Después de desayunar y de jugar un poco con los perros, pusimos rumbo a Dubrovnik, con la intención de ir por la zona este del país y así no repetir ruta. Con el problema que teníamos con el GPS preguntamos en el hotel para que nos dieran alguna indicación para salir de la ciudad y les resultaba muy extraño que hubiéramos elegido esa ruta ya que implicaba meternos en la República Srpska, la entidad serbobosnia que gobierno esa parte del país.
Siguiendo las indicaciones salimos de Sarajevo perfectamente. Y nada más salir ya vimos indicaciones sobre la nueva zona donde entrábamos.
Sin ningún problema llegamos a la primera parada siguiendo una carretera bastante mala. Es el monumento de la Batalla de Sutjeska. Aquí pudimos soltar a la perra sin problema. Estuvimos un rato porque a pesar de que tampoco hay mucho que ver, al final es un sitio ideal para que la perra se echara unas carreras.
Seguimos la ruta para parar en Trebinje. Dimos una vuelta, tomamos algo y al rato continuamos ruta a Dubrovnik.
En la frontera la policía bosnia nos pidieron la carta verde y el permiso de circulación del coche. Y al cruzarla de nuevo la policía croata nos pidió la misma documentación.
La llegada a Dubrovnik es impresionante.
Llegamos a nuestro apartamento sin problemas donde nos esperaba nuestra casera. Nos explico alguna cosilla de la ciudad, como llegar al centro, donde comer...
Nos fuimos ya anocheciendo a dar una vuelta al centro a unos 15min caminando. Primer contacto con la ciudad lo justo para darnos cuenta de que es una de las paradas indispensables si se viaja a Croacia.