Grrrrrrrr, ya no llueve pero todo está empapado y desmontamos en mojado, lo que es un auténtico asco. La abuelilla germana con la que trabé “amistad” estos días viene a despedirse y desearnos buen viaje. Dejamos con pena el camping, estuvimos estupendamente en él con lluvia y todo. El precio fue 18€/noche por 2 adultos, tienda y coche.
Puesta de sol en el Campingplatz Schuttern de Friesenheim
Cuando preparábamos el viaje habíamos leído que el lunes 3 de agosto se cierra el por obras el Marienbruke, es decir el puente desde el que se obtienen unas de las mejores vistas del castillo de Neuschwastein. Esa información nos condiciona totalmente la ruta, porque no nos lo queremos perder, así que lo que primeramente habíamos contemplado como opción que era pasar un par de noches en el Lago Constanza, la desechamos totalmente y nos dirigimos directamente a la zona de Fussen.
De nuevo la caótica autopista en dirección Friburgo, con tráfico lento pero sin retenciones esta vez, y después carreteras de montaña hasta que comenzamos a bordear el lago Constanza, hace sol y el paisaje de viñedos que rodean las laderas del lago es precioso.
Al final el trayecto entre Friesenheim y Fussen nos lleva cuatro horas largas, además del tiempo que paramos para comer.
De los posibles campings que llevamos anotados para quedarnos elegimos uno al azar, el Magdalena Camping am Forggensee, y tenemos muchísima suerte, porque luego vimos que era el mejor situado de todos, en una ubicación inmejorable, a la orilla del lago con vistas al castillo.
La recepción está cerrada hasta las 15h por el descanso del medio día, así que tenemos que esperar un rato. Una vez nos registramos nos instalamos en la zona de tiendas que es una zona verde donde se acampa a granel. El coche lo tenemos que aparcar en otra zona, lo que es incómodo, pero nada nos importa con el paisaje tan precioso que nos rodea.
Cuando acabamos de instalar la tienda y demás parafernalia ya es demasiado tarde para ir a Linderhof o cualquier otra visita, así que decidimos ir a dar una vuelta de reconocimiento a los alrededores del castillo de Neuschwastein, ver el tema de las entradas, aparcamiento y demás para así mañana ir a tiro fijo y no desperdiciar ni un minuto.
Esto resulta muy productivo para hacernos una composición de lugar, calcular tiempos, etc. además de observar como mucha gente no aparca en los carísimos parkings sino en zonas habilitadas en el arcén de la carretera, que aunque no viene expresamente marcadas como de aparcamiento, tampoco aparecen como prohibidas.
Todavía falta bastante para que oscurezca, aprovechamos para visitar la Weiskirche, que tiene un inusualmente amplio horario, permanece abierta hasta las 8 de la tarde. La entrada es gratuita, pero te cobran el parking, 3€ tarifa única por una iglesia que como mucho se tarda un cuarto de hora en ver, en fin… La iglesia está situada en medio de una pradera de color verde intenso en la que un rebaño de vacas pasta tranquilamente, la postal no puede ser más bucólico-pastoril.
La WiesKirche es una iglesia de peregrinación edificada en la primera mitad del SXVI cuyo interior es la apoteosis del estilo rococó. En 1983 fue proclamada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. A pesar de contar con un tamaño considerable tiene sola nave de planta oval. Nada más entrar la vista se te va sin remedio a la recargadísima bóveda, en el que los hermanos Zimmerman pintaron durante diez años un sinfín de escenas bíblicas al gusto de la época. Nos encanta la Wieskirche, tiene algo que hace que se te quede la imagen de su interior grabada en la retina.


A la vuelta paramos en el pueblo de Steingaden, que también cuenta con una iglesia que, dicen, se parece a la Wieskirche, que aún siendo bonita, no llega ni de lejos a la grandiosidad de aquella.
Todavía nos da tiempo a parar en un super para abastecernos de la cena que instauramos en este viaje: salchichas, mostaza dulce y cerveza.
A medida que va oscureciendo empieza a hacer un frío que no hay quien lo aguante. Yo me envuelvo en el saco para poder acabar de cenar fuera. Aún así nos atrevemos a dar un paseo por la orilla del lago, es una pena que esté cubierto y no podamos disfrutar de un cielo estrellado.
