¿No tenéis la sensación que los fines de semana se pasan más rápido cuando viajas?
Nos levantamos a la misma hora con el objetivo de visitar ese día el Cementerio Monumental y el Castello Sforzesco. No pudimos desayunar en el mismo sitio que el día anterior porque estaba cerrado así que nos pusimos en camino al Cementerio. Es un paseo de una media hora en la que pudimos contemplar algunos edificios interesantes como el conocido como Bosco Verticale o la Torre Unicredit.
Torre Unicredit
Bosco Verde
Desayunamos en la zona de Porta Garibaldi, un núcleo de edificios modernos y oficinas.
Al Cementerio Monumental también se puede ir en metro a través de una línea bastante reciente, la línea morada (M5) que llega hasta el estado de San Siro.
Se hace extraño que una de las visitas sea un cementerio, pero la verdad es que merece la pena y es un museo al aire libre sin lugar a dudas. El cementerio está precedido por un Panteón de los hombres ilustres. Merece la pena perderse un rato por el mismo y olvidarse de todo.
Desde ahí nos dirigimos hasta el Parque Sempione. Un bonito parque con un pequeño lago incluido y una feria que le da mucha vida. Cuando nosotros fuimos era domingo por la mañana y estaba lleno de niños por todos los lados aprovechando que nos estaba haciendo un día magnífico. En el parque es destacable el Arco de la Paz y la Arena Civica. Esta última es un anfiteatro en estilo neoclásico que se utiliza para eventos de atletismo.
Parque Sempione con Arco de la Paz al fondo
En el final del Parque Sempione, al lado del sitio dedicado a la feria, se puede acceder por la entrada trasera al Castello Sforzesco. Comenzó a construirse en el S.XIV y Francesco Sforza comenzó la reconstrucción a mediados del S.XV. Francesco Sforza os sonará a aquellos que veis la serie de TV Los Medici (recomendable por cierto).
El castillo tiene una planta cuadrada y cuatro torres en sus esquinas a parte de la Torre Filarete en al entrada principal. Actualmente alberga un Museo que cuenta entre sus obras con una escultura inacabada de Miguel Ángel, una armería y tapices.
Los agujeros que se pueden apreciar en las imágenes se hicieron para poder colocar andamios en ellos en restauraciones posteriores. Actualmente solo los usan las palomas
Nuestra escapada estaba llegando a su fin teniendo en cuenta que nuestro avión salía a las 18:00 de la tarde desde el aeropuerto de Bérgamo, así que decidimos dar un último paseo por Milán desde el Castello Sforzesco hasta la Plaza del Duomo por la Vía Dante. Una vez en la plaza cogimos el metro para ir a los Navigli de nuevo y comer por esa zona que tanto nos gustó la noche anterior.
Esta vez escogimos la Fabbrica Pizzeria. Me gustaron mucho las pizzas que hacen con su masa fina, pero la pasta no me entusiasmó tanto El sitio es agradable y si estáis por la zona podéis probarlo.
Regresamos al hotel con tiempo suficiente, o eso creíamos, para llegar al aeropuerto. Recogimos las maletas de conserjería, me dejé mi guía en la recepción y nos fuimos caminando a la Estación Central desde donde salen los autobuses al Aeropuerto de Bérgamo. Como comenté habíamos comprado billete de ida y vuelta, el problema es que no preguntamos los horarios. Si a diario la frecuencia es de 30-40 minutos, justo los domingos es de una hora Así que no salimos de Milán hasta pasadas las 16:00 de la tarde, llegando al aeropuerto con una hora escasa. La verdad es que los trámites en este aeropuerto son bastante rápidos. Nos despacharon literalmente en el control y corrimos hasta la puerta con la esperanza de no tener que facturar nuestras maletas. Ya había bastante cola, pero por suerte no tuvimos que facturar (el matrimonio de detrás de nosotros fueron los primeros en tener que facturar).
El fin de semana había pasado muy rápido y ya teníamos que volver a la realidad, pero con la idea que habíamos aprovechado el tiempo todo lo que habíamos podido y lo visitado nos había gustado
Aeropuerto de Bérgamo