LUNES 21 DE JULIO
Hoy toca marchar de la zona del Balaton, hacia el sur. El destino es la ciudad de Pécs. Para llegar allí hay bastantes autobuses (unos 6 al día), pero no es accesible por tren (salvo que hagas una media de 4 transbordos).
He cogido un autobús a las 11:45, ya que el de las 11:00 no lo he olido. Si ha pasado, se me ha cola'o. Pero no importa, porque por primera vez en tres semanas he cogido un autobús con aire aconcidionado!!! Se me han pasado las 3'5horas en un "santiamén". Qué a gusto, por Dios.
En efecto, el autobús me ha dejado hacia las 15h en la estación de Pecs, que es la más grande que visto hasta el momento (parecida a la de Budapest, si bien aquí sólo hay una). He podido comprobar los horarios para Budapest y para Kecskemet (aún no sé qué dirección seguiré).
He reservado 3 noches en Pécs, porque quiero relajarme y recuperar fuerzas; porque es muy barato (9€/noche) y porque había leído que es muy bonita.
El centro de la ciudad está a unos 15 minutos andando de la estación de autobús. A igual distancia está mi albergue, el Nap Hostel, porque está en medio de todo.
Lo he visto y he flipado.
A que impresiona, eh??
Sí, por fuera, porque lo que es por dentro... entiendo lo de los 9 euros.
Ya estaba un poco aburrido de estar en habitaciones individuales (sí, ya sé que después me quejo del típico pesado-rata, tipo Daniel... pero echo en falta interacturar con más gente al de un tiempo). Lo que decía, que esta vez duermo en una habitación comunitaria de 8 literas. Creo que me han tocado un grupo de jóvenes franceses.
El albergue cuenta con una cocina del s.XIX (si no anterior), pero algo es algo. La localización y el wifi es lo importante, así que "paralante".
Como he llegado prontito, me doy una vueltilla para ver qué tiene la ciudad y si hay algún festival en los próximos tres días. En efecto, el miércoles por la noche habrá danzas folklóricas húngaras.
Respecto a la ciudad, la zona intramuros, la antigua, es una pottolada. Tiene muchas calles peatonalizadas, las casas son chulísimas (mires donde mires) y las plazas también. Además, muy importante, corre una brisa continua que refresca y minimiza la sensación de agobio por la alta temperatura.
Todo está muy cerca, a pesar de que en el plano de la oficina de turismo (a escala casi real, de lo grande que es) parece que hay mucha distancia entre los sitios. Así, en la plaza kossuth (me parece que en todas las ciudades hay calles y plazas suyas)
se encuentra una sinagoga superchula, reflejo del alto status que alcanzaron antes de que en 1944 fueran expulsados al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.
Pero si esta plaza es espaciosa y turística, rompe los cánones la Széchenyi Tér, donde se encuentra la oficina de turismo y un montón de cafeterías con terrazas.
Aunque lo primero que llama la atención es un caballo de bronce tan grande como el puppy del Guggenheim de Bilbao; vamos, que para ser de bronce, flipas:
A pesar de la sorpresa, enseguida te fijas en los edificios de la plaza que pugnan por un certamen de belleza.
En esta plaza me he tomado un cafe melage (me estoy habituando) buenísmo en la cafetería Virag (recomendada por la Lonely). Una pena que no me he dado cuenta antes de la enorme variedad de tartas que tiene. Habrá que volver.
Como está siendo habitual, por ser las fechas de verano, no hay programación cultural, tan habitual en la región. Una pena, porque me quedo con las ganas de ver por dentro el precioso Teatro Nacional de Pecs.
Vista por encima la ciudad, creo que mañana me voy a escapar a algún sitio a hacer senderismo y el próximo día voy a hacer el guiri total: pasear con sandalias y calcetines y no hacer nada en todo el día.
Pero antes de ir a la camita, toca aprovechar la buena temperatura de la noche y tomarse un heladito... o en mi caso un café melage. Para ello elijo el cooltour café, que cuenta con una terraza escondida en la parte de atrás donde se está requeteagusto:
MARTES 22 DE JULIO
El poder escuchar hora25 en directo, desde Pecs es gloria bendita... así que no me duermo hasta la madrugada.