Esa noche las temperaturas caen hasta los 10-11ºC, tenemos que abrigarnos mucho para no pasar frío, pero de todas formas yo que soy muy friolera me paso un buen rato tiritando hasta que al fin me duermo.
Cuando preparábamos el viaje habíamos leído que el lunes 3 de agosto se cierra el por obras el Marienbruke, es decir el puente desde el que se obtienen unas de las mejores vistas del castillo de Neuschwastein. Esa información nos condiciona totalmente la ruta, porque no nos lo queremos perder, así que lo que primeramente habíamos contemplado como opción que era pasar un par de noches en el Lago Constanza, la desechamos totalmente y nos dirigimos directamente a la zona de Fussen.
De nuevo la caótica autopista en dirección Friburgo, con tráfico lento pero sin retenciones esta vez, y después carreteras de montaña hasta que comenzamos a bordear el lago Constanza, hace sol y el paisaje de viñedos que rodean las laderas del lago es precioso.
Al final el trayecto entre Friesenheim y Fussen nos lleva cuatro horas largas, además del tiempo que paramos para comer.
De los posibles campings que llevamos anotados para quedarnos elegimos uno al azar, el Magdalena Camping am Forggensee, y tenemos muchísima suerte, porque luego vimos que era el mejor situado de todos, en una ubicación inmejorable, a la orilla del lago con vistas al castillo.
La recepción está cerrada hasta las 15h por el descanso del medio día, así que tenemos que esperar un rato. Una vez nos registramos nos instalamos en la zona de tiendas que es una zona verde donde se acampa a granel. El coche lo tenemos que aparcar en otra zona, lo que es incómodo, pero nada nos importa con el paisaje tan precioso que nos rodea.
Cuando acabamos de instalar la tienda y demás parafernalia ya es demasiado tarde para ir a Linderhof o cualquier otra visita, así que decidimos ir a dar una vuelta de reconocimiento a los alrededores del castillo de Neuschwastein, ver el tema de las entradas, aparcamiento y demás para así mañana ir a tiro fijo y no desperdiciar ni un minuto.
Esto resulta muy productivo para hacernos una composición de lugar, calcular tiempos, etc. además de observar como mucha gente no aparca en los carísimos parkings sino en zonas habilitadas en el arcén de la carretera, que aunque no viene expresamente marcadas como de aparcamiento, tampoco aparecen como prohibidas.
Todavía falta bastante para que oscurezca, aprovechamos para visitar la Weiskirche, que tiene un inusualmente amplio horario, permanece abierta hasta las 8 de la tarde. La entrada es gratuita, pero te cobran el parking, 3€ tarifa única por una iglesia que como mucho se tarda un cuarto de hora en ver, en fin… La iglesia está situada en medio de una pradera de color verde intenso en la que un rebaño de vacas pasta tranquilamente, la postal no puede ser más bucólico-pastoril.
La WiesKirche es una iglesia de peregrinación edificada en la primera mitad del SXVI cuyo interior es la apoteosis del estilo rococó. En 1983 fue proclamada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. A pesar de contar con un tamaño considerable tiene sola nave de planta oval. Nada más entrar la vista se te va sin remedio a la recargadísima bóveda, en el que los hermanos Zimmerman pintaron durante diez años un sinfín de escenas bíblicas al gusto de la época. Nos encanta la Wieskirche, tiene algo que hace que se te quede la imagen de su interior grabada en la retina.
A la vuelta paramos en el pueblo de Steingaden, que también cuenta con una iglesia que, dicen, se parece a la Wieskirche, que aún siendo bonita, no llega ni de lejos a la grandiosidad de aquella.
Todavía nos da tiempo a parar en un super para abastecernos de la cena que instauramos en este viaje: salchichas, mostaza dulce y cerveza.
A medida que va oscureciendo empieza a hacer un frío que no hay quien lo aguante. Yo me envuelvo en el saco para poder acabar de cenar fuera. Aún así nos atrevemos a dar un paseo por la orilla del lago, es una pena que esté cubierto y no podamos disfrutar de un cielo estrellado.
Esa noche las temperaturas caen hasta los 10-11ºC, tenemos que abrigarnos mucho para no pasar frío, pero de todas formas yo que soy muy friolera me paso un buen rato tiritando hasta que al fin me duermo.