Este viaje ha sido una escapada por los valles de la Vera y del Jerte, alojándonos en Paradores. Nuestra primera etapa era Cáceres.
Llegamos al parador sin problemas gracias a las indicaciones del foro.

En el parador no hay una zona muy grande de aparcamientos, por lo que tuvimos suerte de llegar a la hora en que suelen dejar sus habitaciones los clientes (entre las 12 y las 13h).
Llevábamos media pensión así que comimos en el parador (muy bien) y nos fuimos a visitar la ciudad. A las 17,30 acudimos al Arco de la Estrella para hacer la visita guiada (muy recomendable, 5 euros un recorrido comentado por la ciudad que incluye la visita a los edificios de entrada libre).

En la Plaza Mayor, además de la oficina de Turismo (donde nos facilitaron información y plano de las comarcas de la Vera y del Jerte, que visitamos los días siguientes) está la Asociación de Guías Turísticos donde puedes contratar la visita guiada a la ciudad.
Cáceres es una ciudad de ensueño. Te da la impresión de estar en otro tiempo. En el casco antiguo apenas hay coches y muy poca gente, lo que se suma al conjunto de edificios de piedra, sin neones y con las señales mínimas.
La Plaza mayor está más animada y ahí puedes comprar algunas cosas sin tener que ir a la zona nueva (torta del casar, pimentón… lo típico). Las otras plazas y callejuelas dentro del casco histórico son como un parque temático, no hay comercio, poca gente... Para todo eso tendrás que salir al mundo actual.
Nos gustó mucho el Aljibe de la Casa de la Veleta.
En esa casa está también el museo provincial y goza de unas vistas espectaculares (si no hay niebla). Su visita es gratis.
La Plaza de Santa María, con la Concatedral y la estatua de San Pedro de Alcántara, a quien deberás acariciar los pies para que te traiga suerte, la Plaza de San Mateo, donde podrás comprar dulces en el convento del mismo nombre, la de San Jorge, con la Iglesia de San Francisco Javier, las torres coronadas por nidos de cigüeñas (que están tan agustito en Cáceres que ya ni emigran), las callejas empedradas y el silencio y quietud de esta ciudad te transportan, realmente, a otro tiempo.
No tuvimos la oportunidad de visitar más edificios, ya que solo disponíamos de esa tarde pero, a grosso modo, Cáceres se puede ver muy bien en un solo día y el paseo por sus callejuelas y plazas es muy agradable.