DÍA 11 EN GRECIA. FIN DEL VIAJE.
ATENAS (TERCER DÍA).
Amanecimos ya en el Puerto del Pireo y después de desayunar en el barco, hicimos las maletas y las dejamos en la puerta del camarote para que se las llevaran los maleteros. Dimos una propina a nuestra camarera, que nos había tratado muy bien, y comprobamos la cuenta de lo que habíamos consumido en el barco, que nos pasarían con cargo a la tarjeta de crédito.
Regreso al Puerto del Pireo.
Desembarcamos y un autobús nos estaba esperando con nuestro equipaje para llevarnos a un hotel del centro, cerca de la Plaza de Omonia, hasta que llegara el momento de ir al aeropuerto. Eran las 11:00 aproximadamente y teníamos hasta las 14:30, ya que nuestro vuelo salía en torno a las 16:00 horas hacia Madrid.
Recorriendo la zona comercial.
Nos dedicamos a recorrer tranquilamente el centro de Atenas e hicimos unas compras cerca de la Catedral ortodoxa (Mitropoli), de la segunda mitad del siglo XIX, cuyo interior visitamos. No tengo fotos del exterior porque creo recordar que había obras y las grúas estropeaban las vistas. También estuvimos en otras pequeñas iglesias bizantinas que se encuentran por los alrededores. Al lado derecho de la catedral, no nos olvidamos de visitar la preciosa Panagia Gorgoepikoos , una minúscula iglesia del siglo XII construida en mármol, que mezcla elementos clásicos y bizantinos. Mide solamente 12 metros de ancho por 7,5 metros de largo y, dicen, que era en proporción a las dimensiones de la Atenas de aquellos tiempos. Dentro no pudimos hacer fotos, pero en el exterior hay un grupo de relieves muy interesantes, de varias épocas, con animales alegóricos, los meses del año, etc.
Frente de la Iglesia y detalles de los relieves.
Aunque no se ve muy bien, el dintel con los meses del año data del siglo IV a.C. En el siglo XII se añadió la cruz.
También nos acercamos a ver la llamada Linterna de Lisicrates, que está en la Plaza de su nombre, al este de Plaka, desde donde se llega cómodamente andando. Es un curioso monumento erigido en el año 334 a.C. para honrar a los ganadores de los concursos de recitales y coros que se celebraban en el Teatro de Dionisos. El, digamos, patrocinador del equipo ganador (corego), que disponía de caudales suficientes, levantaba un monumento conmemorativo. Este es el único de este tipo que se conserva en la ciudad y tiene columnas con capiteles corintios. Es muy curioso y, si hay tiempo, merece la pena acercarse a verlo.
Ese día, aunque en la Plaza Sintagma seguían manteniéndose las sentadas, los manifestantes habían disminuido mucho y la vida de la ciudad parecía haber retomado su punto normal. El tráfico volvía a ser caótico en el centro de Atenas y los mercados estaban abiertos y en plena ebullición, si bien se notaba cierta crispación, con la gente caminando muy deprisa y hablando muy alto, lo cual no es extraño en Grecia ni mucho menos; pero sí que advertimos algunos “cambios de impresiones” un tanto tensos entre la gente. De todos modos, creo que la mayor parte de los atenienses, aun con los recortes que les iban a complicar y mucho su existencia, estaban aliviados de permanecer en la Unión Europea. Por lo menos, de momento parecía que había desaparecido la preocupante incertidumbre de días atrás.
Tomamos unos batidos muy ricos en una terraza y, prácticamente, allí terminó la historia de nuestro viaje a Grecia en tiempos revueltos, que empezó con tantos altibajos y que, al final, había resultado bastante bien. Con sus luces y sus sombras, nos había gustado Grecia, bueno, más que gustarnos, lo cierto es que habíamos disfrutado bastante y, sobre todo, lo habíamos pasado muy bien, mucho mejor de lo que esperábamos.
Los batidos muy ricos. Con el calor que hacía, te los tomabas casi en un par de tragos.
CONCLUSIONES:
ATENAS.
Es una ciudad complicada, sobre todo a la hora de aconsejar visitarla más o menos minuciosamente. Según las preferencias de cada uno, puede gustar o no. No voy a decir que la puedes llegar a odiar (tiene un tráfico bastante caótico, mucho ruido y frenesí de idas y vueltas, la gente habla muy alto y algunos vendedores pueden ponerse pesados, aunque los griegos por regla general son muy atentos y hospitalarios), pero sí que habrá personas que tengan más que suficiente con un día de visita (incluso menos). El calor puede resultar agobiante y eso que fuimos a finales de junio/primeros de julio. Estuvimos casi tres días completos y no nos sobró: la ciudad me gustó incluso en su caos porque el hecho de encontrar lugares arqueológicos de miles de años en cualquier esquina, a mis ojos, siempre supone un voto a favor. Pero también es cierto que no es una ciudad bonita al uso, está muy extendida y sus edificios (dejando aparte la zona del siglo XIX, que ya he mencionado) no tienen una arquitectura notable. Dista mucho de otras ciudades europeas, por las que gusta pasear simplemente contemplando sus calles y sus edificios, pero las vistas desde sus colinas, tienen mucho encanto, sobre todo hacia la Acrópolis.
