Para el día de hoy habíamos contratado en el hotel un taxi boat para nosotros 2 que nos haría un recorrido alrededor de la isla con parada en algunas de sus playas y que incluía visitar la isla de Nangyuan.
Las experiencias navales a lo largo de nuestra vida viajera no han sido muy gratas que digamos


Desayunamos tan “tranquilamente” (histéricos de ver donde íbamos a subir) y bajamos a la playa a coger nuestro bote, que ya nos esperaba.
Solo subir le indiqué al “balsero?”

No llevábamos ni 5 minutos en el bote cuando empezó a moverse de un lado a otro muy bruscamente




El viraje y regreso al hotel no fue fácil de digerir, apenas me sujetaba cuando bajamos del bote!!! Nos acercamos a la recepción del hotel para informar de que habíamos suspendido la excursión y, dado que aun no habían preparado el menú picnic para nosotros y no visitamos ninguna playa, no nos quisieron cobrar nada.


Creemos que el estado del mar no era bueno, hemos subido en todo tipo de barcos y las hemos visto de todos los colores, ese mismo día vimos pasar distintos taxi boat y realmente se tambaleaban muchísimo más que lo hacían el día anterior.
Fue una verdadera lástima pues siempre tendré la espina clavada de haber estado tan cerca de Nangyuan y no haber podido disfrutarla!

Mareada y con muy mal cuerpo, hoy no era día de estar dando tumbos en taxi por la isla así que, aunque era nuestro último día en Koh Tao, decidimos ir a pasar la mañana a la misma preciosa playa del día anterior, Sai Nuan Beach pero esta vez mejor equipados pues ya nos habíamos comprado el equipo de snorkel!

El día transcurrió exactamente igual al anterior: playa y relax, cervecitas, buena comida, más playa, piscina…



Hoy teníamos claro que no nos íbamos a patear una carretera oscura y solitaria para llegar a no sé donde para coger un taxi de regreso al hotel, así que quedamos con el taxista que nos llevó al restaurante en que nos pasara a recoger a una hora concreta.
Qué bien saben unas bravas y unas gambas al ajillo en Koh Tao!



Por última vez, pasamos un largo rato tirados en la terraza de nuestro bungalow…estos últimos días habían pasado volando y es que, Koh Tao ha dejado huella en nuestras vidas.
