Dado que Koh Tao no tiene aeropuerto, sólo se puede llegar allí por mar, usando alguno de los ferrys que unen las islas entre sí y con el continente. Para ello, simplemente hay que coger un taxi hasta el embarcadero y comprar un billete, yo probé a SeaTrans y a Lomprayah y, sin dudarlo, me quedo con Lomprayah, podéis ver precios (los mismos) y horarios en su página web www.lomprayah.com.
El viaje en sí dura media hora hasta Koh Phangan (donde la famosa full moon party, nada que no puedas encontrar en Ibiza), haciendo escala ahí -donde se baja casi todo el mundo-, y otra hora y media hasta Koh Tao. El precio son 600 bahts por persona y a veces tienen promociones en la web para ahorraros un dinero.
Estos catamaranes tienen servicio de cafetería a bordo y aseos, son similares a los usados entre las islas Canarias, si habéis ido sabréis de qué hablo.
Koh Tao es una isla para buceadores, está mucho menos explotada, y según llegas se ve su relevie agreste y la selva a ras de mar. Si tenéis que elegir una isla de las orientales, quedaos con Koh Tao, haréis el mejor snorkel o buceo de todas las otras islas, incluido el del parque de Ang Thong.
Al llegar habia un enjambre de taxistas esperándonos, nos metimos en uno colectivo como ratas, y para nada barato, pero os lo advertí, las islas es el coste que tienen.
Nuestro hotel era el Sairee Seaview, buen precio, buenas vistas, algo a desmano de todo -tendréis que caminar unos 500 metros, llevaros linterna para ver y ser vistos por la noche- aunque tenéis una playa justo al lado, aunque no la veais, sólo tenéis que cruzar el resort que hay en frente y bajar


Eso sí, los recepcionistas sirvieron de muy poca ayuda, a diferencia de en Chiang Mai, no nos dieron información de qué hacer ni mapas ni nada, se limitó a cobrar y enseñarnos la habitación. Intentaron colarnos el alquilar de sus motos. Del tema de las motos ya se ha hablado, para lo que tenéis que hacer en Koh Tao no os merece la pena, os dais un paseo y os ponéis en el pueblo en 20 minutos y, el día de marcharse, cerrais el servicio el día anterior en el pueblo y todo arreglado.
En general Tailandia usa el eslogan del país de las sonrisas, pero personalmente tras 3 semanas y ver el país de norte a sur creo que puedo afirmar que el turismo está haciendo mucho daño, los saludos son educados pero desganados, dejados, nasales, y el trato con dependientes, taxistas,... por lo general es agrio y frío. Las únicas sonrisas que vimos fueron cuando intentaron hacernos el lío, que no fue pocas veces (todo esto salvo honrosas excepciones).