Aquí empezaba nuestro día, en un lugar de verdadero culto dentro de los vestigios que los Mayas nos dejaron. Hoy no hemos madrugado. Se nos han pegado las sabanas, y aunque somos conscientes que para ver este tipo de lugares no podemos ir en el horario de las “excursiones organizadas”, no hemos podido evitarlo. La visita del día anterior a Chichen Itzá pudo con nosotros, y hay que ser conscientes de que al fin y al cabo estamos de vacaciones.
Así, a las 11 ya estábamos cruzando la carretera para coger la primera Van destino Tulum Ruinas (35 pesos por persona). Desde nuestro complejo a Tulum Ruinas (también se puede seguir hasta Tulum Pueblo) hay alrededor de 30 km, unos 20-25 minutos, y como siempre nos indica la parada el amable conductor. Un paseo de unos 15 minutos nos lleva hasta el recinto principal. ¡¡Estamos en Tulum!!
La verdad es que es un placer salir un rato del complejo y poder caminar entre los pequeños negocios montados por lugareños, los rústicos restaurantes o las pequeñas casetas de madera en los laterales de este paseo. Una de estas casetas llama nuestra atención. Es el punto de información, el cual nos sirve para coger un mapa de la zona e informarnos de posibles actividades extras que se pueden realizar, entre las que nos llama la atención una de reciente funcionamiento... ¡¡ahora se puede ver Tulum desde el mar!! Además de aprovechar para hacer un poco de snorkel y alcanzar ciertas ruinas inaccesibles de forma terrestre. Tras un poco de negociación, nos ofrecen el tour por 400 pesos. Ahora si, accedemos por las puertas situadas en la parte Sur de las ruinas esperando una pequeñísima cola.
La gran ciudad amurallada al borde del Mar Caribe, cuyo antiguo nombre era Zamá, que significa amanecer, por sus preciosas salidas de sol que dejan entrever sus acantilados, sigue encerrando dentro de si múltiples leyendas. Todo el conjunto arquitectónico mezcla estilo Puuc y Costa Oriental, aunque no deja ser de un pequeño emplazamiento que difiere mucho de otros grandes recintos encontrados como Chichen Itzá o Coba.
Tulum fue creada como ciudad, santuario, observatorio astronómico y puerto comercial, y según lei fue hacia el 1400 d.C. cuando alcanzó su máximo esplendor, dato curioso considerando el inicio de la decadencia maya a partir del 900 d.C. Sin embargo, se cree que la civilización perduró en las tierras altas de la Península del Yucatán y ciudades como Chichen Itzá, Uxmal o Mayapán continuarían floreciendo en el periodo Postclásico entre el 900 y 1500 d.C.
Y como telón de fondo, el agua azul turquesa de la orilla mezclado con el más intenso de las aguas profundas, que unido a algunas preciosas edificaciones dejan estampas dignas de postal. Estamos ahora en un área de abruptos acantilados, con varios templos, la Casa del Cenote y un par de torres de vigilancia. Otra de las grandes atracciones, se encuentra a lo alto del acantilado principal donde está el Castillo a modo de faro. Hablamos de una preciosa cala que ha resistido perfectamente el paso de los años (incluso sus palmeras) y que, atendiendo al calor que pega muy fuerte y nos tiene sudando desde hace ya un buen rato, va a ser la “atracción más refrescante”. ¡¡Pero NO!! La playa estaba repleta de unas algas que nos daban mucho asco y que afearon completamente la preciosa cala.
Aunque nosotros no hemos madrugado, no esta demasiado lleno. Pero por desgracia el calor es insoportable ¡¡Es hora de salir por la salida norte!!
Tulum es una visita “incompleta” si no se visita ¡¡Playa Paraíso!! Playa Paraíso es la parte más turística (con chiringuito y zona privada) de una preciosa playa que se extiende al norte de la Playa de Tulum y que se divide en tres: Playa Santa Fe, Playa Pescadores y Playa Paraíso. La realidad es que todo forma parte de una misma playa, y los nombre no es nada más que un mero identificativo dado para distinguir distintas áreas. Tras un pequeño paseo desde Tulum al acceso a Santa Fe, comenzamos un agradable paseo por la orilla de la playa hasta llegar a los dominios de Playa Pescadores.
Playa Pescadores es una de esas playas que todos queremos encontrar en nuestros viajes, sin NADIE, con arenas blancas y apenas un pequeño chiringuito, de aguas transparentes de Caribe auténtico y preciosas vistas. El nombre viene dado por las pequeñas embarcaciones pesqueras de la zona, algunas de ellas transformadas hoy por hoy en transportes de los recientes servicios ofrecidos de vistas de Tulum a través del mar. Y, tras uno de los momentos más “refrescantes” del día, eso es lo que vamos a hacer (y para lo que hemos comprado las entradas con esta opción).. ¡¡nos vamos a ver Tulum desde el mar!!
En un pequeño chiringuito hay un par de hombres que son los encargados de gestionar estas embarcaciones. Nos dan material de snorkel y nos indican que en unos minutos estemos listos. El trayecto por mar es tranquilo y en unos 5-10 minutos estamos frente a las ruinas… !!PRECIOSAS!!
