Este día habíamos pensado coger un tren a Kanazawa a medio día y aprovechar para ver algo que nos quedase en Kyoto, pero preferimos cambiar un poquito el plan y salir temprano a Kanazawa.
Así que a por el tren, desayuno del Seven Eleven y llegada a media mañana a Kanazawa. La estación es muy chula, con el famoso torii de listones de madera a la entrada de la estación y un reloj digital hecho a base de mini-fuentes de agua.
Dejamos las cosas en el hotel sumiyoshiya-ryokan.com/ estilo japonés, muy recomendable, que da la posibilidad de alquilar bicis gratuitamente. Pese a que no estaban tan bien como las que alquilamos en Kioto y la tija del sillín era corta y no se podía subir fácilmente… entre que somos altos y había cuestecillas a veces bajarse era más fácil que ir montado, jaja.
La primera visita fue el parque Kenrokuen www.japan-guide.com/e/e4200.html calificado como uno de los tres parques más bonitos de Japón. Y sí, es bonito pero bueno, cumplirá ese calificativo seguramente cuando tenga los almendros en flor… porque en pleno agosto tiene más de caluroso que otra cosa. También es cierto que íbamos con unas expectativas tan altas que nos dejó un poco fríos. Además, tampoco somos mucho de jardines, todo hay que decirlo. Justo al lado está el 21st Century Museum of Contemporary Art donde dejamos las bicis y dimos una vuelta pero por fuera.
Al ladito también está el Castillo de Kanazawa, visita que disfrutamos mucho porque había allí unos paisanos que se dedicaban a hacer de guías gratuitos de unos 45' aproximadamente de duración, súper majete el hombre, nos hizo un montón de fotos y nos explicó curiosidades de los materiales y la forma de construcción del castillo. El castillo está prácticamente reconstruido al 100%, pero pese a no ser el original merece mucho la pena. No recordamos su nombre en japonés, pero nos dijo que traducido al inglés es Mr. Pine. Si coincidís con él, dadle recuerdos de nuestra parte!
Ya llevábamos toda la mañana pasando calor y empezó a apretar el hambre, así que sobre dos ruedas nos fuimos hacia Nagamachi, el distrito Samurai para buscar algún sitio donde comer. Qué majos son estos japos!!! Preguntamos en un restaurante si tenían ramen y el hombre nos llevó hasta la puerta de un restaurante donde hacían ramen a escasos 10 metros. Es que esas cosas nos dejaban flipando!! No sólo por la amabilidad del hombre, sino que además nos lleva a la competencia y vaya competencia!! Un ramen exquisito y barato y en un sitio que ni dando 100 vueltas habríamos caído en entrar. Además, posiblemente el sitio más barato en el que comimos en todo Japón.
Por la tarde recorrimos lo más importante de Kanazawa que nos quedaba por ver (Nagamachi y el distrito Higashi Chaya) y pensamos en relajarnos un poquito que ya nos tocaba después de la paliza de viaje que llevábamos! Así que volvimos al hotel a disfrutar del onsen (separado para hombres y mujeres) y salimos luego a cenar a un sitio cerquita que nos recomendaron en el hotel de pescado.
Durante la cena nos lo pasamos genial porque la carta estaba enterita en japonés y había al lado nuestro una pareja mayor de japoneses y venga sonreír y hablarnos y no nos entendíamos pero ellos allí súper majos interesados intentando echarnos una mano para pedir para cenar, jajaja. Al final por señas nos pedimos lo mismo que ellos y genial, maravillosa la cena japonesa.
Buenas noches y a descansar con la tripa llena y el corazón contento.