Y para el día de hoy, turistada al canto. Sí, se trata de uno de los destinos más discutidos dentro de una estancia en Japón y dependiendo del usuario te encuentras opiniones tan dispares como que es imprescindible o que directamente pases de largo... Una vez visitado, puedo reafirmarme en mi opinión previa a hacer la excursión y que expongo aquí de nuevo: muy bien si te lo tomas con calma y eliges un día con un buen tiempo esplendoroso. No cabe duda de que es una turistada, pero una de las divertidas y en nuestro caso, yendo sobrados de tiempo, nos pareció muy bien y nos lo pasamos de maravilla.
Vuelta a madrugar, esto ya no es noticia, y cogemos el primer shinkansen para Odawara. Una vez allí compramos el Hakone Free Pass. Son 3900 yens por cabeza, pero compensa mucho si vas a hacer el circuito completo, ya que te incluye todos los transportes hasta volver a coger el shinkansen destino Shinagawa, Tokio. Además es muy fácil comprarlo ya que tienen personal angloparlante de apoyo en las taquillas.
Pues bien, una de las cosas que cabría destacar en esta excursión es la cantidad y variedad de transportes que se toman para hacerla, y el primero es un típico tren de montaña: vías estrechas, trayecto sinuoso, vagones pequeños... y así hasta Hakone-Yumoto, donde hacemos una primera parada y bajamos en un pequeño pueblo con un riachuelo cantarín donde abundan las instalaciones termales. Toda la zona parece tomada por los balnearios y su marchosa clientela habitual y los comercios locales ofrecen igualmente una gran cantidad de productos de artesanía típica de la zona, algo que también veremos en otros pueblos de nuestro trayecto. Quisiera, por cierto, incidir aquí en que la gracia del viaje consiste en ir visitando los pueblos más significativos y no tirar "del tirón" hasta el lago Ashi para coger el barco, ya que vi a varios turistas hacerlo así y la verdad que teniendo en cuenta que las diferentes estaciones están unidas, es darse una paliza para un paseo en barco... También probamos unos dulces típicos con una forma bastante curiosa, y muy ricos.
Tras dar el correspondiente paseo, de nuevo tomamos el mismo tren hasta Miyanoshita, que viene indicado en todas partes como un lugar bastante atractivo por su valor escénico. El problema es que hoy, por ser miércoles cierran varios lugares y además están construyendo una especie de estación de teleférico que quita gran parte de las espectaculares vistas.
De todas maneras, sigue mereciendo la pena darse una vuelta por el lugar para respirar ese aire tranquilo y relajado, tan opuesto a lo que encuentras en Tokio normalmente. También hay algunas bonitas tiendas de souvenirs y artesanía, pero preparad el bolsillo, amiguetes. Y como buena zona de montaña, por todas partes vais a tener la oportunidad de disfrutar de importantes pendientes que os van a dejar el culete como dos paquetes de azúcar de a kilo.
No deja de tener un cierto humor negro que haya redes metálicas protegiendo los pedazos por donde el teleférico pasa por encima de las carreteras, pero si lo miras por el lado bueno, no deja de ser una manera como otra de darle emoción a un trayecto bastante tranquilo por otra parte. Como ya os he contado, paramos en Owakudani, en una zona famosa por sus minas a cielo abierto, que desprenden un simpático olor a azufre que hará más amena la estancia.
Ya va siendo hora de comer, y en Owakudani lo típico son los Kuro-tamago o huevos negros. Son huevos normales cocidos en orificios de las minas de donde sale vapor a alta temperatura, pero el hecho de que ya he leído por ahí que son huevos normales y corrientes a precio de oro y que no me gusta la perspectiva de que un japonés me diga "¿quiere comerse mis huevos negros?" hace que pasemos de dicho manjar. Otra cosa en la que se nota que estamos en una zona turística: la comida es más cara de lo normal, pero bueno, un día es un día y tampoco es para tanto. La alternativa es bajar la montaña y claro, como que no.
El mejor punto de Owakudani: a pesar de que el fantástico día que teníamos se ha ido estropeando, llegamos a ver el Fuji-san, que cubierto de nieve tiene un aspecto regio e impresionante. En las fotos no se ve tan bien, pero "en carne y hueso" la verdad es que se veía perfecto.
Desde ahí de nuevo funicular y hasta Togendai, donde cogeremos el barquito que nos llevará a Moto-Hakone y como todavía queda bastante hasta que salga el siguiente barco, nos damos una vuelta por la zona. Toda la actividad se centra en el lago, con abundantes puestos de alquiler de barcas, patinetes, etc. Pero hoy es un día tranquilo y lo mejor del paisaje son los grupos de ancianos pescando en los muelles del lago y las abuelitas pintando. Además, en el edificio mayor de la zona vamos a encontrar las chuchuglubs de limón, y va a ser el único lugar donde las probemos, así que ya tenemos otro buen recuerdo.
Lo del barco es tan hortera como parece: un barco pirata de Playmobil que incluso tiene "ninots" de pirata esparcidos por ahí.
Ya sopla un viento importante y vamos a pasar un poco de fresco en cubierta, pero no me voy a perder nada. El Fuji ya no lo vemos, fijo, pero sí unos cuantos Toriis acuáticos que dan bastante alegría al viajecito y los restos de unas fortificaciones pasadas.
Como somos duros y nos quedan fuerzas y sobre todo, yo soy un friki de narices decidimos matar el día en Akiba. La actividad hoy es mucho menor, por algo es miércoles pero encontramos un Donki fantástico (en la avenida principal, donde todas las tiendas grandes de electrónica) que incluso tiene una especie de discoteca en la planta superior con un montón de quinceañeros tokiotas. Compramos unas tonterías y cenamos en el primer sitio que pillamos, tempura, y nos hacemos con un bote de salsa para tempura. Esto es algo que también se ve mucho, los restaurantes venden ingredientes característicos del plato principal que cocinan cuando se trata de restaurantes especializados. Ahora que lo recuerdo, en Miyajima compramos un bote de salsa para Okonomiyaki.
Y al hotel, que esta noche todavía queda un compromiso pendiente...
EPÍLOGO: 03:45 de la mañana, mi buen recepcionista ya me ha informado que sí, el mayor acontecimiento deportivo del año se puede ver por una televisión local y aquí estoy yo, sentado en la cama, con una bufanda blaugrana puesta sobre el colchón y un hachimaki que según el folleto pone "Rey de la Fiesta" encasquetado listo para sufrir un buen rato, y a fe mía que los primeros minutos hacen presagiar lo peor, hasta que un bocazas genial, una pantera de rabia pura coge un balón, se revuelve y .... CALLA cretino, que vienen y te matan como te pongas a gritar... seguiremos sufriendo un buen rato pero en la segunda parte un tío de apenas 1,60 marca un gol de cabeza y deja a C.Pork-naldo dando patadas y luciendo moreno rayos UVA. El delirio, pero en silencio, fue como tener hemorroides pero de gusto... lo único negativo es que cortaron la transmisión después del partido y no vi cómo recogían la Copa, pero ya me vale. Buenas noches, Copa, Lliga i Champions!!