Esa mañana desayunamos por última vez en Ubud e hicimos el check out.
Ya que habíamos quedado a las 10 para ir a ver el templo decidimos ir a las 9 a ver el tan famoso Bosque de los Monos... Teníamos una hora para visitarlo.
No lo pudimos hacer antes porque cerraban todas las tardes a las 18 o las 19 (no lo recuerdo) y nunca nos daba tiempo así que decidimos ir a verlo en el último momento.
La entrada son 20.000 rupias por persona
Que decir... El santuario en sí está bien. Lo primero que hacen en cuánto entras es querer venderte plátanos para que los monos se te abalancen... Nosotros no compramos. Los monos te miran a las manos para ver que llevas. Guardamos tanto gafas de sol y los móviles bien agarrados porque nunca se sabía y como alguno me lo quitara con todas las fotos del viaje no respondía ante mis actos! Por suerte no pasó nada.
Daban bastante respeto sobretodo los más grandes, no es un juego estar por allí, tienen unos buenos colmillos y no conviene cabrearlos. Si que es verdad que están tan acostumbrados a la gente que solo les falta hablar pero para verlos por allí correteando y jugando entre ellos está bien.
Mucha gente lo califica de increíble pero nosotros no lo vimos así... El lugar es muy bonito con sus santuarios y el bosque pero la atracción de los monos no es como lo pintan... Quizás también eran las 9 de la mañana y estaban recién levantados.. Por la tarde estarían más "inquietos". Nosotros lo que vimos es a los monos jugando entre ellos, comiendo y quitándose las pulgas o piojos... Sin más.
Dentro del santuario como está dedicado a los monos hay decenas de figuras de ellos e incluso un pequeño cementerio donde los enterraban (eso me dio penilla)
Sinceramente no me gustan este tipo de atracciones en las que el protagonista es el animal, lo veo más circo que otra cosa. Entramos porque sé que están al aire libre y realmente son los dueños del lugar. Con esto solo digo que hay que tenerles un respeto, verlos desde la distancia sin tener que darles los plátanos para que luego la gente de allí los cojan y te los pongan en la cabeza y esas cosas que no hacen falta solamente para hacerte la foto.
A las 10 ya estábamos en el hotel esperando a que viniese nuestro chófer de ese día, no sabíamos quien iba a ser ya que Kadek nos comentó que él tampoco sabía quien nos iba a llevar pero que iba a pedir que fuera el y así fue!

Nos subimos al coche, dejamos las maletas y nos despedimos de Ubud. Un pueblo precioso, maravilloso, tranquilo, con buena comida, limpio, gente amable... Lo tenía todo! Sin duda un buen lugar para pasar una temporada y desestresarte de todo este mundo en el que vivimos.
El TEMPLO BESAKIH o Templo Madre como también se le llama, debe su nombre a que es EL templo. Es el más grande y sagrado de Bali.
Está ubicado en un lado del Monte Agung.
Hay un total de 22 templos. Y cuatro de ellos indican los cuatro puntos cardinales.
ATENCIÓN:
-Para entrar hace falta sarong. Se puede comprar en los alrededores que hay bastantes tiendas. Yo compré uno y cada vez que me decía un precio Kadek me hacía con la cabeza un gesto en plan: aún es caro... Así que lo saqué por unos 3€
-En la entrada donde se paga la entrada hay bastantes motos donde se ofrecerán para que les pagues y te llevan hacía arriba. La cuesta que hay son 2 km interminables y bien empinada.
-Te intentarán venderte de que hay que entrar con un guía dentro. FALSO. Puedes entrar y acampar por donde quieras y rezar si hace falta.
Una vez dentro, nos cortaron el paso unos chavales que nos hicieron dar la vuelta porque estaba haciendo una ceremonia. Bajamos y cuando los vimos riéndose volvimos a subir, nos volvieron a cerrar el paso y les dijimos que nanai de la china que sí podíamos entrar y ya está.
-Hay gente por allí que se ofrece para ser tu guía pero te van a pedir un dineral y no hacen falta para nada.
Dicho esto, mientras se vaya con respeto se puede acceder donde se quiera sin la necesidad de nadie. Todo esto ya nos lo avisó Kadek de camino mientras nos hacía con la mano que pasaramos de todo lo que nos dijeran...
Muy apañado él, le dejó a David su sarong para que no tuviéramos que comprar otro más.
Salimos del Templo y nos ponemos en marcha hasta llegar a Kuta.
El trayecto duró como 1hora y pico.
Para todo más o menos se tarda lo mismo y no es por la distancia, más que nada es por el tráfico que hay siempre y como solo hay una carretera que te lleva hasta ese punto es lo que hay.
Lo encontró facilmente ya que se encontraba en la misma carretera de la costa el hotel.
Allí ya nos despedimos de Kadek. Un padre de familia bastante joven y es que los indonesios son de casarse y formar una familia con bastante antelación.
Un placer haberte conocido y un saludo desde aquí


El hotel era el KUTA SEA VIEW
Me costó muchísimo la decisión de la elección de la playa.
Supongo que como casi todo el mundo es en lo que más duda. Nuestras inquietudes eran que en Kuta estaba todo más centrado al encontrarse cerca del aeropuerto y disponer de gran variedad de ocio y donde se concentraba la mayor parte de la vida nocturna.
Por otro lado leía y releía y daba la sensación que era un lugar donde solo hay fiesta y australianos borrachos así que me echaba para atrás y miré en Seminyak, la zona de playa que está más hacía arriba donde estaban las villas privadas, hoteles con quizás más encanto, era la zona más pija. Y por otro lado también miré Jimbaran, la zona al sur del aeropuerto, las cuales son famosas por sus restaurantes en la playa de marisco y pescado fresco.
Mi cabeza cada día cambiaba de opinión. Esto es muy subjetivo, depende lo que busque cada uno pero nosotros al final nos decantamos por Kuta ya que los hoteles de Seminyak se nos iban de precio y sinceramente no voy a pasarme el día entero dentro de la villa sin ver nada más que a mi marido que llevaba un mes entero 24h sin despegarme de el y viceversa. Parecíamos una pareja de gran hermano ya...
Y por otro lado también descarté Jimbaran porque los hoteles tampoco eran baratos y los que si lo eran estaban bastante alejados de la playa. Así que nada encontré este que tenía muy buenas críticas y estaba bastante centrado y alejado del meollo.
Teníamos vistas al mar. Lo que más me sorprendió fue una tarde en la terraza fumándonos un cigarro la cantidad indecente de aviones que llegaban a aterrizar en la isla. Era algo increíble. En los 10 minutos que pude estar mirando bajaron como unos 5 o 6 y no exagero nada. Iban en hilera todos

Si alguien quiere visitar la isla que lo haga ya porque la cantidad de turismo que abarca no lo veo ni medio normal. No pensaba que fuera tanto hasta que lo ves con tus propios ojos... En fin que en pocos años será más caro aún, menos exótico y colonia australiana por excelencia sino lo es ya.
Dejamos las maletas, nos pusimos el bañador y a la piscina directamente que nos moríamos de calor y los pies los tenía cocidos ya.
Estuvimos hasta que anocheció y después a dar una vuelta de reconocimiento, ver el ambiente y cenar algo.