Regresar de Madagascar ha sido un poco traumático, justo el tiempo para ducharme y me fui a trabajar...sería estado mejor tener un día libre para reponerme de la vacación e intentar de nuevo a vivir frenéticamente. El viaje en general fue bueno.
El vuelo Air Madagascar partió con un poco de retraso. Ya cuando estás en el aeropuerto, compriendes que Europa está muy lejos, había una confusión increíble, gente que va y que vuelve, gente con trajes tradicionales creo, maletas y un montón de gente que esperaban la llegada de los turistas intentando atraer nuestra atención. Después no sé cómo pasó, Parani (mi futuro guía) me individuó y tímidamente me muestró un cartel en el que estaba escrito mi nombre...no sé porqué, será quizas el jet lag, pero fue un alivio para mi.
Antananarivo es una ciudad grande y desordenada, en sus alrededores hay también un centro comercial enorme. Por suerte la “ciudad alta” con sus callejuelas, tienditas, iglesias y muchas personas que salen de la Misa vestidas muy bien (son muy católicos) es algo muy interesante. Parani me llevó después a un hotel y me dijo que nos encontraríamos el día siguiente para empezar el tour. Por la noche cené en el restaurante Rossini, me sentía un callejero en un lugar muy elegante, fijaros que los camareros te vierten el agua en los vasos...la cena pero era óptima (pato) y no muy caro: aprox. 60.000 ARY (ariary) 18 € (sin vino 10 €). Éste es el precio más alto que pagué durante todo el viaje, a menudo tambièn la mitad.
El vuelo Air Madagascar partió con un poco de retraso. Ya cuando estás en el aeropuerto, compriendes que Europa está muy lejos, había una confusión increíble, gente que va y que vuelve, gente con trajes tradicionales creo, maletas y un montón de gente que esperaban la llegada de los turistas intentando atraer nuestra atención. Después no sé cómo pasó, Parani (mi futuro guía) me individuó y tímidamente me muestró un cartel en el que estaba escrito mi nombre...no sé porqué, será quizas el jet lag, pero fue un alivio para mi.
Antananarivo es una ciudad grande y desordenada, en sus alrededores hay también un centro comercial enorme. Por suerte la “ciudad alta” con sus callejuelas, tienditas, iglesias y muchas personas que salen de la Misa vestidas muy bien (son muy católicos) es algo muy interesante. Parani me llevó después a un hotel y me dijo que nos encontraríamos el día siguiente para empezar el tour. Por la noche cené en el restaurante Rossini, me sentía un callejero en un lugar muy elegante, fijaros que los camareros te vierten el agua en los vasos...la cena pero era óptima (pato) y no muy caro: aprox. 60.000 ARY (ariary) 18 € (sin vino 10 €). Éste es el precio más alto que pagué durante todo el viaje, a menudo tambièn la mitad.