Hoy nos levantamos un poco más relajados aunque no por ello menos nerviosos. Hoy teníamos la subida a la Torre Eiffel y eso impone bastante. Desayunamos tranquilamente en el apartamento ya que la subida a la Torre Eiffel la teníamos reservada a las 11:00 y no queríamos hacer ninguna visita antes, no queríamos arriesgarnos a llegar tarde. La reserva la hicimos, como dije al principio del diario, a través de la página web oficial. El precio es exactamente el mismo. Lo único es que tienes que hacer la reserva con bastante antelación puesto que las entradas vuelan. Nosotros la hicimos a principios del mes de julio y ya quedaban pocas horas disponibles.
Nos fuimos a la calle con la alegría de ver un cielo completamente despejado, lo que no impediría contemplar en su totalidad las maravillosas vistas desde lo alto de la Torre. Esta vez llegamos a través del RER, bajándonos en la parada de Camps du Mars, os recuerdo que con la tarjeta Navigo puedes acceder tanto a metros como a trenes y en este caso nos venía mejor la combinación con el tren.
Llegamos 45 minutos antes de la hora de entrada por el miedo a las colas que pudieran haber para acceder al recinto donde se accede para subir a la Torre. Supongo que será por los últimos acontecimientos ocurridos en Francia, pero el acceso a la Torre está cerrada por un control, donde revisan los bolsos, maletas y debes pasar por un escáner, ya que no recuerdo pasar este tipo de controles en mis otras visitas. Por miedo a que hubiera mucha gente llegamos con tiempo de antelación, pero el control lo pasamos en apenas unos minutos. Tampoco había apenas cola para comprar las entradas para subir, supongo que en Septiembre el turismo baja algo.
Como no hay mal que por bien no venga, nos sentamos en un banco a esperar que pudieramos entrar mientras contemplábamos esa maravilla que teníamos delante.
Cinco minutos antes de las 11:00 nos dirigimos a nuestro acceso y nos dejaron pasar. Entramos y en unos minutos ya estábamos dentro del ascensor que nos subiría al segundo piso. Sufro algo de vértigo, así que ni os digo como estaba en esos momentos... Ya en el segundo piso las vistas son espectaculares.
Después de dar algunas vueltas y hacer fotos desde todas las perspectivas posibles le echamos valor y nos pusimos en la cola para coger el ascensor para subir al sommet. Madre mia...cada vez que me acuerdo...que ratito más malo. Durante el ascenso no hablaba nadie, se notaba la tensión jajaja La cosa es que parece que nunca llegas arriba, escuchas como el ascensor va subiendo y claro, como el ascensor tiene ventanas, puedes ver como vas subiendo. Cosa que yo no hice en absoluto, era sin mirar y ya me estaba mareando...

Estamos bajito eh??

