Empezaba, por fin, nuestra aventura en Autocaravana por Nueva Zelanda.
Cogimos un taxi hasta las oficinas de la compañía Wendekreisen. Y al llegar, les muestras el ticket del taxi y ellos te abonan el importe. Un sistema muy cómodo.
Nuestra Autocaravana era la más económica que encontramos, muy usada pero estaba muy cuidada, disponía de todas las comodidades y se portó durante ese mes como una campeona en los casi 7.000 kilómetros recorridos. La principal diferencia con la de Australia es que en esta podías estar de pie en todas partes
Nos explicaron cómo funcionaba todo y emprendimos la marcha hacia un gran centro comercial, a pocos kilómetros, para llenar las despensas y la nevera. Vuelvo a reiterar que tanto Australia como Nueva Zelanda son países caros en cuanto a la compra básica y, aunque tiréis de marcas blancas, cada vez que vais al súper la cartera se queda temblando
La mayoría de la gente desde Auckland emprende viaje hacia el sur de la isla norte. Pero nosotras, al estar un mes, disponíamos de tiempo suficiente para conocer más o menos todo lo que nos apetecía de ambas islas. Así que emprendimos viaje hacia el norte, hacia la histórica zona de la bahía de las islas y Paihia.
Es un lugar especial porque en esa zona se firmó el Tratado de Waitangi en 1840, que se considera el documento fundacional de Nueva Zelanda
Paihia es un excelente punto de partida para explorar la zona de Bay of Islands. Las 144 islas que rodean la zona era el mayor atractivo para querer visitar el norte. Desde allí contratamos una excursión para ver cetáceos, ver la roca “Hole in the Rock”, el cabo Brett, la bahía de Otehei y varias islas, entre ellas desembarcamos en la isla Urupukapuka.
Durante la excursión nos acompañó el fantástico tiempo lluvioso neozelandés, así que la mayoría de turistas debieron de pensar que aquello era lluvia ácida y optaron por quedarse en tierra. Así que allí que nos fuimos a la aventura, con un barco casi privado y con el excepcional privilegio de gozar de nuestra guía maorí contándonos historias, silbándole a los delfines que acudían a su llamada y disfrutando de su compañía e interés por nuestra tierra y costumbres, y convencida de visitar sus antípodas algún día.
Ya de camino de Auckland a Paihia, al recorrer las carreteras y en las paradas que hicimos por el camino, nos dimos cuenta de la gran diferencia que iba a ser esta ruta con respecto a la de Australia.
Primero porque con los días de los que disponíamos nos daba tiempo a ver las cosas con calma, incluso con algo de margen para las inclemencias meteorológicas que siempre hay que contemplar en este país. Y segundo porque todo el camino, y no sólo lo que íbamos a visitar cada día, era parte de la maravilla y paraíso que es cada rincón de Nueva Zelanda, en cualquier punto cardinal de las dos islas grandes.
Otra zona que la gente descarta por falta de tiempo, y que para nosotras es maravillosa es la que íbamos a recorrer los siguientes dos días, la Península de Coromandel.
Es una península que se encuentra en la costa noroccidental de la Isla Norte, a 55 kilómetros al oeste de Auckland. A esta zona el primero en llegar fue el Capitán Cook en 1769.
Forma parte de la región de Waikato y funciona como una barrera natural que protege el golfo de Hauraki y la bahía “Firth” de Thames.
Aquí debéis tener cuidado porque al alquilar una Autocaravana, y creo que cualquier vehículo, hay algunas zonas “prohibidas” para la conducción, ya que el término “carretera de cabras” se le queda grande
Pues bien, allá que nos metimos nosotras sin darnos cuenta y queriendo evitarla a toda costa. Cómo será posible que tengamos un imán para atraer este tipo de situaciones y para acabar solas, en el medio de ninguna parte?
Aún ni entendemos cómo sucedió , pero nos dio unas vistas de infarto.
Hay varios atractivos en la península de Coromandel, aparte del solo placer de recorrer sus carreteras panorámicas y parar a cada mirador que te encuentras por su gran belleza y calma, ya que es una zona poco visitada.
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Las dos atracciones principales son Cathedral Cove y Hot water beach, pero hay muchas otras playas vírgenes, paraíso de los surfistas, montañas, bosques y zonas volcánicas inactivas.
Las dos poblaciones principales son Thames, puerta de entrada, y Coromandel Town, ambas fueron fundadas con la fiebre del oro.
Os vais a encontrar, así como en otras zonas de Nueva Zelanda, estos "tranquilizadores" carteles donde os indican la mejor ruta de evacuación en caso de tsunamis
Como decía, uno de los principales atractivos para recorrer la Península de Coromandel es Cathedral Cove, para los cinéfilos es conocida por ser la preciosa puerta de entrada a Narnia.
Para llegar a Narnia hicimos el Cathedral Cove walk, que es una ruta muy sencilla y agradecida. Sólo son 2 kilómetros y medio, con un último tramo de escaleras para bajar ya a la playa, y con paradas la hicimos en una hora y media.
Toda la ruta es preciosa, con fantásticos miradores al mar y la costa y repleta de helechos gigantes. La guinda final es la playa mágica, entrada a Narnia.
A continuación fuimos a Hot Water Beach. Hay que calcular las mareas para visitarla, como en la playa de las catedrales de Ribadeo, porque el margen para disfrutarla es desde que baja la marea, unas horas para escavar y formar los jacuzzis naturales para bañaros.
Horarios de las mareas.
Para que os hagáis una idea, en vista de que es uno de los lugares afectados por la pérdida de fotos de una tarjeta, aquí os dejo unas fotos de Google Imágenes.
Esa noche dormimos en uno de los fantásticos campings de Nueva Zelanda.
Hay algunas zonas de pernocta libre e incluso áreas de acampada públicas, pero los campings que encontramos estaban situados en parajes sin igual, y nos parecieron económicos y con muy buenos servicios, algunos con piscina, jacuzzis, zonas de juegos, cocinas, barbacoa, zonas de estar, de televisión, de internet, etc.
Así que cuando repitamos viaje volveremos a dormir en ellos con toda seguridad. Un lujo!