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Este día teníamos la reunión con el representante de Travelplan a las 9.15 h en la recepción del Palace. Nos levantamos temprano sin ayuda del despertador y fuimos a desayunar al buffet Behique, mismo lugar donde cenamos el día anterior. Como aún quedaba algo de tiempo para la reunión nos informamos acerca de las tarjetas de teléfono. Tras preguntar en varios lugares, por fin conseguimos comprarla por 20 $ en una máquina situada al lado de los teléfonos del lobby del Punta Cana. Existen dos tipos de tarjetas para llamadas internacionales, la “Eurocarte” para llamas a España y algunos países de Europa, y otra para llamadas a USA y Canadá. Utilizamos esta tarjeta desde los teléfonos azules (nosotros solíamos utilizar el que está al lado del Supermarket del Palace) ya que desde estos teléfonos NO había que pagar 1$ de conexión. Para llamar a España teníamos que descolgar el teléfono, marcar el 5, esperar a una locución para seleccionar el idioma y pulsar el 2 para español, marcar nuestro número personal (número que aparece en la tarjeta y que previamente hay que rascar para poder visualizarlo), macar 011 34 Número a llamar. Si utilizamos la tarjeta para llamadas a fijos disponemos de 22 minutos, mientras que si la utilizamos para móviles disponemos de 14. Se pude llamar todas las veces que queramos hasta agotar los minutos, y tanto se pude intercalar llamadas a fijos como a móviles.
En la reunión nos informaron de algunos aspectos a tener en cuenta acerca de la RD, para pasar posteriormente a intentar vendernos las excursiones y confirmar los billetes de la salida. Nosotros no compramos ninguna.
Al acabar la reunión, nos montamos en el trenecito para conocer el complejo y sacar las primeras fotos del complejo. Después disfrutamos de la piscina del bar “Samaná” que a la postre fue la que más nos gustó. Tomamos nuestros primeros cócteles y conocimos a “Tiburón”, camarero del PoolBar Samaná con quien nos reímos bastante durante todas nuestras vacaciones.
Coincidimos con las otras dos parejas que conocimos ayer en el check-in y fuimos a comer con ellos de nuevo al Behique ya que es el restaurante que está al lado del Bar Samaná. La verdad es que la comida era muy variada y muy rica. Tomamos los seis unos cacharros en el Bar Samaná y fuimos todos a conocer la playa hasta llegar andando al Cortecito. Allí pudimos comprobar que los vendedores son un poco cansinos a la hora de insistir en que entrásemos a sus tiendas, pero con un ‘no gracias’ bastaba (a veces, jeje). Aprovechamos para cambiar unos pocos Euros a Pesos (45,85 pesos por 1 €) y para comprar una botella de Ron Brugal Extraviejo que beberíamos en nuestra habitación durante los agradables baños en la jacuzzi. La compramos en el Super Amalia, súper de precios fijos, ya que a nosotros no nos va el tema del regateo. Volvimos hacía el hotel de nuevo por la playa entre los vendedores de excursiones que nos intentaban convencer para que le compráramos alguna.
Después de la ducha, fuimos a cenar al restaurante buffet La Catedral y posteriormente al teatro Sunset en el que vimos parte de una actuación. Aquí fue en el único lugar que le sirvieron a mi chico ron Brugal Extraviejo, ya que en los demás sitios sólo servían Blanco, Carta Dorada o Añejo.
Estábamos cansados y la actuación no nos entusiasmaba mucho, por lo que nos fuimos para cama.
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