
A las 12.15 del mediodía aterricé en Mandalay. Volaba con AirAsia desde Bangkok. Llevaba apuntado que desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad había autobús gratuito de AirAsia pero según me dijo la gente del aeropuerto el mes de abril no existía este servicio. Y al igual que otros pocos turistas que venían de Bangkok, cogí una especie de minivan por 4.000 kyats que me llevó hasta el hotel que tenía reservado, el Golden City Light Hotel. Pagué 37€ por 3 noches con desayuno incluido, en habitación individual con baño compartido.
Una vez hecho el check-in alquilé una bici en el mismo hotel. Según booking tenía incluido el servicio de alquiler pero me dijeron que no tenían disponibles y si quería me traían otra pero pagando 2.000 kyats, acepté y en 20 minutos tenía la bici disponible. Por supuesto, mandé un mail a booking con la incidencia y días después me abonaron el importe.
Empecé a ver la ciudad por la zona sur ya que tenía pensado ir al día siguiente a la zona de la colina y el gran palacio. Las calles eran un poco liosas a pesar de estar numeradas ya que en muchos cruces no había señales pero conseguí llegar a mis destinos no sin antes “perderme” unas cuantas veces. Esto me hizo ver calles muy chulas por allí y empezar a enamorarme de la gente tan amable y de las sonrisas llenas de vida de los niñ@s.

Después de ver un par de templos que me llamaron la atención llegué a mi primer destino, Mahamyatmuni Pagoda. Dispone de 4 entradas así que acordaos por la que entráis si dejáis el calzado fuera (lo digo por experiencia propia jajaja). No pude acceder al centro de la pagoda ya que se tenía que llevar las rodillas tapadas y ese día llevaba pantalones cortos que no me las cubrían, deje para otra ocasión volver pero al final no tuve tiempo suficiente.

Después me dirigí al bonito monasterio: Shweinbin Monastry.

Me costó encontrarlo pero preguntando llegué al destino. Por el camino ya me encontré con los primeros locales practicando el deporte más popular allí, que consiste en reunirse unos cuantos en una especie de corro y con una pelota intentar que esta no caiga al suelo mientras intentan darle a la pelota de diferentes maneras. Os dejo una imagen para que os hagáis una idea.

Después del monasterio vuelta al hotel a dejar la bici, darme una ducha y salir a cenar. A unos 2 minutos del hotel había un mercado así que allí que me dirigí recomendado por los del hotel. Como era un sitio no turístico me costó encontrar algo en lo que poder cenar ya que las cosas en los restaurantes estaban escritas en birmano únicamente por lo que no entendía nada, encontré uno que tenía fotos con los platos y cené ahí. Pedí arroz con pollo únicamente y me empezaron a sacar como unos 6 platos diferentes mas té, entre ellos una sopa, una especie de patatas cocidas, salsas... y todo por menos de 3€. Vuelta al hotel y a descansar que al día siguiente me tocaba un día duro.