pero claro, todo es relativo supongo. No profundizamos porque nos tenemos que marchar. De todas formas lo que sí encontramos es sobre todo turismo francés obviamente y luego muchos holandeses y británicos, también alemanes. Italianos poquitos y españoles algo más, pero tampoco muchos en relación a los anteriores.
Partimos hacia Rouffignac pues conseguir entrar a las cuevas de Font de Gaume es, según nos ha explicado Sara, la dueña de la casa, casi misión imposible. No se pueden reservar ni por teléfono, ni por internet, ni por ningún otro medio que no sea estar presente en la entrada a primerísima hora de la mañana. Nos decantamos por ir a las de Rouffignac. Llegamos alrededor de las 9:30 y no tenemos ningún problema para conseguir el ticket (6,50 euros p/p). Apenas tenemos que esperar 20 minutos para entrar. Conviene llevar ropa de abrigo pues dentro de la cueva hace fresco. La visita se realiza en un tren eléctrico que te adentra alrededor de un kilómetro en la gruta. Dura alrededor de una hora. Las explicaciones en francés. La parte que entiendo me parece interesante. El tren concluye su recorrido en una sala con varios mamuts dibujados con dióxido de manganeso y otros hechos con líneas arañadas en la roca con algún instrumento punzante. Nos parecen interesantes y muy bien hechos, muy reales. Hay muchos y arriba tenéis un hipervínculo para leer, si queréis un artículo sobre la cueva de los cien mamuts. Nos queda un gusto de autenticidad que echaremos a faltar luego en Lascaux II.

Rouffignac
Arrancamos el coche para ir hasta Montignac. Las entradas para la réplica de Lascaux hay que comprarlas en la oficina de turismo del propio Montignac. Son 9,70 euros y nos dan hora para las 16:10. Podía haber sido antes, para las dos de la tarde pero decidimos comer en Montignac, dar una vuelta por el pueblo que no tiene gran cosa y acercarnos hasta Saint Amand de Coly.
Comemos en una crepería que está justo pasando el puente hacia la oficina de turismo. Se llama la Triskell y comemos en una terraza con vistas al río Vezère. La atención magnífica y comemos bien por unos 30 euros. Después damos una vuelta por Montignac.


Montignac
Hace calor y ponemos rumbo a Saint Amand de Coly. El pueblo es pequeñito, pero la abadía es impresionante, más por fuera que por dentro. Viendo los muros hacía recordar a la película “el nombre de la rosa” salvo porque teníamos un sol radiante y un calor de mil demonios. Los muros son impresionantes y más te impresiona saber que sólo es una parte de lo que fue en su día.

Saint Amand de Coly
Recogemos los bártulos otra vez y llegamos a Lascaux II. Aparcamos sin ningún problema y esperamos para realizar la visita. La réplica diría que está bien conseguida pero la entrada es carísima. Las explicaciones, en francés, son buenas pero te quedas con el reconcome de que estás viendo algo artificial. Pueden ser tonterías nuestras pero no salimos tan contentos como hemos salido de Rouffignac aún reconociendo que el trabajo realizado es muy bueno y que, lógicamente, si se quiere preservar el patrimonio, algo hay que perder por el camino. Hay que advertir que si algún niño llora o se pone pesado se invita al progenitor a salir con él afuera para no entorpecer las explicaciones a los demás.

Lascaux II
Enfilamos hacia Saint Leon sur Vezère. El pueblo es pintoresco y hay animación en el río. La gente que anda con las canoas aprovecha para bañarse y tirarse de un pequeño acantilado que hay sobre el río. Algún joven se tira desde bastantes metros. Damos un paseo por el pueblo y hacemos algunas fotos al castillo y a la iglesia. El pueblo es bonito pero en una horita se ve.
Saint Leon sur Vezère
Otra vez en marcha para llegar a última hora de la tarde (19:00) a la Roque Saint Christophe. Entrar en la ciudad troglodita cuesta 8 euros p/p. Puedo cambiar unas palabras en euskera con un vendedor de ticket de Bayona. Me hace ilusión. Mi mujer se queda en el coche descansando. El abrigo se recorre en tres cuartos de hora o una hora. Te dan un mapa del recorrido donde van señalando con números las diferentes estancias y sus correspondientes explicaciones en castellano. Las vistas sobre el río son muy bonitas pero el precio de la entrada me parece un pelín exagerado.



La Roque Saint-Christophe
Vamos a cenar en Sarlat pero antes paramos en la maison forte de Ressignac para sacar una foto. No entramos. Andamos mal de tiempo.

La Maison Forte de Ressignac
Cenamos en Sarlat en chez le Gaulois, que está en la Rue Tournay. Especialidad en embutidos y charcutería en general. Tenemos que esperar pero la camarera promete guardarnos la vez así que damos una vuelta por Sarlat y regresamos. La camarera cumple su promesa y voilà, enseguida tenemos mesa. Muy amables las camareras y el sitio es agradable, lleno de gente eso sí. La charcutería sin más: al lado de los chorizos, lomos y jamones que hay por aquí, no hay color. Hay también ensaladas y lo típico de la zona, pero no nos llama especialmente la atención. Igual no acertamos con lo que pedimos, también puede ser. Salimos por unos 30 euros con bebida, cerveza y sidra. Después un heladito y a por el coche, que hemos aparcado más cerca del centro pues hemos llegado por otra zona.