Por error nos levantamos una hora antes de la acordada con la organización, lo que nos permitió dar un paseíto por la zona y hacer unas fotos. Impresionante enclave. De verdad si atravesáis el atlas por esta zona desde Beni-Mellal hasta la Catedral, venid aquí a dormir.
Una vez todo recogido hoy nos esperaba una etapa 100% Atlas, así que allí fuimos.
La primera mitad del día por Carre-Pista hasta las cascadas de Ozoud. Antigua amiga nuestra, ya las hemos visitado anteriormente en otras 2 ocasiones, pero, son de esos lugares que no te cansas de ver una y otra vez.
Paramos en el pueblo de Azilal, muy pintoresco a hacer algunas compritas. Antes nos encontramos muchos neveros y paisajes marcianos (muy típicos del Atlas).
De aquí seguimos camino a las cascadas de Ozoud. Os recomiendo hacer la ruta circular, bajando a la parte de abajo por una margen del rio y subiendo por la otra.
Aprovechamos para hacer un picnic en un escenario idílico justo en la base de las cascadas en uno de los puestos de bebidas. Es muy típico en Marruecos que puedas ir a un local de bebida con tu propia comida, comprar algo de beber o un te, y comer allí, lo hemos hecho cientos de veces en nuestros muchos viajes por allí.
Bueno una vez finalizada la visita proseguimos rumbo al sur, a meternos en el Atlas de lo lindo. Acordaos de hacer unas fotos a los monos que hay arriba de las cascadas. Alguno de ellos te dan “sorpresas”…. Mis compañeros de expedición me entenderán

De aquí tiramos millas y llegamos en poco tiempo a nuestro destino para dormir Demnate. Aquí dormíamos en un hotel llamado Kasba Ait oumgbar. Aquí empecé a darme cuenta que los alojamientos de este viaje no iban a tener nada que ver con todos los que habíamos elegido en nuestros 6 viajes anteriores por Marruecos. Si pasáis por Demnate no lo dudéis de verdad.
La habitación brutalmente bonita. El lugar idílico en lo alto de un bosque encima pueblo, en fin genial.
Bueno muchos de los expedicionarios se fueron al hotel pero otros cuantos nos dimos un paseíto por la medina de Demnate, pequeña, pero pintona y muy pero que muy autentica. De verdad os lo recomiendo. Pasear entre las calles, las tiendecitas, ver a los lugareños hacer su compras diarias, etc.
Cena típica marroquí como todos los días, charleta con los compañeros al lado de la lumbre y poco mas, dormir y cargar pilas.