Nos levantamos pronto y nuestro hijo mayor y yo fuimos en metro de nuevo a la zona de Deira para devolver dos móviles que habíamos comprado el día anterior. Al cruzar por algunas calles vimos la cara oculta de Dubai y el bajo nivel de vida que hay en esta zona.
Después de esperar bastante en la tienda nos devolvieron el dinero y regresamos al aparthotel. Mientras, mi esposa y nuestro hijo menor habían aprovechado para estar en la piscina relajándose un poco.
Comimos en el apartamento y sobre las 3 y media bajamos a recepción para esperar al 4x4 para hacer la excursión safari por el desierto. Cuando llegó tuvimos la grata sorpresa de que el chófer hablaba español, por lo que pudimos conversar con el perfectamente y hablar de sus costumbres. Pasamos por otro hotel para recoger a dos chicas que venían también al safari en el mismo 4x4.
Después de un recorrido de una media hora por un paisaje que se iba haciendo cada vez más desértico, paramos en una zona de desierto donde había también muchos 4x4. El chófer desinfló las ruedas para poder meterse por las dunas y estuvimos un rato haciéndonos fotos.
Nos montamos nuevamente y empezó la diversión. Los 4x4 se pusieron en fila y empezaron a deslizarse por las dunas. Nuestro chófer conducía con gran pericia el 4x4, subiendo y bajando las dunas y derrapando continuamente.
Después de un rato muy divertido, más o menos 45 minutos, llegamos a una zona donde nos bajamos del coche y subimos descalzos a una duna bastante alta desde donde sólo veíamos dunas y desierto por todos los lados. Aquí disfrutamos de una maravillosa puesta de sol.
Nos pusimos de nuevo en marcha y fuimos hasta un campamento típico en el desierto, donde en la zona central había un escenario rodeado de mesas muy bajas cubiertas de alfombras. Rápidamente cogimos un buen sitio y nos vestimos con los trajes tradicionales árabes para hacernos una foto. Seguido alquilamos dos quads para dar unas vueltas por la arena, montamos en camello y nos hicieron unos tatuajes con henna.
Nos sentamos y empezó el espectáculo de un bailarín que hacía una danza muy curiosa dando vueltas muy rápidas sobre sí mismo con un traje que en ocasiones se iluminaba.
En el descanso nos dieron de cenar una barbacoa, con la que pudimos probar diferentes tipos de carne, aperitivos, ensaladas y dulces típicos de la zona, así como toda la bebida sin alcohol que queríamos. A excepción del alquiler de los quads todo estaba incluido en el precio del safari.
Seguidamente vimos el espectáculo de una chica bailando la danza del vientre y sobre las 9 nos llevaron de vuelta al hotel.
Después de esperar bastante en la tienda nos devolvieron el dinero y regresamos al aparthotel. Mientras, mi esposa y nuestro hijo menor habían aprovechado para estar en la piscina relajándose un poco.
Comimos en el apartamento y sobre las 3 y media bajamos a recepción para esperar al 4x4 para hacer la excursión safari por el desierto. Cuando llegó tuvimos la grata sorpresa de que el chófer hablaba español, por lo que pudimos conversar con el perfectamente y hablar de sus costumbres. Pasamos por otro hotel para recoger a dos chicas que venían también al safari en el mismo 4x4.
Después de un recorrido de una media hora por un paisaje que se iba haciendo cada vez más desértico, paramos en una zona de desierto donde había también muchos 4x4. El chófer desinfló las ruedas para poder meterse por las dunas y estuvimos un rato haciéndonos fotos.
Nos montamos nuevamente y empezó la diversión. Los 4x4 se pusieron en fila y empezaron a deslizarse por las dunas. Nuestro chófer conducía con gran pericia el 4x4, subiendo y bajando las dunas y derrapando continuamente.
Después de un rato muy divertido, más o menos 45 minutos, llegamos a una zona donde nos bajamos del coche y subimos descalzos a una duna bastante alta desde donde sólo veíamos dunas y desierto por todos los lados. Aquí disfrutamos de una maravillosa puesta de sol.
Nos pusimos de nuevo en marcha y fuimos hasta un campamento típico en el desierto, donde en la zona central había un escenario rodeado de mesas muy bajas cubiertas de alfombras. Rápidamente cogimos un buen sitio y nos vestimos con los trajes tradicionales árabes para hacernos una foto. Seguido alquilamos dos quads para dar unas vueltas por la arena, montamos en camello y nos hicieron unos tatuajes con henna.
Nos sentamos y empezó el espectáculo de un bailarín que hacía una danza muy curiosa dando vueltas muy rápidas sobre sí mismo con un traje que en ocasiones se iluminaba.
En el descanso nos dieron de cenar una barbacoa, con la que pudimos probar diferentes tipos de carne, aperitivos, ensaladas y dulces típicos de la zona, así como toda la bebida sin alcohol que queríamos. A excepción del alquiler de los quads todo estaba incluido en el precio del safari.
Seguidamente vimos el espectáculo de una chica bailando la danza del vientre y sobre las 9 nos llevaron de vuelta al hotel.