Es posible que desde aquí se tenga una visión mucho más real de lo que Tulum pudo suponer para esta civilización. Los Mayas eran mercaderes astutos, y su red de rutas de tierra y ríos hasta la costa tenía que estar complementada con puertos que permitiesen una comunicación marítima ágil. Así surgió Tulum.
Una pequeña brisa con el movimiento de la barca se agradece a estas horas, y es el que conseguimos mientras nos trasladamos a una parte del segundo mayor arrecife de coral del mundo que se extiende desde más al norte hasta Honduras. !!Al agua!! !!A snorkellear!! Podemos profundizar un poco y ver algunas curiosas especies de flora que crece en los corales, y pequeños pececitos azules escondidos en pequeñas cuevecillas. ¡¡IMPRESIONANTE!! Ha sido una experiencia increible y única.
Regresamos al barco y nos ponemos de nuevo rumbo a Playa Pescadores, donde ponemos ruta al sur. Y es que, ya que estamos aquí, vamos a conocer la “famosa” palmera borracha. Nos hacemos unas fotillos en la típica palmera de postal y nos tumbamos en la toalla apollados en otra palmera. Se estaba de lujo. ¡¡Una playa de película!!
Es alrededor del mediodía cuando el hambre comienza a apretar, así que salimos por Playa Pescadores y negociamos con un taxi nuestro regreso a los Palladium, pero no llegamos a un acuerdo, así que nos lleva a la parada de colectivos por 70 pesos, y de allí al Grand Palladium.
El “Gran Azul”, a pié de piscina principal, se ha convertido en nuestro buffet preferido para comer. Después de comer nos fuimos a Playa del Carmen. Era nuestro ultimo día y lo aprovechamos para hacer algunas compras que nos faltaban.
Nuestra primera parada es una tienda de tatuajes. Mi novio se ha encaprichado en tatuarse algo cada vez que hagamos un viaje como este... y así fue!! Pobre su cuerpo como acabara, como sigamos el ritmo que tengo en mente jajaja Después volvimos a recorrer la 5º Avenida como ya habíamos hecho en nuestro primer día. Compramos un montón de cosas, entre ellos una hamaca-columpio, sombreros mexicanos, plata, postales, etc.
El resto de la noche no difiere de los habitual. El caso es que se nos hizo tan tarde, que un día mas, no llegamos a la cena. Así que de nuevo al Bar 24 horas. El día no da para mucho más, y algo más tarde que otros días, por culpa de hacer las maletas, nos retiramos a descansar. zZzZzZzZ. Mañana nos vamos, y las vacaciones en el paraíso se nos han hecho de todo menos largas.
Así, a las 11 ya estábamos cruzando la carretera para coger la primera Van destino Tulum Ruinas (35 pesos por persona). Desde nuestro complejo a Tulum Ruinas (también se puede seguir hasta Tulum Pueblo) hay alrededor de 30 km, unos 20-25 minutos, y como siempre nos indica la parada el amable conductor. Un paseo de unos 15 minutos nos lleva hasta el recinto principal. ¡¡Estamos en Tulum!!
La verdad es que es un placer salir un rato del complejo y poder caminar entre los pequeños negocios montados por lugareños, los rústicos restaurantes o las pequeñas casetas de madera en los laterales de este paseo. Una de estas casetas llama nuestra atención. Es el punto de información, el cual nos sirve para coger un mapa de la zona e informarnos de posibles actividades extras que se pueden realizar, entre las que nos llama la atención una de reciente funcionamiento... ¡¡ahora se puede ver Tulum desde el mar!! Además de aprovechar para hacer un poco de snorkel y alcanzar ciertas ruinas inaccesibles de forma terrestre. Tras un poco de negociación, nos ofrecen el tour por 400 pesos. Ahora si, accedemos por las puertas situadas en la parte Sur de las ruinas esperando una pequeñísima cola.
La gran ciudad amurallada al borde del Mar Caribe, cuyo antiguo nombre era Zamá, que significa amanecer, por sus preciosas salidas de sol que dejan entrever sus acantilados, sigue encerrando dentro de si múltiples leyendas. Todo el conjunto arquitectónico mezcla estilo Puuc y Costa Oriental, aunque no deja ser de un pequeño emplazamiento que difiere mucho de otros grandes recintos encontrados como Chichen Itzá o Coba.
Tulum fue creada como ciudad, santuario, observatorio astronómico y puerto comercial, y según lei fue hacia el 1400 d.C. cuando alcanzó su máximo esplendor, dato curioso considerando el inicio de la decadencia maya a partir del 900 d.C. Sin embargo, se cree que la civilización perduró en las tierras altas de la Península del Yucatán y ciudades como Chichen Itzá, Uxmal o Mayapán continuarían floreciendo en el periodo Postclásico entre el 900 y 1500 d.C.
