26 de octubre
Hoy hemos decidido que nos vamos a tomar el día con tranquilidad, cambiamos de alojamiento y nos vamos a Glottertal, en esta ocasión hemos decidido hacer nuestras dos ultimas noches en una casa rural.
Nuestra idea inicial es levantarnos tarde, desayunar e irnos. Pero finalmente nos levantamos antes de lo previsto, desayunamos, preparamos las maletas y para las 10:30 salimos del hotel, tenemos aproximadamente 1 hora de camino.
Cuando vamos hacia nuestro destino, paramos en Breisach, es el primer pueblo fronterizo cuando pasamos de Francia a Alemania, hemos visto desde la carretera un edificio con forma de palacio y nos acercamos a verlo. Resulta ser una gran iglesia.
Continuamos el viaje tranquilamente. Llegamos a la casa rural a las 12.00h, pero nos encontramos con la sorpresa de que hasta las 15.00h de la tarde no podemos entrar, es más, no podemos ni dejar las maletas, ya que la única persona que está, creemos que la señora de la limpieza, aparte de no hablar más que alemán, nos dice que no hay ningún responsable.
Así que vuelta al coche con las maletas...y nos dirigimos a St.Peter, era uno de los sitios que teníamos previsto visitar, hacemos un pequeño recorrido por la zona, y nos paramos a tomar un café, todavía son las 13:30h...así que miramos en internet que tenemos por la zona para visitar...y descubrimos el Lago Titisee, lo tenemos apenas a media hora, así que cogemos el coche y allí que nos vamos.

Es un sitio muy turístico, es un complejo enorme lleno de tiendas de souvenirs, restaurantes, centros de ocio, etc...
Pero la verdad es que el lago es precioso y bien se merece una visita.

En estas fechas el tiempo no acompaña, pero en verano tienen muchas opciones para pasar un buen día allí, desde alquiler de pedalos, excursiones en barco, etc...
Es hora de ir al hotel. En esta ocasión es el hotel Tobererhof, es una casa rural. Llegamos, nos asignan la habitación y la primera impresión es muy buena, es amplia, limpia, abuhardillada y con una hermosa terraza que da al monte, en el cual por la tarde hay caballos sueltos y todo por allí. Ósea un remanso de paz y tranquilidad.
Nos tomamos la tarde tranquila, para descansar y disfrutar de esa tranquilidad hasta que vayamos a cenar.
En esta ocasión nos vamos al pueblo de al lado, pedimos un par de platos combinados y un par de cervezas.
Es hora de retirarse, tantos días trotando se empieza a notar...