Día 14. La Habana Vieja merece un día entero para recorrerla. Es también la zona en la que se aglomeran más "cazadores" de turistas, pedigüeños y demás buscavidas, lo que resulta bastante pesado, pero es cuestión de no hacerles caso, responder con educación y quitártelos de encima, según te pille el cuerpo. Generalmente lo aceptan con buen talante y se van a por otro guiri.
De todas formas, nosotras siempre llevábamos cosas en la mochila para dar cuando nos pedían. Jabones, caramelos, bolis, dinero no. Lo menos creíble es que te pidan leche para el niño...
Por otra parte, he llegado a odiar la palabra "taxi", te los ofrecen por todas partes de forma incansable.
No me voy a extender en esta etapa porque hay miles de guias que os explican hasta la saciedad todo lo que hay que visitar: las cuatro plazas principales, la Bodeguita de en Medio, el Floridita, y callejear sin descanso.
Día 15. Salimos hacia Cienfuegos con Viazul (20 cucs). Es la mejor manera de viajar por la isla. Puntuales, rápidos y seguros.Aunque en general, los empleados de las oficinas no se matan de simpaticos, pero los conductores sí lo son.
Cuando llegamos llovía. Encontramos una casa cerca de la estación de bus: habitación doble con baño privado y desayuno: 18 cucs.

Cienfuegos nos gustó mucho. Es un remanso de paz, comparado con La Habana. Elegante, señorial y límpio, y con unas puestas de sol que cortan el aliento, y nadie intenta engañarte ni venderte nada.
Al día siguiente contratamos un taxi (40 cucs) para hacer una excursión a El Nicho. Un parque natural con cascadas que no os debéis perder (10 cucs la entrada).
