Si hacéis un crucero desde Estocolmo o vuestro barco amarra aquí, lo primero que os convendría hacer es descubrir en qué puerto o muelle lo hace. Las navieras no os dan detalles de los puertos porque les interesa venderos una excursión, un transfer con sus propios autobuses... Esa es la experiencia que tengo con Royal Caribbean, pero sospecho que las demás tampoco lo hacen. Si queréis utilizar el transporte público para ahorrar, eso os lo vais a tener que currar vosotros. Si no, a coger un taxi o el transfer de la compañía. Lógicamente sí os dicen de qué puerto parte el crucero. En nuestro caso fue "Frihamnen 638". Esa fue la única información que recibimos de Royal. Es un muelle que no está en el centro, sé que hay otro más céntrico que permite incluso ir caminando. Frihamnen no fue problema: tiene acceso perfecto mediante autobús, tanto la línea 1 como la 76 van hasta allí. Ya os conté dónde coger el 1, el 76 no lo controlo, pero ojo, los dos circulan en domingo, día que empezaba nuestro crucero. Por internet circulan versiones de años pasados en las que se dice que el 76 no circula los domingos. Este verano, 2014, sí circulaba. Informaciones sobre las líneas de autobús e incluso un "route planer" lo tenéis en www.sl.se En la parte baja de la página lo podéis poner en inglés y ver cuál es la mejor forma de llegar al puerto desde vuestro hotel.
Si queréis saber en qué muelle o puerto de Estocolmo amarra vuestro crucero, id a http://www.portsofstockholm.com/vessel-calls/ Allí encontraréis con mucha antelación los muelles previstos. Este tipo de información también os podría resultar interesante para Helsinki. Más adelante os pongo la página.
Y empieza el crucero!


La terminal de Frihamnen es una nave bastante desangelada. Se entregan las maletas y se hace cola para que te den el "Sea Pass" o carnet de identidad para subir y bajar del barco y hacer todos los pagos dentro de él, ya que lleva asociada vuestra tarjeta de crédito. En nuestro caso, fue todo bastante rápido porque ya habíamos rellenado muchos impresos haciendo el "check in online" a través de internet. Había mucha gente, pero la verdad es que fue rápido. Y hala, a subir al barco, sin ningún tipo de información más. Arrégleselas usted mismo. Eché de menos alguna información del tipo, cómo llegar al camarote, servicios del barco incluidos en el precio, etc... Pero bueno, luego la verdad es que uno lo va descubriendo todo bastante rápido. El camarote nos encantó a primera vista, de hecho no nos arrepentimos de haberlo cogido interior. Si vais en este barco y lo cogéis interior cogedlo grande. Los más pequeños son algo más agobiantes por lo que vimos pasando delante mientras los limpiaban. Y la diferencia de precio es mínima. Los del balcón son bonitos, pero ahí ya se paga mucho más... La cama era gigante (yo creo que de 1,80), había tocador, sofá y el espacio en el armario era más que suficiente. En el baño, el lavabo tenía muy poca presión de agua (para ahorrar), la ducha en cambio era como la de casa. Televisión de pantalla plana, el "Legend" fue renovado a finales de 2013. Para nosotros fue el tamaño de barco justo. No sé si me hubiera gustado ir en un barco todavía mayor.

Para los que tengáis miedo a ir en un barco americano, que se os quite. No tiene ninguna dificultad, no necesitáis el inglés para nada. Muchísimos miembros de la tripulación son sudamericanos, y en la mesa de la cena os van a poner con gente de vuestra nacionalidad. Para que os hagáis una idea, nuestra camarera en el restaurante era uruguaya, los menús te los dan en castellano, el "Cruise Compass" o revista con todas las informaciones relevantes para cada día, también lo podéis tener en castellano. Desde aquí, una vez más mi agradecimiento a Jacquelina, nuestra camarera, porque hizo que cada día terminara con un auténtico broche de oro


Los espectáculos fueron maravillosos. De verdad que merecen la pena. Son en inglés lógicamente, pero se disfrutan mucho aún sin saber el idioma. El barco tiene una orquesta espectacular, los cantantes tienen unas voces increíbles, los bailarines lo hacen genial... Son espectáculos muy americanos, tipo Broadway, no tengo palabras. Inolvidables. A veces también contratan a gente de fuera: tuvimos un espectáculo folclórico ruso en S. Petersburgo (buenísimo). a unos virtuosos del violín, a un malabarista...
Otra cosa: El "Legend" tenía un "embajador internacional" que se ocupaba especialmente de españoles, portugueses e italianos. El primer día hubo una reunión informativa para estas nacionalidades. Lo que contaba me pareció un poco ridículo y más destinado al autobombo del protagonista (vamos, que no comulgamos con su sentido del humor), y luego esa reunión se convirtió en una reunión de "venta" de excursiones a tierra. Lo mismo el último día para informar sobre el proceso de desembarque. Lo digo, para los reticentes a hacer un crucero con una compañía no española... Para que os hagáis una idea, de los 2000 pasajeros, 400 eran americanos, más de 200 españoles, varios cientos de sudamericanos, etc.... Había un ambiente muy internacional que disfrutamos mucho... Media de edad: quizás entre 40 y 50 años. Había de todo: alguna familia con niños pequeños, gente mayor, incluso en silla de ruedas (me encantó verlo: el barco está adaptado a discapacitados e incluso alguna excursión de las que ofrecen son adecuadas para ellos. Muy bien para la Royal!)

Cenas: Muy buenas. Presentación excelente (de restaurante con estrella), primero, segundo y postre a escoger de entre 8 o 10 posibilidades cada uno. Gracias a Jacquelina, con sus recomendaciones, (también criticó platos), ninguna queja. Las cantidades eran adecuadas, las justas, aunque a veces el sabor no se correspondía con la espectacular presentación...
Lo único malo que se me ocurre decir sobre el barco es el tema de los olores fecales. En ocasiones olía bastante, normalmente en puerto, y en determinadas zonas de la cubierta o pasillos durante la navegación. Jamás olía en el camarote o los restaurantes. Pero bueno, se podía vivir con ello

Ah? Otra duda que teníamos previa al crucero: a pesar de ser un barco americano, no hay problema de enchufes. En el camarote teníamos dos de tipo europeo (además de los americanos, claro).