Y amaneció ese lunes, un lunes con sabor diferente, un lunes con ganas de coger, llegó el lunes donde por fin nos íbamos a Paris.
El vuelo de ida lo realizábamos con Vueling y la verdad es que íbamos un poco asustados por todos los retrasos que ha ido teniendo esta compañía durante todo el verano, pero afortunadamente llegamos al aeropuerto de Sevilla y todo estaba el orden...por fin cogíamos un vuelo en hora!!
Así que a las seis y media de la tarde pusimos rumbo al aeropuerto Charles de Gaulle de Paris. El vuelo transcurrió con total normalidad y llegamos a la hora prevista (20:30). Al llegar al aeropuerto cogimos la maleta (que alegría da ver tu maleta llegar en buenas condiciones) y nos pusimos rumbo a la estación del RER. Es muy fácil y está muy bien indicado, justo sales del aeropuerto y comienzas a andar hacia la derecha y en pocos minutos te encuentras la entrada a la estación de tren. Allí mismo compramos las tarjetas Navigo para empezar ese mismo día a hacer uso de ella. Gracias a la información del foro, supimos que debíamos llevar una foto carne cada uno y en un par de minutos ya estábamos con nuestras tarjetas dirección al RER B que era el que teníamos que coger para ir al apartamento. Los dueños nos explicaron muy bien como teníamos que llegar hasta nuestra parada de metro de estos días, que sería Pernety. La verdad es que por papel parecía un poco complicado (había que coger el tren y un par de metro) pero las líneas funcionan tan bien en Paris (está todo muy bien señalizado y no esperamos durante todos los dias mas de 3 minutos) que no tuvimos ningún problema en llegar. Allí estaba esperando el dueño que nos indicó el camino al apartamento (a unos pocos pasos de la estación) y nos explicó el funcionamiento del mismo. Estábamos agotados, entre una cosa y otra, cuando el dueño de la casa se fué eran casi las diez y media de la noche (u once, no recuerdo bien). Decidimos bajar a cenar algo en un Kebab que habia cerca y a dormir, que nos quedaban unos dias de no parar por delante.
PRIMER DÍA COMPLETO EN PARIS
Hacía tanta calor cuando llegamos la noche anterior que sin darnos cuenta nos habíamos quedado dormidos con las ventanas del pequeño balconcito del apartamento abierto, asi que imagináos la alegría que me dió cuando al abrir los ojos pude contemplar el cielo azul que comenzaba a despertar en Paris.
Nos tomamos un cafe con tostadas (ventajas de tener cocina) y nos pusimos rumbo a intentar llevar a cabo nuestro planning preparado para nuestro primer día completo en Paris. Tengo que decir que el planning esta vez lo llevábamos bastante abierto puesto que, dentro de ver monumentos y demás cosas que te ofrece Paris, también queríamos disfrutarla y sentirla, parando cuando quisiéramos y cuando nos apeteciera.
Nuestra primera parada del día iba a ser la Catedral de Notre Dame. Es extraño que aunque hayas visitado una ciudad varias veces, contemples las cosas como por primera vez... Tenía tantas ganas de estar de nuevo a sus plantas... Las paradas de metros son: Cité o Saint Michel. La entrada es gratuita (la subida a las torres no).
Nos hicimos un par de fotos y nos paramos un rato contemplando las estatuas, sus arcos y sus gárgolas. Luego nos dirigimos hacia la pequeña cola que había para entrar en la Catedral (ni cinco minutos esperando). El interior, pues eso, como ella, espectacular. Las vidrieras me volvieron a sorprender de nuevo. Es maravillosa.
Después de estar un rato disfrutando de su interior, salimos hacia fuera y comenzamos a bordearla por el pequeño parque que hay al lado del río.
Rodeamos la Catedral y vimos que la cola para acceder a las torres era de hora y media, así que, aunque nos habían dicho que las vistas desde arriba era espectacular, no subimos. Hacía un calor insoportable y no teníamos ganas de esperar ya tan temprano esas colas...
De allí nos fuimos a ver el Palacio de Justicia y la Sainte Chapelle, solo por fuera. No entramos al interior.
De ahí cruzamos por el puente de St. Michel, llegando a la plaza del mismo nombre. En esta plaza se concentran los grupos tipo Sandemans para realizar los tour gratuitos (nosotros en este viaje no hicimos ninguno).
De ahí fuimos paseando por el barrio latino (con muy poca vida debido a la hora que era) hasta el Panteón. Tengo que decir que nos dejó impresionados, ir andando por la calle y de repente mirar hacia la derecha y encontrarte tal monumento.
Sus columnas me parecieron preciosas
Y esa cúpula...
Esta es la zona univerisitaria, así que es normal encontrarte con alguna universidad.
Justo a la espalda del Panteón está la Eglise de Saint Etienne du Mont
De allí decidimos ir a comer a los Jardines de Luxemburgo, no sin antes pararnos a ver La Sorbonne, que a estas horas del medio día estaba llena de universitarios comiendo.
Paramos a comprar comida para llevar en un bar estilo McDonals llamado Quick y nos fuimos a los Jardines a seguir el ejemplo de muchos universitarios y personas que trabajaban por la zona, donde se sientan a comer en cualquier banco o silla de los muchos que hay en los jardines. Me pregunto yo lo que durarían las sillas en los parque sde Sevilla...