Como en el albergue no tengo ganas de prepararme el desayuno, me acerco a por la ración de tarta que ayer olvidé en Virag. Ha tocado un café melage (además de que me gusta la miel, lo pido porque tiene el tamaño como de 3 cafés en Bilbao, costando menos que uno en Bilbao) y una tarta de caramelo (precio total, 2'4€)
A las 9:30 sale el autobús que tengo que tomar. Bueno en verdad salen dos a sitios con el mismo nombre, evidentemente monto primero en el que no debo. Menos mal que los húngaros dominan el lenguaje de los símbolos.
El plan de la mañana es acercarme a las montañitas (no llegan ni a 500 metros) de Mecsek, para lo que me desplazo unos 20 kilómetros a un pueblo (más bien casas dispersas y agroturismos, llamado Orfú.
El trayecto (35 minutos, 400HUF) es por una zona montañosa, con mucha curva, pero muy bonita. Allí hay muchos senderos, señalizados con símbolos raros: triángulos que deben de celebrar el día del orgullo, por tantos colores diferentes que hay (un lío), círculos, rectas, cruces... Eso sí, ningún plano sencillo donde orientarte. Bueno, sí, había una cabina de atención al turista... cerrada.
Había leído en la Lonely que era arriesgado meterse en el monte-bosque, si no llevabas noséqué cartografía especial. Vamos, que ya iba acojona'o perdido, a lo cual añades mi falta de orientación enfermiza y ya me veo pasando la noche subido a algún árbol.
Así que decido recorrer un sendero que bordea unos lagos que hay en la zona y me introduzco poco más de una hora por un camino que no sé dónde me lleva, por lo que regreso por el mismo.
El baño en los lagos estaba prohibido, limitándose la gente a echar la caña desde los embarcaderos.
Hacia las 13:30 me vuelvo, aunque con pena de no haber podido quedarme la tarde recorriendo algún caminejo (pero ya habrá tiempo en parques nacionales de Eslovaquia, mejor señalizados).
En Pecs, ya de vuelta, he ido a comer a un tugurio (tiene 4 mesas y un mostrador tipo la tienda del pueblo) recomendado en la guía de Hungría (en la de Europa del Este no venía; la verdad es que esas guías mastodónticas de la lonely Planet me parecen muy deficientes: merece la pena coger las de cada país. Yo la de Hungría la tengo en ebook). Bueno a lo que iba, he comido en una tasca llamada Otthon Etkezde, situada en Rákóczi utca 1. La guía dice que es "ultra-cheap". Ciertamente, no exageran.
Sólo abren de 11 a 16h, de lunes a viernes. La comida la sirven casi al momento y tiene la carta en pizarras en la pared. Evidentemente en húngaro. Así que me he fijado en una de las mesas ocupadas y con señas le he ido diciendo lo que me apetecía. Una pena que la sopa de fruta (parecía fría) se la habían terminado justo los críos de la mesa que me servía de referencia (otro día volveré), así que me he tomado otra sopa de pollo o no sé qué y un filete de pechuga (con todas las especias de la huerta) acompañado de patatas fritas. Para beber una lata de cocacola (se puede pedir un vaso y te sirven de una botella de 2 litros
, más barato). En total me ha costado 4'5€ (y te dejan pagar con tarjeta) Vamos, que pienso volver mañana.
Después de llenar la panza había que tomar un café.... o mejor un heladito triple. De nuevo me guío por la Lonely que recomienda una heladería artesanal, un poco fuera del recorrido más pedestre (donde hay tantas heladerías como cafeterías), la heladería se llama Giuseppe y sus helados son, además de generosos, muy cremosos. A razón de 0'50€ la copa de helado. Había sabores de lo más curioso. Sólo sé el nombre de uno de ellos... pitufo!!!
