Volvimos a desayunar en el edificio verde junto al City Market y nos dimos un paseo por la zona del río que todavía no habíamos visto recorriendo calles diferentes de la ciudad.
Regresamos a la habitación, hicimos las mochilas y sobre las 10:15 el chico del hotel nos llevó al puerto por 200THB. A las 11:30 salimos con destino a Koh Lanta, por lo que habíamos leído era una isla mucho más tranquila que el resto de Tailandia y por lo general la gente hablaba muy bien de ella. Nuestros planes en esta isla pasaban por alquilar una moto para dos días y recorrer las playas del sur de la isla a nuestro aire, iba a ser una manera muy barata de descubrir los rincones de esta isla.
El barco acabó retrasándose una hora y llegamos al Saladan Pier sobre las 14:30, supuestamente había alguien de nuestra guesthouse esperándonos en un tuk tuk para llevarnos a nuestro alojamiento. Dentro de todo el jaleo que se forma en la llegada de los barcos para encontrar tuk tuk o taxi nosotros allí no conseguimos encontrar a nadie de la guesthouse, por lo que nos pillamos una camioneta con otros pasajeros que nos llevó al Cozy guesthouse por 100THB por persona. Al llegar al alojamiento conocimos a Bamboo, el mejor anfitrión de toda la isla seguramente. Desde nuestra llegada nos hizo sentir como en casa, se disculpó por el malentendido del transfer para recogernos del puerto y a modo de disculpas nos ofreció unas cervezas gratis. Nos explicó que podíamos hacer por la isla y nos dió una pequeña guía de Koh Lanta que era muy útil. Cuando comenzamos a hablar del tema de la moto, lo primero que me preguntó era si tenía experiencia conduciendo motocicletas, yo no he pillado una en mi vida, así que directamente se negó a alquilarnos una, nos dijo que era muy peligroso si no teníamos experiencia y que había muchos accidentes con los turistas ya que las carreteras están llenas de baches y conforme avanzas hacia el sur de la isla se convierten en un sube y baja. Digamos que nos metió el miedo en el cuerpo y decidimos pensarnos mejor lo de la moto, soltamos las mochilas en la habitación y nos fuimos a la playa a pensar qué íbamos a hacer. Antes de llegar a la playa preguntamos en otra de las tiendas que alquilan motocicletas y nos volvieron a decir lo mismo, que era muy arriesgado alquilar una si no la habíamos manejado antes.
La playa era bastante normalita, aunque el agua era cristalina poco tenía que ver con la espectacular Railay que visitamos un día antes. Al meternos en el agua nos llevamos otro chasco, resultó que el agua estaba plagada de pequeñas medusas, no picaban, pero no dejaba de ser bastante incómodo a la hora de bañarte. Parecía ser que hoy todo nos estaba saliendo mal.
Dándole vueltas a lo de la moto, pensamos que lo mejor era descartar esta opción, con todo lo que nos estaban diciendo no merecía la pena arriesgar el resto del viaje por una caída tonta en la carretera, que además parecía bastante probable por lo que nos contaban dada nuestra nula experiencia. En la misma playa había una cabaña a la que nos acercamos a preguntar cuánto costaba alquilar un tuk tuk para todo el día e ir parando en las playas que quisiéramos, nos pedían 2000THB, mucho más caro que la moto que nos salía por 250THB todo el día. De regreso a la guesthouse, al salir de la playa, un chico se acercó a nosotros:
Taxi?
No, thank you
Al segundo pensé, voy a preguntarle a ver si hace tours de un día. Rápidamente nos dijo que sí, nos sacó una cartulina con el mapa de la isla y nos fue diciendo en los lugares que podíamos parar. El chico era muy simpático y hablaba inglés, finalmente acabamos negociando 8 horas por 1500THB, a las 9:00 de la mañana nos recogería en la puerta de nuestra guesthouse. Llegamos a la habitación con algo más de alegría ya que tras el cambio de planes con lo de la moto yo me quedé un poco fuera de juego, pero encontramos una alternativa para seguir haciendo más o menos lo que teníamos previsto, y lo mejor de todo ahora teníamos un segundo día libre. Empezamos a pensar qué podíamos hacer pasado mañana, había leído que se podía visitar una isla llamada Koh Rok que por lo visto era muy recomendada para hacer snorkel, así que comenzamos a preguntar por varias agencias, el precio inicial del tour era de 1700THB por persona, finalmente tras visitar tres agencias lo contratamos por 1300THB.
Habíamos planificado el resto de días en Koh Lanta sobre la marcha, pero se nos iba un poco del presupuesto. Para cenar nos metimos en un bar llamado Tiger Wings, el único sitio en Tailandia en el que comimos realmente mal, prácticamente todas las mesas se quejaron, aquello fue un desastre.