Cuando ya dimos varias vueltas y decidimos que ya era hora de continuar nuestra ruta (cuesta bajarse de allí) volvimos a coger el ascensor bajándonos en el primer piso. Allí hay restaurantes, tiendas, sofás y tiene una parte de ¨cristalera¨hacia abajo que, aunque parezca mentira, impresiona un poco (o lo mismo soy yo y mi vértigo...)
De allí nos fuimos al río para hacer el crucero de una hora por el Sena. Las entradas las reservamos por internet, como dije al principio del diario en la tienda A Tout France. Las entradas nos costó 9,50 euros cada uno (5 euros y medio más barato que si la hubiéramos comprado allí). Allí cuestan 15 euros por persona. Además lo bueno era que la podías utilizar el día que quisieras. Nos fuimos hacia la parte del Bateaux Parisiens, que era con quien habíamos comprado las entradas, y al quedar una media horita larga hasta que saliera el próximo barco nos sentamos en unas escaleritas que hay debajo del puente (seguía haciendo mucha mucha calor) y nos tomamos un tentenpie que llevábamos guardados. A la una menos diez nos volvimos a dirigir al baro y comenzamos a acceder. Había mucha gente, pero no tanta como para llenar el barco entero, así que hicimos un paseo bastante agradable y tranquilo, pudiéndonos sentar sin ningún problema en la parte de arriba cogiendo un buen sitio.
Aquí vimos la estatua que apareció el pasado mes de Junio en muchos telediarios con las inundaciones de Paris, el agua casi le llegaba a la cabeza...
Esta parte nos recordó un poco a Amsterdam, con sus casas barcos
Cuando nos bajamos del paseo en barco barajamos la opción de comer en algunos de los bares que hay al lado del río, pero viendo los precios y la calidad de la comida (dejaba un poco que desear), decidimos andar un poco hasta un SubWay que había por allí, comprarnos un par de bocatas y volvernos a ir a los Campos de Marte a comer (en la sombrita), con la Torre Eiffel de frente. Quiero hacer un alto en el diario con el tema de la comida. A ver, de donde nosotros somos se come muy muy bien y muy barato, con lo cual cuando vamos fuera nos parecen tan exagerados los precios que decidimos comer de bocadillos y algo más económicos que gastarnos un dineral en comer bien. Es por eso que muy pocas veces comemos en restaurantes cuando viajamos...
Después de comer y de descansar un poco en la sombrita de los árboles, nos fuimos paseando por los Campos de Marte hasta los Inválidos. La entrada cuesta 15 euros por persona (creo recordar), pero al estar en paro nosotros entramos gratis. Nos enteramos pocos días antes de viajar que podíamos entrar en varios sitios de manera gratuita estando en el paro. Como ahora todo se hace por internet y no tenemos físicamente ninguna tarjeta ni nada lo que hicimos fue hacer una captura de pantalla de la página del Sepe donde aparece la fella de la última y próxima renovación. Llegamos a la entrada, enseñamos las fotos de los móviles y tuvimos nuestras entradas sin problema.
Aquí podeis ver la maravillosa cúpula de los Inválidos.
Dentro de los Inválidos se encuentra la tumba de Napoleón, entre otras de sus comandantes, una pequeña Iglesia muy bonita y también está el museo de la armada. Este museo cierra a las cinco de la tarde, por lo que sólo pudimos ver algunas salas. Es muy recomendable, a nosotros nos gustó mucho.
El interior de la cúpula es maravilloso.
La tumba del hermano de Napoleón también está aquí.
Cuando bajamos para ver la tumba de Napoleón nos quedamos un poco a cuadros porque de repente nos encontramos con unos cuantos de enchaquetados y tres chicos vestidos de primeros auxilios. Nos fijamos mejor y justo delante había una señora comitiva rodeando la tumba. Alguien importante sería (nosotros no lo reconocimos) porque estaba rodeado de al menos cinco cuardaespaldas, militares y tres o cuatro enchaquetados que le iba explicando cosas, incluidos al final de la comitiva los de primeros auxilios...yo lo grabé por si acaso, pero aun después de haberles enseñado el video a algunos familiares seguimos sin saber quién era, alguien importante del Estado Francés seguro vaya...
He aquí la tumba de Napoleón, menos mal que era chiquitito que si no, no me quiero ni imaginar las dimensiones de su tumba...

Exteriores de los Inválidos
De aquí cogimos un metro y nos bajamos en la parada Charles de Gaulle-Etoile, para poder ver el espectacular Arco del Triunfo. Aquí también había una parafernalia con militares, no llegamos a saber que era lo que estaban haciendo, pero tuvimos que esperar a que terminaran para poder pasear por debajo del gran arco.
Aquí la tumba del soldado desconocido, donde la llama nunca se apaga
De aquí nos fuimos a pasear un poco por los Campos Elíseos maravillándonos con tiendas donde ni en sueño podríamos comprar algo y con ferraris que habían aparcados para que quien quisera, por el módico precio de 90 euros, pudieran cogerlo. Nos lo pensamos eh?? más mi chico que yo, pero al final no lo hicimos

