Como el primer intento de visitar la galería de paleontología fue fallido lo intentamos de nuevo. En metro llegamos a Gare d'Austerlitz y por fin pudimos entrar; ya en la entrada fuimos avisados de que no había aire acondicionado y la verdad es que se notó muuuucho, ¡qué calor!. Aquí no sirve la Museum Pass.
Esta sala estaba llenínisima de esqueletos de animales pero lo que nos llevó hasta ahí fueron los dinosaurios. Pudimos ver partes de esqueletos de carnotauro, tiranosaurio, tricerátops... Aunque nos gustó más el museo de historia natural de Londres (apartado dinosaurios), valió la pena.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de la visita no quería volver a encerrar a los niños en un museo por lo que decidimos pasear por el Jardin des Plantes y allí pudieron montar en el carrusel de animales: se subieron al dodo, al tricerátops, al elefante... Y nos entretuvimos con los cuervos que revolotean el parque.
A la una y media teníamos revervada mesa en el restaurante Le Train Bleu que está en Gare de Lyon. Teníamos un poco de tiempo antes de ir al restaurante y atravesamos el puente d'Austerlitz y paseamos por el boulevard Bourdon hasta llegar a la plaza de la Bastilla; en este boulevard hay un parque y nos paramos a jugar un ratito. Ya que estábamos en la Bastilla quisimos llegar a la famosa plaza des Vosges y otra vez a jugar en el parque mientras los adultos apreciábamos los edificios y arcos que hay en esta plaza.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estuvimos poco tiempo porque queríamos llegar puntuales al restaurante. Habíamos reservado una mesa al lado de una ventana para ver el ambiente de la estación y disfrutamos de la comida. El menú es carísimo pero intentamos gozar al máximo: de la comida (menú travellers), del servicio, del ambiente, del contexto... A los niños les dieron una cajita de lápices de colores y un cuadernillo de actividades (pintar dibujos, sopa de letras...); también se entretuvieron con lo que habíamos comprado en la tienda del museo-sala paleontológica que habíamos visitado por la mañana: un juego de cartas de dinosaurios y por supuesto en la mochila siempre llevamos con nosotros el bloc de dibujo y estuche que nos trajimos de casa.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Después de comer bajamos a la estación y allí el personal obsequió a cada niño con una bolsa llena de material para los peques: otra vez cuadernos para pintar, recortables de trenes, batido de chocolate, barritas de cereales... Se trataba de una campaña para promocionar el uso del tren y los niños, por supuesto, encantados. Cargados de regalitos llegamos al centro Pompidou; antes nos topamos con la maravillosa fuente Stravinsky; a los niños les gustó fotografiarse con las esculturas moviéndose y brotando agua. De la calor que hacía no pudimos sentarnos en el banco de acero inoxidable que rodea la fuente, ¡quemaba demasiado!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después rodeamos y entramos en el centro Pompidou; allí compramos el Museum Pass de 4 días que nos permitió visitar museos y edificos sin tener que hacer mucha cola (Orsay fue una excepción).
Subimos por las escaleras mecánicas hasta llegar arriba del todo desde donde se divisa gran parte de París; unas vistas preciosas y luego ya visitamos unas cuantas salas del museo; con los niños "jugamos-analizamos" unos pocos cuadros: ¿Qué objetos veis, qué habitación es, qué color predomina...?. Disfrutamos con obras de Matisse, Mondrian, Picasso... Pero los chicos se cansaron pronto y entonces fuimos a la zona de juegos del museo. Un poco más tarde nos comimos un buen helado Amorino y nos sentamos, como muchos turistas, en la explanada que hay frente el museo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hoy las chicas teníamos sesión de ballet, por lo que fuimos al apartamento para ponernos guapas. ¡Nos gustó tanto el palacio Garnier! El sitio es precioso; lleno de dorados y de glamour. Nos sentamos en nuestros asientos y durante casi tres horas disfrutamos de la música y de los bailarines. La fille mal gardée es un ballet muy adecuado para niños y no se quejó ni un minuto. Nos gustó el baile de los zuecos, el de las tiras de colores, en la obra salía un poni, los pollitos bailando, la madre tan chistosa, el patoso "novio", el triunfo del amor... En el descanso hicimos como la mayoría de gente: pasear por las salas, beber una copa de champagne... Cuando salimos del palacio nos encontramos con otro show callejero; un artista tocando un piano "móvil", un grupo bailando tangos... todo esto a la salida del ballet ¡que ambientazo!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Era tarde y nos fuimos al apartamento donde los chicos ya habían montado parte de la maqueta del tren que nos habían regalado por la tarde en Gare de Lyon. Cenamos en casa y a la cama. Mañana nos esperaba Napoleón en el Château de Fontainebleau.
