Este día lo habíamos reservado para visitar Abu Dhabi.
Fuimos a recoger el coche a la oficina de rent a car que estaba al lado del hotel, donde el día anterior habíamos contratado su alquiler. Era automático, por lo que al principio me costó un poco acostumbrame porque nunca había conducido este tipo de coches.
Echamos gasolina, que estaba superbarata, y recorrimos los 150 km. que separan Dubai de Abu Dhabi por la autopista.
La primera visita fue a la Gran Mezquita Sheikh Zayed, que es la tercera mezquita más grande del mundo. Se terminó en 2007, después de siete años de construcción y un coste de 600 millones de dólares.
No se puede entrar a la mezquita enseñando los hombros o las piernas, por lo que tuvimos que pasar por una zona donde a nuestro hijo mayor le dejaron una Kandora blanca y a mi esposa la abaya para poder hacer la visita.
La mezquita es increíblemente bonita, tiene 4 minaretes, 82 bóvedas de distintos tamaños, 1.048 columnas exteriores de mármol color blanco y algunos mosaicos de flores en el suelo del patio central y en algunas paredes.
La sala principal tiene 10 lámparas de araña espectaculares de 10 metros de longitud y de 9 toneladas de peso, realizadas a base de cobre y recubiertas de oro, fabricadas por Swarovski. La alfombra de la sala principal es la más grande del mundo, con 5.627 m2, y un peso de 47 toneladas.
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Fuimos a recoger el coche a la oficina de rent a car que estaba al lado del hotel, donde el día anterior habíamos contratado su alquiler. Era automático, por lo que al principio me costó un poco acostumbrame porque nunca había conducido este tipo de coches.
Echamos gasolina, que estaba superbarata, y recorrimos los 150 km. que separan Dubai de Abu Dhabi por la autopista.
La primera visita fue a la Gran Mezquita Sheikh Zayed, que es la tercera mezquita más grande del mundo. Se terminó en 2007, después de siete años de construcción y un coste de 600 millones de dólares.
No se puede entrar a la mezquita enseñando los hombros o las piernas, por lo que tuvimos que pasar por una zona donde a nuestro hijo mayor le dejaron una Kandora blanca y a mi esposa la abaya para poder hacer la visita.
La mezquita es increíblemente bonita, tiene 4 minaretes, 82 bóvedas de distintos tamaños, 1.048 columnas exteriores de mármol color blanco y algunos mosaicos de flores en el suelo del patio central y en algunas paredes.
La sala principal tiene 10 lámparas de araña espectaculares de 10 metros de longitud y de 9 toneladas de peso, realizadas a base de cobre y recubiertas de oro, fabricadas por Swarovski. La alfombra de la sala principal es la más grande del mundo, con 5.627 m2, y un peso de 47 toneladas.
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Cuando fuimos al aparcamiento vimos un Lamborghini descapotable impresionante.
Después de la visita a la mezquita fuimos hasta el Hotel Emirates Palace, el hotel más caro del mundo jamás construido. En el puesto de control de acceso nos pararon el coche y después de echarnos un vistazo, un guarda de seguridad nos dejó pasar. Aparcamos el coche en el parking cubierto y subimos a ver el hotel.
El área central principal es impresionante con un espacio inmenso donde predominan los detalles dorados y una cúpula central preciosa adornada en oro. Para amenizar la estancia había un pianista y una chica tocando la flauta que creaban un ambiente muy relajante. Allí mismo había una especie de cajero automático que realmente era un expendedor de oro donde se podía comprar este metal precioso.
Vimos desde un ventanal la playa privada que tiene el hotel, donde había unos camellos dando paseos. Es un hotel donde el lujo se ve en todos los detalles.
En la enorme zona de entrada y salida del hotel, hasta donde llegan los cochazos que traen a las personas que se alojan en el hotel, vimos un Ferrari y un McLaren espectaculares.
Enfrente del Emirates Palace hay un conjunto de rascacielos realmente muy llamativos.
A continuación nos acercamos para comer a un Jhonny Rockets, que es la típica hamburguesería americana con una decoración de los años 50, situado en un pequeño edificio en el circuito de Fórmula 1 Yas Marina, al lado de la pista de karts que tiene el circuito. Las hamburguesas eran enormes y estaban muy ricas. Aprovechamos para salir a su terraza, donde disfrutamos de unas vistas estupendas del circuito y sobre todo de una de las curvas más chulas.
Seguidamente fuimos en coche al parque de atracciones Ferrari World, que está en un centro comercial al lado del circuito. Es el parque cubierto más grande del mundo y entre sus atracciones se encuentra Formula Rossa, la montaña rusa más rápida del mundo, que alcanza en la salida una velocidad máxima de 240 kilómetros por hora en 4,5 segundos. Sacamos las entradas utilizando los cupones 2x1.
La verdad es que el parque es un poco ligth. Está muy ambientado en la temática de Ferrari, hay varias exposiciones de coches Ferrari, pero a excepción del Fórmula Rossa no hay apenas atracciones fuertes. Eso sí, esta es una pasada, la aceleración inicial es bestial, hay que ponerse unas gafas protectoras de la velocidad que coge. Nos montamos cuatro veces y la última estuvimos en la primera fila y fue un subidón de adrenalina.
Cuando cerraron el parque fuimos hasta el hotel Yas Viceroy, que es el hotel que está en el circuito de Fórmula 1. Es un hotel muy moderno con un diseño en forma de ballena muy futurista. Como era de noche se iluminaba en distintos colores (azul, morado, naranja,…). Entramos dentro y también estuvimos en sus jardines, desde donde se veía el puerto deportivo y la pista del circuito que pasa por debajo del hotel. Muy chulo.
Después de esta visita y de haber pasado un día muy intenso volvimos a nuestro hotel en Dubai.[/align]