Por si no me creíais:
Bueno, pues lo dicho el día anterior... hoy toca no hacer nada... sólo descansar y tomar algo por la calle. Por cierto, sigue haciendo mucho mejor tiempo: 25ºC y de vez en cuando amenaza lluvia
En este viaje estoy más goloso que hambriento (tendré que revisarme la glucosa). Tal vez por eso mi cena consiste en dos raciones de tarta y otro cafe melage. Esta vez en la otra gran pastelería recomendada por la L.P., Mecsek.
Tan rica como la Virag. El precio no llegó a 4€.
MIÉRCOLES 23 DE JULIO
Hoy me propongo asistir al concierto de folklore a la tarde-noche, pero eso no me impide aprovechar un poco la mañana para pasear (lo mejor que se puede hacer en la zona histórica de Pecs). Así, me decanto por visitar los edificios más llamativos de la ciudad.
Sin embargo, no ha habido mucha suerte con algunos de ellos. Por ejemplo, la Mezquita-Iglesia de la plaza del ayuntamiento se encuentra en rehabilitación y no permiten el acceso.
La Sinagoga que vi ayer tampoco está abierta al público, aunque en este caso no sé el motivo.
La que sí está abierta es la mezquita más antigua (s.XVI), actualmente convertida en un mini-museo (700HUF). La mezquita de Jakovali Hassan, que así se llama, según la Lonely la estructura otomana "más intacta" de toda Hundría. No se le puede llevar la contraria, es cierto; si bien no estaría de más un mínimo de conservación (si no restauración).
Mucho más cuidado el conjunto formaco por la Basílica de San Pedro y el Palacio del Obispo.
En el palacio obispal no se pueden entrar; sin embargo, la entrada a la Basílica es gratuita (salvo que quieras bajar a la cripta o hacer un donativo). Vamos, que es gratis.
Por dentro es muy oscura, pues apenas tiene vidrieras. De hecho llama la atención la cantidad de focos y lámparas que hay. Eso no impide reconocer que es majestuosa. Los frescos de las naves laterales son preciosos (parecen recién pintados). Al igual que otras iglesias que he visitado en Hungría, tienen la costumbre de pintar todos los muros (sin gran ornamentación), resaltando así una sensación de pulcritud y armonía. Todo ello realzado por un precioso suelo de mármol. Vamos, que pasta para esto no les faltó.
Por cierto, aquí tampoco falta la figura de Liszt. En cada ciudad visitada está más joven. En este caso hecha de un material "raro", que parecería aluminio.
La ciudad de Pecs cuenta aún con los restos de la muralla y una barbacana que recuerda su pasado fronterizo.
Al medio día he ido a comer al mismo sitio que ayer. Sí a la tasca tirada de precio. Que por cierto, está al lado de la mezquita de Jakovali Hassan.
Hoy ha habido suerte y he podido probar la sopa de fruta. Una sopa fría que me ha entrado fenomenal.
De segundo, en vez de pollo, hoy ha tocado cerdo a la parrilla.
Todo ello acompañado por mi lata de cocacola, 5'3€.
Esta tarde ha empezado a llover, espero que el espectáculo folclórico no se cancele. Yo no obstante me acercaré a la zona. Se trata de una zona recuperada, a unos 15 minutos del casco histórico, durante la capitalidad cultural europea de Pecs en 2010.
La zona no me termina de gustar. Me parece demasiado artificial. Con edificios eclécticos, algunos realmente bellos.
Antes del concierto me he acercado al museo-exposición de cerámicas Zsolnay. He de reconocer que tenía un absoluto desconocimiento. Tal vez esto ha hecho que me haya sorprendido tan gratamente. Quien se acerque a Pecs, debiera venir aquí aunque sólo fuera para contemplar estas obras de arte decorativo tan bonitas.
La entrada al museo cuesta 1400 HUF, con 500HUF más si quieres sacar fotos (aún me cuesta acostumbrarme a este impuesto ridículo). Merece la pena visualizar, antes de entrar, el documental, subtitulado en inglés, donde te hacen un repaso histórico-artístico de lo que te vas a encontrar.