Después de comer. nos quedamos un rato sentados en las sillas a la sombra (os recuerdo que hacía muchísima calor) y luego dimos un pequeño paseo por los jardines, que son preciosos.
Allí nos encontramos una pequeña estatua de la libertad...(he vuelto a Nueva York?? )
La verdad es que los jardines son un sitio precioso. Hay pistas para jugar al tenis, parque para los peques e incluso guardería, así como zonas verdes para poder echar un ratito y en días como hoy, poder tomar el sol. Además muy bien cuidado.
La primera vez que me encontré frente por frente a la Torre Eiffel tenía 7 años y siempre lo recordaré. Iba de la mano de mi padre, atenta a las historias que me iba contando y de repente giré la cabeza y ahí estaba, imponente, suntuosa, grandiosa... Afortunadamente, cada vez que he visitado Paris y he ido a ver la Torre Eiffel me he llevado esa sorpresa. Ahora quería ver a través de los ojos de mi gordi la impresión de verla por primera vez. Así que decidí hacer un pequeño cambio en el planning sin que el se diera cuenta. Me fue fácil porque normalmente la que se encarga de planear y mirar las líneas de metro soy yo. El pregunta...donde tenemos que ir ahora? Y poco mas...mas bueno... La suerte me acompañó, ya que cuando nos bajamos en la estación de metro de Bir-Hakeim, una de las paradas más cercanas a la Torre, había unos hombres pidiendo los billetes de metro (la única vez que tuvimos que enseñar nuestras tarjetas Navigo) y entonces ni se fijó en los carteles que había señalando la dirección de la Torre Eiffel. Y así salimos de la estación y de repente esa sensación de deja vu...ahí estaba, no había cambiado para nada y mi asombro volvió a ser el mismo que años anteriores. Mi novio se quedó medio mudo y lo primero que me dijo fue...y hasta ahí arriba tenemos que subir mañana?? jajajaja
En fin, que al final se llevó la sorpresa de encontrarse así como así con la señora de Paris. Hacía tanta, tanta, tanta calor, que nos fuimos a tumbarnos un poquito a la sombra en los Campos de Marte y nos relajamos un poco contemplando el ambiente, donde había muchos grupitos de gente joven, parejas, familias, niños cazando pokémon...en fin...
Lo que daría por volver a estar así en estos momentos...
Allí estuvimos un rato y luego decidimos ir a Montmartre para ver Le Sacre Coeur. Nos dirigimos hasta la estación de Abesses que, a parte de ser una de las estaciones de metro más cercanas al Sagrado Corazón, es también la estación donde se grabaron escenas de la famosa película parisina Amelie
Salimos de la estación y el paisaje cambia completamente, hemos llegado a mi barrio parisino favorito, y desde aquel día también el de mi novio, hemos llegado a Montmartre. Comenzamos a caminar y en un par de minutos nos encontamos a los pies del Sagrado Corazón, que luce como siempre espectacular.
El carrousel que aparece en la foto también es el carrousel que aparece en la película Amelie
Aunque con la tarjeta Navigo podemos acceder al funicular que te sube hasta arriba, nosotros decidimos subir las escaleras...en que momento!! Asfixiados perdidos que llegamos arriba, que calor madre mia!! Aunque claro, luego te giras y ves las vistas...en fin...sin palabras. Decidimos, ya que había muy poca cola, entrar dentro de la Iglesia (entrada gratuita).
Después nos perdimos un poco por las calles del barrio que rodean al Sacre Coeur.
Y llegamos a la famosa Place du Tertre
Y ahí ya no pude más...soy de tensión baja y propensa a tener jaquecas, con la calor que estábamos pasando y la pechá de andar que nos estábamos metiendo, mi cuerpo decidió que tenía que parar a tomar un café y un paracetamol. Así que que mejor sitio para descansar y maravillarte la vista que en esa plaza, que abunda el arte por los cuatros costaos...ahora eso si...cuatro euros y medio el café con leche...que dolorcito de pecho me entró...
Cuando ya se me hubo pasado un poco el mareo continuamos con el paseo.
Decidimos irnos a sentarnos un rato a las escaleras que hay bajo el Sagrado Corazón y de camino nos encontramos con una panadería/bollería donde había unas baguettes de perritos calientes con queso que quitaban el hipo, así que decidimos pillarnos uno para los dos y un par de bebidas y allí que nos fuimos a las escaleras.
La pena fue que había mucha policía por los alrededores y no había nadie bailando ni cantando (en las otras ocasiones que he estado en esas escaleras siempre me he encontrado a algún artista animando a la gente), lo que no impedía que en cuanto la policía se diera la vuelta salían varios chicos con cervezas, agua (seguía haciendo muuucha calor) e incluso champán para vender. Allí nos quedamos hasta que empezó a atardecer y París nos dedicaba estas vistas
De ahí volvimos a la estación de Abesses y nos fuimos a nuestro apartamento, no sin antes parar a comprar algunas cositas en un supermercado Monoprix que había muy cerca a nuestro apartamento. Llegamos, duchita y cenita con nuestro balcón abierto de par en par, escuchando los ruidos de una ciudad que va acabando su día. Caímos agotados, y a pesar de la calor, dormimos como niños pequeños.