Ultimo día, nos levantamos algo mas tarde, y desayunamos también con mas pausa, recogimos la habitación y el equipaje, hicimos el check out, y dejamos el equipaje en un cuarto que te facilita el hotel para estos casos, ya que nuestro avión no sale hasta las 20:55h.
No obstante, nuestro plan era echar la mañana en algunos sitios que se nos habían pasado, comer relajados y volver al hotel para marchar pronto al Aeropuerto para tener tiempo de recorrer la Terminal 1, que teníamos entendido que es muy recomendable dedicarle un repasillo.
Asi que marchamos hacia Karlsplatz, y entramos en St. Michel, que no habíamos visto su interior.
De aquí nos dirigimos a la Catedral Frauenkirche, que por una u otra cosa no habíamos visto; a nuestro parecer, poco llamativo el interior respecto al exterior de esta ultima.
Algunas tiendas cayeron en el recorrido, y como no a la hora del tentempié visitamos Virtualienmarkt, donde tomamos la ultima cerveza en los bancos públicos, con alguna salchicha; otro de los ambientes que echare mucho de menos.
Uno de los muchos escaparates de charcuterías y carnicerías en Virtualienmarkt.
Seguimos nuestro paseo y pasamos por el edificio del Altes Rathaus, junto a su arco hay un pequeño museo que visitamos, mientras caían unas gotas de lluvia, bastante flojo su contenido, juguetes de nuestros abuelos, de laton, de plomo muñecas y maquetas de casitas, cocinas, barcos trenes etc... en fin echamos un rato, 4€/pers.
A la hora de comer, tuve que ceder y dar gusto también a los jóvenes, así que en la misma calle del restaurante Haxnbauer, entramos en el italiano que hay, muy tranquilos y atendidos por camareros que hablan español, tomamos ensaladas y pasta que ya había ganas de variar, y por supuesto cerveza en jarras de barro, no estuvo mal al final, muy acogedor y buen servicio, también había pocas mesas ocupadas.
Para terminar volvimos a Virtualienmarkt, y a continuación de las carnicerías encontramos una cafetería- pastelería formidable, con unos pasteles irresistibles, de modo que nos dejamos seducir, y tomamos el café merienda.
Pues, con el viaje en mente, poco nos podíamos permitir mas, pasamos por la calle Orlandostrase, justo a espaldas del restaurante Haxnbauer, calle repleta de tiendecillas de souvenirs y curiosidades, así que hicimos el ultimo repaso...
asi que fuimos acercándonos al hotel, diciendo ¡¡adios..hasta siempre!! a nuestro paso por todo el recorrido, Altes Rathaus, Neus Rathaus, Marienplatz, Karlsplatz etc...
Recogimos el equipaje en el hotel y marchamos a la Estación Central, aquí tube problemas en la maquina, no me cobraba la visa la compra del Airport-City Ticket gruppen 22,30€; lo intente en diferente maquina y con diferente tarjeta, y nada. De modo que me dirigí a la ventanilla, y la pague allí, pero no entendí la explicación que me dio la operadora, no se de que estaba asignada la tarjeta o algo así... no lo entiendo, siempre funcionó estos días atrás.
En fin, vamos a los andenes de las líneas S, ya sabéis que os vale tanto la S1 como la S8, el que mas próximo sea el siguiente tren y verificando su sentido de marcha con el nombre que lleva de destino, es decir tanto la S1 como la S8 deben indicar Flughafen Münche y no el sentido opuesto.
Tras unos 40 minutos estábamos en el Aeropuerto, subimos la escalera mecánica que te da acceso a la Terminal 1, y aun quedaba un rato para poder facturar con Vueling, así que curioseamos las tiendas y supermercados, echamos un café- cerveza en un buffet, y ya por fin facturamos y nos quedamos mas libres.
Nuestro avión tenia algo de retraso, pasamos control de seguridad y aun estuvimos un buen rato con el embarque retrasado, pero una vez en el avión, no se como se las ingenian que llegan a Málaga a la hora prevista, 23:50h; esa noche soñaríamos con Munich.
Conclusiones:
Muchas; despejadas las dudas sobre las rarezas, es un destino donde te acogen, mentalidad muy abierta, seguridad en las calles, en el metro en todo lo que visitamos; en general muy buen trato al turista, ningún problema con el idioma, siendo mi ingles bastante escaso.
Pero sobre todo me llevo el modo de vivir de la gente y su alto sentido cívico, mentalidad educada en el cuidado de lo que es de ellos, miran por su país, disfrutan de lo que tienen, aun puedes ver que los valores humanos existen, honradez, respeto por el entorno natural, limpieza, orden, puntualidad y exactitud.
En definitiva, después de conocerlos mejor, ya no te extraña que este país este en los primeros escalones de Europa, tras varias veces haber comenzado desde la base, siempre han sabido estar en la cima, tenemos mucho que copiar, mucho que aprender y mucho que trabajar.
