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Este sería el día que probablemente hubiésemos sacrificado de la ruta de habernos quedado atrapados en Milos. Menos mal que elegimos bien y eso finalmente no ocurrió porque fue uno de los días, si no el que más, TOP del viaje.
La isla de Antiparos es muy virgen, aún muy poco explotada. Hay ferries contuniamente desde Paros en los que puedes meter coche y moto y el trayecto no dura más de 5 minutos, pero hay que ir hasta el puerto de Pounta, a unos km de Parikia.
Antes de salir, paramos en un establecimiento que vimos de la cadena Gregory’s para comprar unos bocadillos para llevar. Si vais a pasar el día en las playas de Antiparos, os recomiendo que hagáis esto porque no hay nada para comprar como no sea en la capital. Cogimos un par de baguettes, un agua y 2 rollitos de canela para desayunar por un total de 11.50€.
Tras unos minutos de trayecto en moto, llegamos a Pounta cuando justo se marchaba un ferry, pero en 20 minutos saldría el siguiente. Cuando llegó la hora, embarcamos fácilmente la moto por 2€ y nosotros por 1,50€ por persona y subimos a la parte superior: Las vistas de la parte oeste de Paros eran maravillosas con el agua turquesa por fin en calma, solo con ligera brisa, lo justo para ver a varios windsurfistas. Yo sólo de ver el color de ese estrecho ya me estaba emocionando pero es que al llegar al puerto de Antiparos era aún más bonito… imaginad en las playas.
Pusimos rumbo a la parte sur de la isla, siempre con vistas al mar y playas salvajes. No había nada de tráfico y la carretera estaba bastante bien hasta la playa de Soros, desde donde ya tuvimos que continuar por camino de tierra hacia las playas más remotas, bonitas y salvajes. La primera de ellas fue Sostis beach, a 12 km del puerto.
No tengo palabras para esta playa. Es como tener una cala de Menorca para ti solo. Porque éramos, contadas 4 personas.
El sol pegaba fuerte pero nos colocamos en la parte más rocosa para poder tener sombra de los árboles y pasamos ahí tranquilamente toda la mañana. Era paz.
Después dar cuenta de nuestros bocadillos, cogimos la moto otra vez y fuimos un poquito más hacia el sur para llegar a la playa de Faneromeni. En esta zona había ya más motos, quads y coches, lo cual restaba algo de encanta a la playa, que era igualmente una delicia con arena blanca y el agua más cristalina que he visto en mi vida completamente en calma. Era más pequeña que Sostis, así que aunque la gente no era mucha sí que daba esa sensación.
Pasamos ahí otro buen rato disfrutando tanto dentro como fuera del agua y luego fuimos a una playa sin nombre que habíamos visto justo al lado opuesto de esta al venir en moto.
Tan preciosa como la primera y vacía. En un mapa, la encontraréis entre la capilla de la Virgen María de Faneromeni y lo que aparece marcado como Brazilians Cove.
Otro baño y ratito allí para ir a la parte oeste de la isla, concretamente a la zona de Agios Giorgios, un pequeño pueblo con una bonita donde destaca el punto de la capilla.
Con eso, dábamos por finalizada la visita a Antiparos, no sin antes parar en la capital para dar una vuelta ¡Y qué acierto también! Parecía el decorado de una película, todas las tiendas, fachadas, restaurantes, guest houses, cuidadas al detalle.
En ese momento lamentamos no haber pensado en pasar al menos una noche allí, algo que sin duda haremos en el futuro porque uno de los motivos que nos traigan de nuevo a las Cícladas sin duda será una estancia más prolongada en Antiparos, un lugar en el que desconectar.
Muy felices, volvimos al barco y en 5 minutos estábamos de vuelta en Paros. El atardecer nos pilló entrando a Parikia así que decidimos parar a ver la puesta de sol en las rocas cerca del puerto, muy buen punto también y más tranquilo que el castillo.
Volvimos al hotel, nos duchamos, descansamos un rato y salimos a cenar. Esta vez que en uno de los locales que vienen marcados como más “Low cost” de la isla, “To Souvlaki tou Pepe”, que estaba entre el hotel y el puerto. Yo tenía antojo de yogurtlu kebab y aparte de eso pedimos kolokithokeftedes (croquetas de calabacín), un gyros de pollo y baklava con helado de postre. Todo estaba muy rico y abundante y costó 28.20€.
Encantados con el día, volvimos al hotel. Nuestra estancia en Paros llegaba a su fin pero nos marchábamos con la satisfacción de haber visto todo lo que queríamos y con la sensación de haber descubierto la isla más completa de las Cícladas: Pueblos preciosos, playas de escándalo, gastronomía deliciosa y precios muy razonables con la joya de Antiparos a tiro de piedra.
Gastos del día 2 personas:
Desayuno y comida: 11,50€
Ferry a Antiparos (ida y vuelta con moto): 10€
Cena: 28,20€
TOTAL: 49,70€
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