Y como telón de fondo, el agua azul turquesa de la orilla mezclado con el más intenso de las aguas profundas, que unido a algunas preciosas edificaciones dejan estampas dignas de postal. Estamos ahora en un área de abruptos acantilados, con varios templos, la Casa del Cenote y un par de torres de vigilancia. Otra de las grandes atracciones, se encuentra a lo alto del acantilado principal donde está el Castillo a modo de faro. Hablamos de una preciosa cala que ha resistido perfectamente el paso de los años (incluso sus palmeras) y que, atendiendo al calor que pega muy fuerte y nos tiene sudando desde hace ya un buen rato, va a ser la “atracción más refrescante”. ¡¡Pero NO!! La playa estaba repleta de unas algas que nos daban mucho asco y que afearon completamente la preciosa cala.
Aunque nosotros no hemos madrugado, no esta demasiado lleno. Pero por desgracia el calor es insoportable ¡¡Es hora de salir por la salida norte!!
Tulum es una visita “incompleta” si no se visita ¡¡Playa Paraíso!! Playa Paraíso es la parte más turística (con chiringuito y zona privada) de una preciosa playa que se extiende al norte de la Playa de Tulum y que se divide en tres: Playa Santa Fe, Playa Pescadores y Playa Paraíso. La realidad es que todo forma parte de una misma playa, y los nombre no es nada más que un mero identificativo dado para distinguir distintas áreas. Tras un pequeño paseo desde Tulum al acceso a Santa Fe, comenzamos un agradable paseo por la orilla de la playa hasta llegar a los dominios de Playa Pescadores.
Playa Pescadores es una de esas playas que todos queremos encontrar en nuestros viajes, sin NADIE, con arenas blancas y apenas un pequeño chiringuito, de aguas transparentes de Caribe auténtico y preciosas vistas. El nombre viene dado por las pequeñas embarcaciones pesqueras de la zona, algunas de ellas transformadas hoy por hoy en transportes de los recientes servicios ofrecidos de vistas de Tulum a través del mar. Y, tras uno de los momentos más “refrescantes” del día, eso es lo que vamos a hacer (y para lo que hemos comprado las entradas con esta opción).. ¡¡nos vamos a ver Tulum desde el mar!!
En un pequeño chiringuito hay un par de hombres que son los encargados de gestionar estas embarcaciones. Nos dan material de snorkel y nos indican que en unos minutos estemos listos. El trayecto por mar es tranquilo y en unos 5-10 minutos estamos frente a las ruinas… !!PRECIOSAS!!
Es posible que desde aquí se tenga una visión mucho más real de lo que Tulum pudo suponer para esta civilización. Los Mayas eran mercaderes astutos, y su red de rutas de tierra y ríos hasta la costa tenía que estar complementada con puertos que permitiesen una comunicación marítima ágil. Así surgió Tulum.
Una pequeña brisa con el movimiento de la barca se agradece a estas horas, y es el que conseguimos mientras nos trasladamos a una parte del segundo mayor arrecife de coral del mundo que se extiende desde más al norte hasta Honduras. !!Al agua!! !!A snorkellear!! Podemos profundizar un poco y ver algunas curiosas especies de flora que crece en los corales, y pequeños pececitos azules escondidos en pequeñas cuevecillas. ¡¡IMPRESIONANTE!! Ha sido una experiencia increible y única.
Regresamos al barco y nos ponemos de nuevo rumbo a Playa Pescadores, donde ponemos ruta al sur. Y es que, ya que estamos aquí, vamos a conocer la “famosa” palmera borracha. Nos hacemos unas fotillos en la típica palmera de postal y nos tumbamos en la toalla apollados en otra palmera. Se estaba de lujo. ¡¡Una playa de película!!
Es alrededor del mediodía cuando el hambre comienza a apretar, así que salimos por Playa Pescadores y negociamos con un taxi nuestro regreso a los Palladium, pero no llegamos a un acuerdo, así que nos lleva a la parada de colectivos por 70 pesos, y de allí al Grand Palladium.
El “Gran Azul”, a pié de piscina principal, se ha convertido en nuestro buffet preferido para comer. Después de comer nos fuimos a Playa del Carmen. Era nuestro ultimo día y lo aprovechamos para hacer algunas compras que nos faltaban.
Nuestra primera parada es una tienda de tatuajes. Mi novio se ha encaprichado en tatuarse algo cada vez que hagamos un viaje como este... y así fue!! Pobre su cuerpo como acabara, como sigamos el ritmo que tengo en mente jajaja Después volvimos a recorrer la 5º Avenida como ya habíamos hecho en nuestro primer día. Compramos un montón de cosas, entre ellos una hamaca-columpio, sombreros mexicanos, plata, postales, etc.
El resto de la noche no difiere de los habitual. El caso es que se nos hizo tan tarde, que un día mas, no llegamos a la cena. Así que de nuevo al Bar 24 horas. El día no da para mucho más, y algo más tarde que otros días, por culpa de hacer las maletas, nos retiramos a descansar. zZzZzZzZ. Mañana nos vamos, y las vacaciones en el paraíso se nos han hecho de todo menos largas.