FLAM ✏️ Diarios de Viajes de Noruega

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Doy fe que se puede desembarcar en Flam en tenders y estar a las 7:20 de la mañana paseando por el puerto. Había billetes para el tren pero no para hacer el crucerito. Nosotros ya llevábamos reservado el tren pero era para las 12:20.

Como teníamos el Fjordsafari a las 10, nos dio tiempo para pasear un poco y ver las tiendas de recuerdos.
Es esta escala nos comentaron que Shore2Shore no estaba presente para los que querían hacer el crucerito y cada uno se tuvo que buscar la vida para saber de dónde partían los barcos y explicar a la empresa (en inglés) que tenías billetes ya pagados. Muy mal por su parte.
El safari muy entretenido, una manera distinta de ver el fiordo aunque nosotros, en el tema animal, solo vimos una cabra. Con otra lancha vieron algún delfín y focas.
La guía (en ingles) iba explicando curiosidades de los pueblos y sus habitantes así como detalles de los fiordos.
Desde aquí quiero agradecer personalmente a juanchirls, paulikala y merhunissa el detallazo de ir traduciendo lo que explicaba la guía. MUCHAS, MUCHAS GRACIAS.

Acabado el “safari”, tocaba pasar por caja y reunir los 9000 NOK para los 25 pasajeros del tren. Todos estábamos presentes y un momento sacamos “el billete”. Es un billete único para todos, bueno, uno de ida y otro para la vuelta.
En el vagón numero 8 teniamos reservados los asientos con el nombre del grupo en las ventanillas. Era como medio vagon y nos movíamos de lado a lado haciendo fotos de todo el paisaje. Precioso.
Se comenta siempre: ¿qué es mejor, el tren o el crucerito?. Pues yo no podría decidirme por uno. Es como preguntar ¿playa o montaña?. Una cosa no quita la otra, porque son muy, muy distintas. Todo se reduce a un tema personal. Particularmente me gustó mucho los paisajes vistos desde el tren.

A las 14:45 ya estábamos de vuelta al barco. Justo para comer en el buffet.

Y ya que comemos en el buffet, pues hablemos de él.
La comida, correcta, la bebida, pues en la misma tónica que las copas, pésima.
El único día que hubo lío para comer en el buffet fue el último día. Y digo comer, porque desayunar era otro cantar. Como casi todas las excursiones tenían el mismo horario, pues nos juntábamos muchos para desayunar y costaba encontrar mesa. No quedaba otra que estar a primera hora cuando abrían el buffet.
Tanto para la excursión del pulpito como para la de Hellesilt-Geiranger, nos hicimos bocadillos para llevar y nadie nos dijo nada. Eso sí, si queréis llevar alguna pieza de fruta, cogerla lo primero, porque luego se acaban y no reponen.

Y ya como siempre, ducha, actuación, cena y copas.

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