Regresamos a la habitación, hicimos las mochilas y sobre las 10:15 el chico del hotel nos llevó al puerto por 200THB. A las 11:30 salimos con destino a Koh Lanta, por lo que habíamos leído era una isla mucho más tranquila que el resto de Tailandia y por lo general la gente hablaba muy bien de ella. Nuestros planes en esta isla pasaban por alquilar una moto para dos días y recorrer las playas del sur de la isla a nuestro aire, iba a ser una manera muy barata de descubrir los rincones de esta isla.
El barco acabó retrasándose una hora y llegamos al Saladan Pier sobre las 14:30, supuestamente había alguien de nuestra guesthouse esperándonos en un tuk tuk para llevarnos a nuestro alojamiento. Dentro de todo el jaleo que se forma en la llegada de los barcos para encontrar tuk tuk o taxi nosotros allí no conseguimos encontrar a nadie de la guesthouse, por lo que nos pillamos una camioneta con otros pasajeros que nos llevó al Cozy guesthouse por 100THB por persona. Al llegar al alojamiento conocimos a Bamboo, el mejor anfitrión de toda la isla seguramente. Desde nuestra llegada nos hizo sentir como en casa, se disculpó por el malentendido del transfer para recogernos del puerto y a modo de disculpas nos ofreció unas cervezas gratis. Nos explicó que podíamos hacer por la isla y nos dió una pequeña guía de Koh Lanta que era muy útil. Cuando comenzamos a hablar del tema de la moto, lo primero que me preguntó era si tenía experiencia conduciendo motocicletas, yo no he pillado una en mi vida, así que directamente se negó a alquilarnos una, nos dijo que era muy peligroso si no teníamos experiencia y que había muchos accidentes con los turistas ya que las carreteras están llenas de baches y conforme avanzas hacia el sur de la isla se convierten en un sube y baja. Digamos que nos metió el miedo en el cuerpo y decidimos pensarnos mejor lo de la moto, soltamos las mochilas en la habitación y nos fuimos a la playa a pensar qué íbamos a hacer. Antes de llegar a la playa preguntamos en otra de las tiendas que alquilan motocicletas y nos volvieron a decir lo mismo, que era muy arriesgado alquilar una si no la habíamos manejado antes.
La playa era bastante normalita, aunque el agua era cristalina poco tenía que ver con la espectacular Railay que visitamos un día antes. Al meternos en el agua nos llevamos otro chasco, resultó que el agua estaba plagada de pequeñas medusas, no picaban, pero no dejaba de ser bastante incómodo a la hora de bañarte. Parecía ser que hoy todo nos estaba saliendo mal.
Dándole vueltas a lo de la moto, pensamos que lo mejor era descartar esta opción, con todo lo que nos estaban diciendo no merecía la pena arriesgar el resto del viaje por una caída tonta en la carretera, que además parecía bastante probable por lo que nos contaban dada nuestra nula experiencia. En la misma playa había una cabaña a la que nos acercamos a preguntar cuánto costaba alquilar un tuk tuk para todo el día e ir parando en las playas que quisiéramos, nos pedían 2000THB, mucho más caro que la moto que nos salía por 250THB todo el día. De regreso a la guesthouse, al salir de la playa, un chico se acercó a nosotros:
Taxi?
No, thank you
Al segundo pensé, voy a preguntarle a ver si hace tours de un día. Rápidamente nos dijo que sí, nos sacó una cartulina con el mapa de la isla y nos fue diciendo en los lugares que podíamos parar. El chico era muy simpático y hablaba inglés, finalmente acabamos negociando 8 horas por 1500THB, a las 9:00 de la mañana nos recogería en la puerta de nuestra guesthouse. Llegamos a la habitación con algo más de alegría ya que tras el cambio de planes con lo de la moto yo me quedé un poco fuera de juego, pero encontramos una alternativa para seguir haciendo más o menos lo que teníamos previsto, y lo mejor de todo ahora teníamos un segundo día libre. Empezamos a pensar qué podíamos hacer pasado mañana, había leído que se podía visitar una isla llamada Koh Rok que por lo visto era muy recomendada para hacer snorkel, así que comenzamos a preguntar por varias agencias, el precio inicial del tour era de 1700THB por persona, finalmente tras visitar tres agencias lo contratamos por 1300THB.
Habíamos planificado el resto de días en Koh Lanta sobre la marcha, pero se nos iba un poco del presupuesto. Para cenar nos metimos en un bar llamado Tiger Wings, el único sitio en Tailandia en el que comimos realmente mal, prácticamente todas las mesas se quejaron, aquello fue un desastre.