Volvemos a Baviera, el día está muy despejado, aunque nevó durante la noche. Hoy vamos a visitar el reclamo turístico más importante de esta zona, los famosos castillos del Rey Loco, aunque teníamos claro que no íbamos a entrar. Está todo muy bien organizado. Hay que recordar que los castillos están señalizados como “Königsschlösser”. En la web Füssen-castillos hay catálogos con mapas muy detallados de la zona.
Aparcamos en el parking 2 (Coloman-strasse) en Höhenschwangau, desde el que ya se ven los dos castillos.
Aparcamos en el parking 2 (Coloman-strasse) en Höhenschwangau, desde el que ya se ven los dos castillos.
Caminamos un poco y encontramos el tiquet center, el Hotel Müller a la derecha y el Schlösshotel Lisle a la izquierda. Por la derecha se va al castillo de Höhenschwangau y al Plansee de frente, por la Alpsee-strasse.
Una vez subimos un poco hacia el de Neuschwanstein, por la izquierda, se puede escoger entre dos caminos: al pie del castillo directamente o al Marienbrücke. Seguimos durante unos 30 minutos por las cuestas que llevan hasta el famoso puente. Su acceso estaba cerrado, pero hicimos como el resto, nos metimos entre las vallas de madera y llegamos para contemplar esta hermosura. La imagen del castillo con los lagos abajo es difícil de olvidar.
El ascenso se puede hacer también en coche de caballos desde el Hotel Müller o guagua desde el Lisl hasta el mirador Jugend, aunque creo que ese día no funcionaba debido a las nevadas.
El puente en honor a la madre de Luis de Baviera está a 92 metros de altura, construido encima de la cascada del desfiladero del río Pöllat, que cae a 45 metros. Existe una ruta de senderismo de unas tres horas desde el Tegelberg.
El puente en honor a la madre de Luis de Baviera está a 92 metros de altura, construido encima de la cascada del desfiladero del río Pöllat, que cae a 45 metros. Existe una ruta de senderismo de unas tres horas desde el Tegelberg.
También Höhenschwangau se ve majestuoso desde el Marienbrücke. Realmente fue construido por el padre de Luis II y fue su residencia durante su infancia.
Los lagos de los alrededores es otra tarea pendiente que tendremos cuando volvamos.
Para bajar lo hicimos por el otro lado hasta los pies del castillo, que se ve imponente desde abajo. Siguiendo los coches de caballos llegamos al punto de partida.
Antes de volver a Imst, paseamos por el pueblo de Schwangau; la iglesia de St. Coloman ofrece aislada una bellísima estampa.
Antes de volver a Imst, paseamos por el pueblo de Schwangau; la iglesia de St. Coloman ofrece aislada una bellísima estampa.
También desde aquí hay imágenes preciosas de las joyas de la corona. ¡Qué escenario para pasear!