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Desde Nuremberg salen trenes cada poco. Pagas los 10.50 del billete y en unos 40 minutos estas contento y feliz en la estación de Bamberg.
Desde la estación al centro histórico debes tener algo asi como 1 km.
Bamberg se encuentra entre 7 colinas, vais a hacer pierna, y fue la ciudad de los Principes – Obispos. Forma parte de la UNESCO desde el 93 y tiene unos 70 mil habitantes.
Lo primero que hice es ir a la oficina de turismo. Cogí mapas, me compre una guía en español y ya semichupido – vaya mala suerte tuve con el clima a pesar de ser Julio – me encarame hacia la Catedral y la Residenz…al menos ese era mi propósito.
Empiezo a subir, y a subir y a subir… no quería sacar el mapa porque se iba a empapar…y aparezco en el convento de las Carmelitas. Vamos en casa dios – nunca mejor dicho -.
Seguí andando guiado por mi mala intuición hasta que aviste a una muchacha con mochila y me dije “sigue a la moza que debe ir a sacar fotos desde el rosegarden”. Y la seguí y la seguí y subía y subía y me mojaba hasta que se encontró con un zagal en un merendero en medio de nada.” La madre que me …” Por fortuna desde ahí si podía ver ya las torres de la Catedral. Así que agache la cabeza y para allá.
A la tercera tampoco fue la vencida pero no fue mal del todo… termine en el convento de San Miguel al que quería ir. El convento hoy es una residencia de ancianos. Comenzó a llover más fuerte y creo que mi estado de ánimo no era el mejor. Llegué ahí , me sentía cabreado conmigo mismo, empapado..así que bajo un techo saque el mapa y me dispuse a acertar con el camino a la Catedral.
Vale sí , mi sentido de la orientación es nulo, pero alguna que otra alegría me ha dado el andar perdido. Cuando viajas a tu aire no todo es perfecto. No siempre las cosas salen como planeaste en tu casa. A veces te pierdes, otras no sale el sol o simplemente te jode estar ante algo que te gusta pero no sabes muy bien qué es. No te llevan de la mano a todos los sitios corriendo porque has elegido llevar tu ritmo y tiene sus cosas buenas y malas. En estos Diarios parece que todo es xixonudo pero seguro que todos vosotros habéis tenido que levantar situaciones. Y las afrontas porque nos gusta lo que estamos haciendo. Pase una mañana jodido bajo la lluvia, igual que la pase en Riga, pero ostias mañana mismo volvería a pasarla.
Esta vez sí acerté. Vuelta a subir y bajar cuestas hasta que llegas a la Catedral románica de Bamberg. Era domingo y tenían montada una fiesta. Escenario donde cantaba un grupo música religiosa, un montón de gente con ropas de clérigo pululando, puestos de venta e información. Junto a la Catedral esta la residenz asi que me fui para allá. Sin tener que pagar entrada la Residenz tiene un bonito mirador, el rosegarden. Preciosa la vista de los tejados rojos de la ciudad y espectacular la visión que se tiene desde ahí del Monasterio de San Miguel. Es un lugar que invita a quedarse, pero el agua para los peces y seguía mojándome.
En un patio interior tras la catedral veo que están montando una especie de comida multitudinaria. Imagino que para sacar fondos para misiones o alguna obra dentro de la Catedral. Ya me parece bien ver currar a los curas.
Desciendo de la Catedral en busca del antiguo ayuntaminento. En nada doy con el. Me siento idiota de la de vueltas que di antes teniéndolo tan cerquita. Desde el puente del sendero Geyerworth la vista del Ayuntamiento viejo es increíble. Me reconforta y comienzo a animarme.
Parece ser que el que el ayuntamiento se encuentre en esa islita del Regnitz se debe al eterno enfrentamiento de poder entre clero y burguesía. La leyenda dice que el clero se negó a dar un terreno donde construir el ayuntamiento. Y lo más normal es que la burguesía buscara ese lugar como el más cercano al clero para demostrar su poder.
Sea como fuese el resultado es un edificio espectacular. Que lo miras desde un puente, desde otro, lo traspasas, te quedas ratos y ratos observándolo por todos sus ángulos, sus paraes pintadas….que delicia…
Y desde ahí ya divisas la “pequeña Venecia”… ¿cuántas venecias más hay por europa? . En este caso es una hilera de preciosas casas de pescadores a uno y otro lado del río. No me preguntes el porqué pero me gustó muchísimo el paseo por la parte trasera de esas casas. Lo disfruté muchísimo.
Había tomado a mediodía una porción de tarta , no tenía ganas de comer. Seguí caminando por callejuelas del centro histórico, sin rumbo. Bamberg milagrosamente se libró de los bombardeos y conserva su encanto original, porque es una ciudad que tiene mucho encanto. Muy pulcra, cuidada, con casitas preciosas, con turismo pero no la encontré explotada.
Seguía lloviznando cuando me iba. Y me iba con la sensación de haber estado en un lugar único y no haberlo podido disfrutar del todo.
No sé cuando, pero debo volver a Baviera. Pisar huellas que deje en Munich o Rothemburg. Visitar Ulm o Ratisbona por primera vez. Quizá regresar a Wurzburg, y volver a empaparme, esta vez no de lluvia sino de la belleza , que desprende Bamberg.
Despisé mis pasos y volví a Nuremberg. Era Domingo y Alemanía iba a ganar el mundial de fútbol. El lunes la gente ahí no la encontré exaltada, era un lunes como cualquier otro. Al menos en la capital de Franconia. A mi me tocaba un largo viaje de regreso. Hasta la 1 de la madrugada del martes no iba a llegar a Huesca.
Cómo me gusta Baviera, cuantísimo….pero el Martes y el miércoles y el jueves el cielo oscense era tan azul.
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