El día se presenta espléndido para conducir hacia Monument Valley, espectacular parque nacional gestionado por los indios navajos que en esta zona del país tienen una de sus reservas. El ocre rojizo va ganando terreno y a lo lejos vislumbramos esos tan peculiares promontorios que adornan el horizonte, estamos justamente entre los estados de Arizona y Utah, los carteles nos van anunciando la proximidad al parque y también nuestra entrada al estado de Utah.



En poco más de media hora nos ponemos en el parque -sin contar paradas para fotitos-. La entrada es de 20$ por vehículo.
Hay la posibilidad de realizar visitas guiadas, nosotros decidimos hacerla con nuestro coche. El recorrido es de unas 2 horas, fuimos parando por los ‘monumentos’ más relevantes, esas peculiares formaciones rocosas de formas caprichosas que tanto se han visto en las películas del Oeste. No hace excesivo calor, hay que tener en cuenta que esa zona está a 1700 metros por encima del nivel de mar, raramente la temperatura supera los 31 grados, el invierno es bastante frío.

Pasado mediodía acabamos nuestra visita a Monument Valley, retomamos la carretera deshaciendo lo recorrido para volver a Kayenta y seguir hasta Page que nos llevará unas 2 horas. Una vez en Page buscamos Big John’s Texas BBQ un restaurante famoso por sus costillas de cerdo ahumadas, allí reponemos fuerzas y buscamos nuestro hotel para esa noche.


Comfort Inn & Suites es nuestro hotel en Page, como dice su nombre, confortable y amplio, de hecho fue el que más caro nos salió del todo el viaje, allí el alojamiento no es precisamente económico.
La tarde la aprovechamos para visitar Horseshoe Bend o la Curva de la Herradura en español, enorme meandro que forma el Río Colorado al pasar por Page. El acceso es gratuito, hay un gran aparcamiento y luego hay que caminar unos diez minutos. Vale la pena ver el río allí al fondo hundido en una gran herradura natural.
