Y llega el triste día de nuestra partida, aquí acaba nuestro periplo suizo
Nos despedimos del personal del hotel agradeciéndoles su amabilidad para con nosotras. Estuvimos encantadas durante nuestra estancia y sin duda es un hotel para repetir y recomendar.
Por última vez recorremos el camino hasta la estación, de allí al aeropuerto y de éste a casa.
Creo que puedo decir en nombre de las tres que nos encantó la parte de Suiza que hemos visitado. Es un país tranquilo, cuidado, muy respetuoso y concienciado con la naturaleza (la pasión que le ponen al reciclaje puede llegar a convertirse en obsesión) y sumamente seguro.
En cuanto a los precios, no creo que estos deban echar a nadie para atrás, es cierto que hay muy buen nivel de vida y por tanto las cosas son caras, pero como siempre ocurre hay formas de adaptar el turismo a los bolsillos low-cost, solamente hay que estudiar la forma de hacerlo. Nosotras por ejemplo aprovechamos la cocina de nuestra habitación y así evitamos hacer tantas comidas fuera.
El tiempo que tuvimos no fue el mejor del mundo, sobre todo para ser el mes de julio, pero por algo el paisaje es tan verde. Además no es algo que nos coja de sorpresa a tres asturianas, en nuestra zona el clima es muy parecido.
En lo que a mí respecta, aunque a priori moverme en transporte público no es la forma que prefiero para recorrer un país, me adapté bien a esta circunstancia. Para desplazarse entre ciudades las combinaciones son buenas y no hay mayor problema. Otra cosa hubiera sido intentar llegar a pueblos pequeños, pero no era el caso en este viaje. Ahora nos queda como asignatura pendiente hacer una incursión en los imponentes Alpes y los pueblos de montaña, deseando que no se haga esperar demasiado la ocasión.
Nos despedimos del personal del hotel agradeciéndoles su amabilidad para con nosotras. Estuvimos encantadas durante nuestra estancia y sin duda es un hotel para repetir y recomendar.
Por última vez recorremos el camino hasta la estación, de allí al aeropuerto y de éste a casa.
Creo que puedo decir en nombre de las tres que nos encantó la parte de Suiza que hemos visitado. Es un país tranquilo, cuidado, muy respetuoso y concienciado con la naturaleza (la pasión que le ponen al reciclaje puede llegar a convertirse en obsesión) y sumamente seguro.
En cuanto a los precios, no creo que estos deban echar a nadie para atrás, es cierto que hay muy buen nivel de vida y por tanto las cosas son caras, pero como siempre ocurre hay formas de adaptar el turismo a los bolsillos low-cost, solamente hay que estudiar la forma de hacerlo. Nosotras por ejemplo aprovechamos la cocina de nuestra habitación y así evitamos hacer tantas comidas fuera.
El tiempo que tuvimos no fue el mejor del mundo, sobre todo para ser el mes de julio, pero por algo el paisaje es tan verde. Además no es algo que nos coja de sorpresa a tres asturianas, en nuestra zona el clima es muy parecido.
En lo que a mí respecta, aunque a priori moverme en transporte público no es la forma que prefiero para recorrer un país, me adapté bien a esta circunstancia. Para desplazarse entre ciudades las combinaciones son buenas y no hay mayor problema. Otra cosa hubiera sido intentar llegar a pueblos pequeños, pero no era el caso en este viaje. Ahora nos queda como asignatura pendiente hacer una incursión en los imponentes Alpes y los pueblos de montaña, deseando que no se haga esperar demasiado la ocasión.