Esta sala estaba llenínisima de esqueletos de animales pero lo que nos llevó hasta ahí fueron los dinosaurios. Pudimos ver partes de esqueletos de carnotauro, tiranosaurio, tricerátops... Aunque nos gustó más el museo de historia natural de Londres (apartado dinosaurios), valió la pena.
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Después de la visita no quería volver a encerrar a los niños en un museo por lo que decidimos pasear por el Jardin des Plantes y allí pudieron montar en el carrusel de animales: se subieron al dodo, al tricerátops, al elefante... Y nos entretuvimos con los cuervos que revolotean el parque.
A la una y media teníamos revervada mesa en el restaurante Le Train Bleu que está en Gare de Lyon. Teníamos un poco de tiempo antes de ir al restaurante y atravesamos el puente d'Austerlitz y paseamos por el boulevard Bourdon hasta llegar a la plaza de la Bastilla; en este boulevard hay un parque y nos paramos a jugar un ratito. Ya que estábamos en la Bastilla quisimos llegar a la famosa plaza des Vosges y otra vez a jugar en el parque mientras los adultos apreciábamos los edificios y arcos que hay en esta plaza.
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Estuvimos poco tiempo porque queríamos llegar puntuales al restaurante. Habíamos reservado una mesa al lado de una ventana para ver el ambiente de la estación y disfrutamos de la comida. El menú es carísimo pero intentamos gozar al máximo: de la comida (menú travellers), del servicio, del ambiente, del contexto... A los niños les dieron una cajita de lápices de colores y un cuadernillo de actividades (pintar dibujos, sopa de letras...); también se entretuvieron con lo que habíamos comprado en la tienda del museo-sala paleontológica que habíamos visitado por la mañana: un juego de cartas de dinosaurios y por supuesto en la mochila siempre llevamos con nosotros el bloc de dibujo y estuche que nos trajimos de casa.
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Después de comer bajamos a la estación y allí el personal obsequió a cada niño con una bolsa llena de material para los peques: otra vez cuadernos para pintar, recortables de trenes, batido de chocolate, barritas de cereales... Se trataba de una campaña para promocionar el uso del tren y los niños, por supuesto, encantados. Cargados de regalitos llegamos al centro Pompidou; antes nos topamos con la maravillosa fuente Stravinsky; a los niños les gustó fotografiarse con las esculturas moviéndose y brotando agua. De la calor que hacía no pudimos sentarnos en el banco de acero inoxidable que rodea la fuente, ¡quemaba demasiado!
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Después rodeamos y entramos en el centro Pompidou; allí compramos el Museum Pass de 4 días que nos permitió visitar museos y edificos sin tener que hacer mucha cola (Orsay fue una excepción).
Subimos por las escaleras mecánicas hasta llegar arriba del todo desde donde se divisa gran parte de París; unas vistas preciosas y luego ya visitamos unas cuantas salas del museo; con los niños "jugamos-analizamos" unos pocos cuadros: ¿Qué objetos veis, qué habitación es, qué color predomina...?. Disfrutamos con obras de Matisse, Mondrian, Picasso... Pero los chicos se cansaron pronto y entonces fuimos a la zona de juegos del museo. Un poco más tarde nos comimos un buen helado Amorino y nos sentamos, como muchos turistas, en la explanada que hay frente el museo.
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Hoy las chicas teníamos sesión de ballet, por lo que fuimos al apartamento para ponernos guapas. ¡Nos gustó tanto el palacio Garnier! El sitio es precioso; lleno de dorados y de glamour. Nos sentamos en nuestros asientos y durante casi tres horas disfrutamos de la música y de los bailarines. La fille mal gardée es un ballet muy adecuado para niños y no se quejó ni un minuto. Nos gustó el baile de los zuecos, el de las tiras de colores, en la obra salía un poni, los pollitos bailando, la madre tan chistosa, el patoso "novio", el triunfo del amor... En el descanso hicimos como la mayoría de gente: pasear por las salas, beber una copa de champagne... Cuando salimos del palacio nos encontramos con otro show callejero; un artista tocando un piano "móvil", un grupo bailando tangos... todo esto a la salida del ballet ¡que ambientazo!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Era tarde y nos fuimos al apartamento donde los chicos ya habían montado parte de la maqueta del tren que nos habían regalado por la tarde en Gare de Lyon. Cenamos en casa y a la cama. Mañana nos esperaba Napoleón en el Château de Fontainebleau.