Que disfrutéis de Munich, merece la pena.
No obstante, nuestro plan era echar la mañana en algunos sitios que se nos habían pasado, comer relajados y volver al hotel para marchar pronto al Aeropuerto para tener tiempo de recorrer la Terminal 1, que teníamos entendido que es muy recomendable dedicarle un repasillo.
Asi que marchamos hacia Karlsplatz, y entramos en St. Michel, que no habíamos visto su interior.
De aquí nos dirigimos a la Catedral Frauenkirche, que por una u otra cosa no habíamos visto; a nuestro parecer, poco llamativo el interior respecto al exterior de esta ultima.
Algunas tiendas cayeron en el recorrido, y como no a la hora del tentempié visitamos Virtualienmarkt, donde tomamos la ultima cerveza en los bancos públicos, con alguna salchicha; otro de los ambientes que echare mucho de menos.
Uno de los muchos escaparates de charcuterías y carnicerías en Virtualienmarkt.
Seguimos nuestro paseo y pasamos por el edificio del Altes Rathaus, junto a su arco hay un pequeño museo que visitamos, mientras caían unas gotas de lluvia, bastante flojo su contenido, juguetes de nuestros abuelos, de laton, de plomo muñecas y maquetas de casitas, cocinas, barcos trenes etc... en fin echamos un rato, 4€/pers.
A la hora de comer, tuve que ceder y dar gusto también a los jóvenes, así que en la misma calle del restaurante Haxnbauer, entramos en el italiano que hay, muy tranquilos y atendidos por camareros que hablan español, tomamos ensaladas y pasta que ya había ganas de variar, y por supuesto cerveza en jarras de barro, no estuvo mal al final, muy acogedor y buen servicio, también había pocas mesas ocupadas.
Para terminar volvimos a Virtualienmarkt, y a continuación de las carnicerías encontramos una cafetería- pastelería formidable, con unos pasteles irresistibles, de modo que nos dejamos seducir, y tomamos el café merienda.
Pues, con el viaje en mente, poco nos podíamos permitir mas, pasamos por la calle Orlandostrase, justo a espaldas del restaurante Haxnbauer, calle repleta de tiendecillas de souvenirs y curiosidades, así que hicimos el ultimo repaso...
asi que fuimos acercándonos al hotel, diciendo ¡¡adios..hasta siempre!! a nuestro paso por todo el recorrido, Altes Rathaus, Neus Rathaus, Marienplatz, Karlsplatz etc...
Recogimos el equipaje en el hotel y marchamos a la Estación Central, aquí tube problemas en la maquina, no me cobraba la visa la compra del Airport-City Ticket gruppen 22,30€; lo intente en diferente maquina y con diferente tarjeta, y nada. De modo que me dirigí a la ventanilla, y la pague allí, pero no entendí la explicación que me dio la operadora, no se de que estaba asignada la tarjeta o algo así... no lo entiendo, siempre funcionó estos días atrás.
En fin, vamos a los andenes de las líneas S, ya sabéis que os vale tanto la S1 como la S8, el que mas próximo sea el siguiente tren y verificando su sentido de marcha con el nombre que lleva de destino, es decir tanto la S1 como la S8 deben indicar Flughafen Münche y no el sentido opuesto.
Tras unos 40 minutos estábamos en el Aeropuerto, subimos la escalera mecánica que te da acceso a la Terminal 1, y aun quedaba un rato para poder facturar con Vueling, así que curioseamos las tiendas y supermercados, echamos un café- cerveza en un buffet, y ya por fin facturamos y nos quedamos mas libres.
Nuestro avión tenia algo de retraso, pasamos control de seguridad y aun estuvimos un buen rato con el embarque retrasado, pero una vez en el avión, no se como se las ingenian que llegan a Málaga a la hora prevista, 23:50h; esa noche soñaríamos con Munich.
Conclusiones:
Muchas; despejadas las dudas sobre las rarezas, es un destino donde te acogen, mentalidad muy abierta, seguridad en las calles, en el metro en todo lo que visitamos; en general muy buen trato al turista, ningún problema con el idioma, siendo mi ingles bastante escaso.
Pero sobre todo me llevo el modo de vivir de la gente y su alto sentido cívico, mentalidad educada en el cuidado de lo que es de ellos, miran por su país, disfrutan de lo que tienen, aun puedes ver que los valores humanos existen, honradez, respeto por el entorno natural, limpieza, orden, puntualidad y exactitud.
En definitiva, después de conocerlos mejor, ya no te extraña que este país este en los primeros escalones de Europa, tras varias veces haber comenzado desde la base, siempre han sabido estar en la cima, tenemos mucho que copiar, mucho que aprender y mucho que trabajar.
Que disfrutéis de Munich, merece la pena.