A parte del museo, a unos 300 metros, se encuentra un mausoleo del mismo tipo de arte.

Hoy toca marchar de la zona del Balaton, hacia el sur. El destino es la ciudad de Pécs. Para llegar allí hay bastantes autobuses (unos 6 al día), pero no es accesible por tren (salvo que hagas una media de 4 transbordos).
He cogido un autobús a las 11:45, ya que el de las 11:00 no lo he olido. Si ha pasado, se me ha cola'o. Pero no importa, porque por primera vez en tres semanas he cogido un autobús con aire aconcidionado!!! Se me han pasado las 3'5horas en un "santiamén". Qué a gusto, por Dios.
En efecto, el autobús me ha dejado hacia las 15h en la estación de Pecs, que es la más grande que visto hasta el momento (parecida a la de Budapest, si bien aquí sólo hay una). He podido comprobar los horarios para Budapest y para Kecskemet (aún no sé qué dirección seguiré).
He reservado 3 noches en Pécs, porque quiero relajarme y recuperar fuerzas; porque es muy barato (9€/noche) y porque había leído que es muy bonita.
El centro de la ciudad está a unos 15 minutos andando de la estación de autobús. A igual distancia está mi albergue, el Nap Hostel, porque está en medio de todo.

Lo he visto y he flipado.
A que impresiona, eh??
Sí, por fuera, porque lo que es por dentro... entiendo lo de los 9 euros.
Ya estaba un poco aburrido de estar en habitaciones individuales (sí, ya sé que después me quejo del típico pesado-rata, tipo Daniel... pero echo en falta interacturar con más gente al de un tiempo). Lo que decía, que esta vez duermo en una habitación comunitaria de 8 literas. Creo que me han tocado un grupo de jóvenes franceses.
El albergue cuenta con una cocina del s.XIX (si no anterior), pero algo es algo. La localización y el wifi es lo importante, así que "paralante".
Como he llegado prontito, me doy una vueltilla para ver qué tiene la ciudad y si hay algún festival en los próximos tres días. En efecto, el miércoles por la noche habrá danzas folklóricas húngaras.
Respecto a la ciudad, la zona intramuros, la antigua, es una pottolada. Tiene muchas calles peatonalizadas, las casas son chulísimas (mires donde mires) y las plazas también. Además, muy importante, corre una brisa continua que refresca y minimiza la sensación de agobio por la alta temperatura.
Todo está muy cerca, a pesar de que en el plano de la oficina de turismo (a escala casi real, de lo grande que es) parece que hay mucha distancia entre los sitios. Así, en la plaza kossuth (me parece que en todas las ciudades hay calles y plazas suyas)
se encuentra una sinagoga superchula, reflejo del alto status que alcanzaron antes de que en 1944 fueran expulsados al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.
Pero si esta plaza es espaciosa y turística, rompe los cánones la Széchenyi Tér, donde se encuentra la oficina de turismo y un montón de cafeterías con terrazas.
Aunque lo primero que llama la atención es un caballo de bronce tan grande como el puppy del Guggenheim de Bilbao; vamos, que para ser de bronce, flipas:
A pesar de la sorpresa, enseguida te fijas en los edificios de la plaza que pugnan por un certamen de belleza.
En esta plaza me he tomado un cafe melage (me estoy habituando) buenísmo en la cafetería Virag (recomendada por la Lonely). Una pena que no me he dado cuenta antes de la enorme variedad de tartas que tiene. Habrá que volver.
Como está siendo habitual, por ser las fechas de verano, no hay programación cultural, tan habitual en la región. Una pena, porque me quedo con las ganas de ver por dentro el precioso Teatro Nacional de Pecs.
Vista por encima la ciudad, creo que mañana me voy a escapar a algún sitio a hacer senderismo y el próximo día voy a hacer el guiri total: pasear con sandalias y calcetines y no hacer nada en todo el día.
