Desayuno en el hotel y compramos las tarjetas Berlín Welcomecard en la recepción del hotel nos costó 40,50 euros, para 72 horas, las zonas ABC y la entrada a los museos de la Isla de Museos. El recorrido del día empezó en el Museo de Neues y el Museo de Pergamo, estuvimos hasta las 13:25 disfrutando de estos increíbles museos.
Luego nos dirigimos en tranvía a la Puerta de Brandenburgo

porque a las 14 teníamos reservado el Tour de Berlín y el Muro. El tour dura unas 3 horas y media, vemos el Museo de la Stasi, El monumento al muro, la Iglesia de la Reconciliación, el Palacio de las Lágrimas,...estuvo chulísimo y David, el guía, se lo curro muchísimo. Toda la información que nos dió fue muy visual y muy explicativa, un tour de 10. En la pausa del tour en el café Laras, nos tomamos un gran capuchino y un pastel cuando el día se iba apagando. El tour finalizó en el monumento al Muro,

donde hay varios museos, así que cuando termino el tour nos quedamos un buen rato explorando estos museos, ya era de noche y con bastante frío. ya apetecía ir buscando algo de cenar, el día había tenido muchísima cultura y faltaba más gastronomía, así que nos cambiamos de ropa en el hotel y visita rápida a la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm, más conocida como la Iglesia de la Muela Picada, La Polvera y El Pintalabios, por su puesto toda la plaza estaba muy animada, debido al gran mercado navideño. En esta plaza también se encuentra el Jardín Zoológico. Tras un buen rato disfrutando de esta inusual y bella Iglesia decidimos ir a cenar a Curry 36, ya que queríamos comer unos de los mejores Currywurst de Berlín. Tomamos el metro y a las 20:15 más o menos estábamos degustando unas deliciosas Currywurst y una cerveza en un restaurante típico berlinés de salchichas, chulísimo, por supuesto tuvimos que hacer un poco de cola y en el barullo de gente salimos ganando en el cambio y nos salió un poco más barato todavía. Para terminar de cenar decidimos ir a Alexanderplatzy comer algo más en los mercados navideños de allí. Tras mucho ver y disfrutar del mercado navideño, saboreando una buena cerveza y ya a las 21:30 nos tomamos una especie de "buñuelos" recién hechos y riquísimos. Con la barriga bien llena y muy satisfechos de nuestra aventura, nos retiramos al hotel. Mañana más.