IMPRESCINDIBLE EN ATENAS: Nada nuevo, lo que dice todo el mundo. La Acrópolis y su entorno, el Museo de la Acrópolis, el Ágora Antigua, el Templo de Zeus Olímpico, la zona de Plaka y el entorno de la Plaza de Monastiraki, con sus zonas arqueológicas y las vistas hacia la Acrópolis. Si gustan los museos, el Museo Arqueológico Nacional es muy recomendable.
Me quedé con las ganas de ir hasta el Cabo Sunion para ver la puesta de sol, pero fue materialmente imposible cuadrarlo en el itinerario. Lo tenía planeado con los vuelos iniciales, cuando llegábamos a medio día y nos íbamos ya por la noche, pero con los horarios finales no pudo ser. Esperemos que el atardecer romántico nos cuadre la proxima vez.
PELOPONESO, DELFOS Y METEORA. Por los motivos que he contado al principio, lo hicimos tipo tour, pero creo que lo mejor hubiera sido utilizar un coche de alquiler pese a que algunas carreteras no son muy buenas y que los griegos conducen… a su modo. En mi opinión, resulta imprescindible el Teatro de Epidauro, la Tumba de Agamenón (Tesoro de Atreo), Micenas (Puerta de los Leones), Delfos y Meteora. Olimpia también me gustó mucho, pero comprendo que es una opinión particular.
Si vuelvo a Grecia (aparte de lo de Creta y Rodas que ya he mencionado), creo que haría el recorrido de Meteora a pie, visitaría tranquilamente el sur del Peloponeso, Salónica y el norte de Grecia, aunque de momento, no sería un destino prioritario para mi.
El tour que hicimos fue muy interesante porque estaba bien planificado, era poca gente y la guía fue excepcional. Los hoteles eran supuestamente de cuatro estrellas, pero tres les hubieran quedado justitas en España, aunque dos de ellos tenían piscina y las habitaciones eran cómodas, aunque pequeñas. Las vistas del de Delfos y el de Kalambaka eran estupendas. Las cenas, normales, tipo bufet. Sólo hicimos una comida en restaurante de carretera, las otras tres en Delfos, Patras y Kalambaka (aquí almorzamos en un restaurante familiar con una comida típica griega exquisita). El menú costaba 12 euros, con ensalada, entrante, plato principal, postre, agua y vino. Lo demás, aparte.
CRUCERO POR LAS ISLAS GRIEGAS. Era la primera vez que íbamos a un crucero en el mar (soló habíamos hecho dos en Egipto, por el Nilo y el lago Naser) y mis impresiones las he puesto en la etapa de la primera jornada a bordo. Me divertí mucho en el crucero, pero creo que fue porque apenas pisé el barco ya que estuvimos más fuera que dentro con tantas excursiones: ¡seis islas en cuatro días! Sí que me quedó claro que, aunque me gusta navegar y disfruté mucho de los paseos en cubierta, la vida de crucerista no se encuentra entre mis preferencias, lo que no quiere decir que no haga algún otro crucero en el futuro. En cuanto a las islas, todos los lugares que visitamos son, evidentemente, muy bonitos y atractivos para el turismo; pero a la hora de plantear unas vacaciones de varios días, la cosa cambia. Me gustaría pasar unos diez días en Creta y, quizás, cuatro o cinco en Rodas; en Santorini, solo volvería un par de días y totalmente fuera de temporada. Éfeso me encantó, pero es una visita tal cual y se encuentra en Turquía, y Patmos, bonita también, pero para ir solamente si pilla de paso. Mikonos me gustó para estar una jornada, nada más. Lo que más sentí fue no poder ir a Delos, que seguramente es lo más interesante allí.
He visto que Louis Cruise ya no promociona este crucero, ignoro si lo hace alguna otra naviera.
Ofrecer más datos prácticos, me parece un tanto arriesgado a estas alturas, cuando han pasado casi seis años, pero por lo que vi entonces me pareció que la vida en Atenas es asequible, aunque no barata; en el Peloponeso, se puede sobrevivir con buenos precios. Delfos y Meteora son más caros, pero también asequibles. El turismo es las islas resulta muy caro, sobre todo en verano. Y las entradas a los monumentos no son nada baratas. Como habéis visto por los tickets que he ido poniendo, una entrada solía costar 6 euros (8 euros si eran combinadas), 2 ó 3 euros los monasterios de Meteora y la entrada combinada a la Acrópolis está ahora por los 30 euros (me he quedado sorprendida al verlo).
La comida y la bebida, muy rica y abundante en general. En cuanto a precios, hubo de todo, pero se podía almorzar bastante bien entre 15 y 17 euros por persona. Los menús, en torno a los 12 euros. El total del viaje, en aquellas fechas (más barato en alguna cosa, pero creo que más caro en general de lo que saldría ahora) nos costó unos 1.300 euros por persona.
Y aquí pongo fin a mi diario. Espero que os haya gustado o que, por lo menos, sea de alguna utilidad a algún viajero porque el tiempo no importa demasiado en muchos lugares turísticos de Grecia, que llevan más de dos mil años esperando y recibiendo visitas. ¡Muchas gracias por leerme!
Me despido de Atenas con la puesta de sol en la Colina de Licabetos.
Notas: todas las fotos son mías, excepto los mapas de Google. Para contar algunas cosillas sobre cada sitio he consultado Wikipedia, la Guía de Grecia de El País Aguilar y varias páginas de turismo griego en internet.