Pero antes de ir a la camita, toca aprovechar la buena temperatura de la noche y tomarse un heladito... o en mi caso un café melage. Para ello elijo el cooltour café, que cuenta con una terraza escondida en la parte de atrás donde se está requeteagusto:
MARTES 22 DE JULIO
El poder escuchar hora25 en directo, desde Pecs es gloria bendita... así que no me duermo hasta la madrugada.
Como en el albergue no tengo ganas de prepararme el desayuno, me acerco a por la ración de tarta que ayer olvidé en Virag. Ha tocado un café melage (además de que me gusta la miel, lo pido porque tiene el tamaño como de 3 cafés en Bilbao, costando menos que uno en Bilbao) y una tarta de caramelo (precio total, 2'4€)
A las 9:30 sale el autobús que tengo que tomar. Bueno en verdad salen dos a sitios con el mismo nombre, evidentemente monto primero en el que no debo. Menos mal que los húngaros dominan el lenguaje de los símbolos.

El plan de la mañana es acercarme a las montañitas (no llegan ni a 500 metros) de Mecsek, para lo que me desplazo unos 20 kilómetros a un pueblo (más bien casas dispersas y agroturismos, llamado Orfú.
El trayecto (35 minutos, 400HUF) es por una zona montañosa, con mucha curva, pero muy bonita. Allí hay muchos senderos, señalizados con símbolos raros: triángulos que deben de celebrar el día del orgullo, por tantos colores diferentes que hay (un lío), círculos, rectas, cruces... Eso sí, ningún plano sencillo donde orientarte. Bueno, sí, había una cabina de atención al turista... cerrada.
Había leído en la Lonely que era arriesgado meterse en el monte-bosque, si no llevabas noséqué cartografía especial. Vamos, que ya iba acojona'o perdido, a lo cual añades mi falta de orientación enfermiza y ya me veo pasando la noche subido a algún árbol.
Así que decido recorrer un sendero que bordea unos lagos que hay en la zona y me introduzco poco más de una hora por un camino que no sé dónde me lleva, por lo que regreso por el mismo.
El baño en los lagos estaba prohibido, limitándose la gente a echar la caña desde los embarcaderos.
Hacia las 13:30 me vuelvo, aunque con pena de no haber podido quedarme la tarde recorriendo algún caminejo (pero ya habrá tiempo en parques nacionales de Eslovaquia, mejor señalizados).
En Pecs, ya de vuelta, he ido a comer a un tugurio (tiene 4 mesas y un mostrador tipo la tienda del pueblo) recomendado en la guía de Hungría (en la de Europa del Este no venía; la verdad es que esas guías mastodónticas de la lonely Planet me parecen muy deficientes: merece la pena coger las de cada país. Yo la de Hungría la tengo en ebook). Bueno a lo que iba, he comido en una tasca llamada Otthon Etkezde, situada en Rákóczi utca 1. La guía dice que es "ultra-cheap". Ciertamente, no exageran.
Sólo abren de 11 a 16h, de lunes a viernes. La comida la sirven casi al momento y tiene la carta en pizarras en la pared. Evidentemente en húngaro. Así que me he fijado en una de las mesas ocupadas y con señas le he ido diciendo lo que me apetecía. Una pena que la sopa de fruta (parecía fría) se la habían terminado justo los críos de la mesa que me servía de referencia (otro día volveré), así que me he tomado otra sopa de pollo o no sé qué y un filete de pechuga (con todas las especias de la huerta) acompañado de patatas fritas. Para beber una lata de cocacola (se puede pedir un vaso y te sirven de una botella de 2 litros

Después de llenar la panza había que tomar un café.... o mejor un heladito triple. De nuevo me guío por la Lonely que recomienda una heladería artesanal, un poco fuera del recorrido más pedestre (donde hay tantas heladerías como cafeterías), la heladería se llama Giuseppe y sus helados son, además de generosos, muy cremosos. A razón de 0'50€ la copa de helado. Había sabores de lo más curioso. Sólo sé el nombre de uno de ellos... pitufo!!!
