Por fin se termina el mal tiempo de los últimos días y podemos disfrutar de nuestro último día en Ginebra bajo un sol radiante. La mañana la dedicamos a conocer la zona de Carouge, barrio algo alejado del recorrido turístico del centro, pero que es muy bonito y que en mi opinión merece la pena visitarlo si se cuenta con tiempo para ello. Allí nos entrenemos recorriendo un enorme mercado de productos artesanales. Abundan también los cafés, los locales musicales y las tiendas de artesanía, todo ello impregnado con fuerte sabor bohemio. La arquitectura no tiene nada que ver con el resto de la ciudad, más bien se asemeja a los pueblos de la Riviera italiana.
Volvemos al centro, entramos en una tienda de souvenirs y nos da la venada de comprarnos tres relojes de cuco. Muy monos, pero es el día de hoy que todas los tenemos apagados porque el machacón pio-pio cada vez que sale el pajarito es incompatible con el descanso nocturno
Nos queda ya poco que ver, por la tarde paseamos por la orilla del Lago, esta vez por el Quai Mont-Blanc, en la rive Droite. Allí se encuentra el mausoleo del Duque Charles II de Brunswick, construido por la ciudad de Ginebra en reconocimiento a su benefactor. , y también una estatua en recuerdo a la inmortal Sisi, situada en el punto en el que el anarquista Luigi Lucheni acabó con su vida cuando se disponía a tomar un barco.
Como despedida, esta noche cenamos fuera, y luego tomamos unas cervezas en una terraza por allí cerca.
Volvemos al centro, entramos en una tienda de souvenirs y nos da la venada de comprarnos tres relojes de cuco. Muy monos, pero es el día de hoy que todas los tenemos apagados porque el machacón pio-pio cada vez que sale el pajarito es incompatible con el descanso nocturno
Nos queda ya poco que ver, por la tarde paseamos por la orilla del Lago, esta vez por el Quai Mont-Blanc, en la rive Droite. Allí se encuentra el mausoleo del Duque Charles II de Brunswick, construido por la ciudad de Ginebra en reconocimiento a su benefactor. , y también una estatua en recuerdo a la inmortal Sisi, situada en el punto en el que el anarquista Luigi Lucheni acabó con su vida cuando se disponía a tomar un barco.
Como despedida, esta noche cenamos fuera, y luego tomamos unas cervezas en una terraza por allí cerca.