Por si no me creíais:

Bueno, pues lo dicho el día anterior... hoy toca no hacer nada... sólo descansar y tomar algo por la calle. Por cierto, sigue haciendo mucho mejor tiempo: 25ºC y de vez en cuando amenaza lluvia


En este viaje estoy más goloso que hambriento (tendré que revisarme la glucosa). Tal vez por eso mi cena consiste en dos raciones de tarta y otro cafe melage. Esta vez en la otra gran pastelería recomendada por la L.P., Mecsek.
Tan rica como la Virag. El precio no llegó a 4€.
MIÉRCOLES 23 DE JULIO
Hoy me propongo asistir al concierto de folklore a la tarde-noche, pero eso no me impide aprovechar un poco la mañana para pasear (lo mejor que se puede hacer en la zona histórica de Pecs). Así, me decanto por visitar los edificios más llamativos de la ciudad.
Sin embargo, no ha habido mucha suerte con algunos de ellos. Por ejemplo, la Mezquita-Iglesia de la plaza del ayuntamiento se encuentra en rehabilitación y no permiten el acceso.
La Sinagoga que vi ayer tampoco está abierta al público, aunque en este caso no sé el motivo.
La que sí está abierta es la mezquita más antigua (s.XVI), actualmente convertida en un mini-museo (700HUF). La mezquita de Jakovali Hassan, que así se llama, según la Lonely la estructura otomana "más intacta" de toda Hundría. No se le puede llevar la contraria, es cierto; si bien no estaría de más un mínimo de conservación (si no restauración).
Mucho más cuidado el conjunto formaco por la Basílica de San Pedro y el Palacio del Obispo.
En el palacio obispal no se pueden entrar; sin embargo, la entrada a la Basílica es gratuita (salvo que quieras bajar a la cripta o hacer un donativo). Vamos, que es gratis.
Por dentro es muy oscura, pues apenas tiene vidrieras. De hecho llama la atención la cantidad de focos y lámparas que hay. Eso no impide reconocer que es majestuosa. Los frescos de las naves laterales son preciosos (parecen recién pintados). Al igual que otras iglesias que he visitado en Hungría, tienen la costumbre de pintar todos los muros (sin gran ornamentación), resaltando así una sensación de pulcritud y armonía. Todo ello realzado por un precioso suelo de mármol. Vamos, que pasta para esto no les faltó.
Por cierto, aquí tampoco falta la figura de Liszt. En cada ciudad visitada está más joven. En este caso hecha de un material "raro", que parecería aluminio.
La ciudad de Pecs cuenta aún con los restos de la muralla y una barbacana que recuerda su pasado fronterizo.
Al medio día he ido a comer al mismo sitio que ayer. Sí a la tasca tirada de precio. Que por cierto, está al lado de la mezquita de Jakovali Hassan.
Hoy ha habido suerte y he podido probar la sopa de fruta. Una sopa fría que me ha entrado fenomenal.
De segundo, en vez de pollo, hoy ha tocado cerdo a la parrilla.
Todo ello acompañado por mi lata de cocacola, 5'3€.
Esta tarde ha empezado a llover, espero que el espectáculo folclórico no se cancele. Yo no obstante me acercaré a la zona. Se trata de una zona recuperada, a unos 15 minutos del casco histórico, durante la capitalidad cultural europea de Pecs en 2010.
La zona no me termina de gustar. Me parece demasiado artificial. Con edificios eclécticos, algunos realmente bellos.
Antes del concierto me he acercado al museo-exposición de cerámicas Zsolnay. He de reconocer que tenía un absoluto desconocimiento. Tal vez esto ha hecho que me haya sorprendido tan gratamente. Quien se acerque a Pecs, debiera venir aquí aunque sólo fuera para contemplar estas obras de arte decorativo tan bonitas.
La entrada al museo cuesta 1400 HUF, con 500HUF más si quieres sacar fotos (aún me cuesta acostumbrarme a este impuesto ridículo). Merece la pena visualizar, antes de entrar, el documental, subtitulado en inglés, donde te hacen un repaso histórico-artístico de lo que te vas a encontrar.
A parte del museo, a unos 300 metros, se encuentra un mausoleo del mismo tipo de arte.