Si llegar hasta este pueblo es algo más complicado de lo normal, seguir rumbo al sur desde Kong Lor e intentar llegar hasta Don Det, a 660 kilómetros de distancia, cruzando todo el centro y sur del país se convierte en casi una odisea. Sinceramente creo que lo más lógico habría sido pasar una noche en algún lugar intermedio, pero no lo hicimos.
La tarde anterior estuvimos preguntando por las pocas guesthouses del pueblo a qué hora pasaba un autobús que nos acercarse hasta Tahkek, o al menos hasta el cruce con la carretera número 13. Os dejo un mapa con la ruta que queremos hacer para que podáis seguir el relato sin perderos.
Todas las informaciones eran confusas. Unos nos decían que a las 6 pasaba un autobús, otros que no, que la única opción era un tuk tuk que partía a las 6:30, cómo no nos aclarábamos decidimos estar listo al pie de la calle principal a las 5:30 de la mañana por si acaso.
La última noche tampoco iba a ser cómoda, a Vanesa se la han comido los chinches. Sobre las 2 de la noche Vanesa notó que le picaban las piernas y al encender la luz descubrimos que la cama estaba llena de chinches. A mí no me picaron pero Vanesa tenía más de 100 picaduras, imagino que será alérgica porque no era normal la cantidad de ronchas que tenía por todo el cuerpo. Pasamos la noche con bastante frío durmiendo en el suelo de madera de la cabaña.
A las 5:30 estábamos hechos polvo de no dormir y esperando un tuk tuk que nos llevase a Takhek. En vez de un tuk tuk apareció un autobús pequeño, de unas 15/20 plazas a eso de las 5:50. Tras hablar con el conductor acordamos pagar 75.000 kips por persona para que nos lleve hasta Takhek. El autobús es para verlo, la puerta se va abriendo y cerrando en función de si frenamos o aceleramos. Poco a poco se va subiendo gente de las aldeas cercanas y nos vamos llenado de todo tipo de mercancía. Llevamos sacos de arroz, un par de motos en el techo, un tronco de unos 30 kilos, en fin cosas del día a día.
Sobre las 11:00 am llegamos a la estación de autobuses de Takhek. Aquí la confusión ya es total. Todo lo que necesitamos es tomar un autobús desde Takhek hasta Don Det, así de sencillo. Preguntamos en la oficina de la estación de autobuses a qué hora sale un bus hasta Don Det, y las respuestas no son claras. Finalmente nos dicen que sobre las 18:30 hay uno que va directo hasta allí. Cómo tenemos mucho tiempo por delante negociamos un tuk tuk que nos acerque hasta el centro de la ciudad para comer algo y relajarnos un rato. Aprovechamos para comprar una pomada que alivie las picaduras de Vanesa, tuvimos suerte que la "farmacéutica" hablaba inglés. Por cierto, se me ha olvidado comentaros que estamos haciendo el viaje junto a Michelle y Marzena, dos chicas que están recorriendo esta parte del mundo en solitario y con las que hemos formado equipo para la etapa de hoy.
Volvemos a la estación un poco antes de las 17:00 y nos acercamos de nuevo a la oficina de tickets para comprar los billetes. Me dicen que me espere, que el bus llega a las 18:30 y que no podemos comprar los tickets todavía, hay que esperar a que llegue el bus. Todo esto con mala cara, como diciendo: ¿otra vez tu preguntando?
Mientras esperamos allí sentados el conductor de uno de los autobuses que está allí aparcado nos llama y nos pregunta que hacia dónde vamos, contestamos que a Don Det, y nos dice que nos demos prisa que éste es el autobús que tenemos que tomar, ¿perdona? este autobús lleva aquí parado al lado nuestra más de 30 minutos.
Otra vez a la oficina para comprar los tickets. Ahora el tipo de la ventanilla, el mismo que hace 5 minutos me ha dicho que tenía que esperar hasta las 18:30, me dice que el autobús que tengo que tomar es ese de ahí en frente, el que lleva ahí media hora, ¿en serio? bueno venga dame los tickets aunque yo no entiendo ya nada. Además ahora nos intenta explicar que a la altura de Pakse tenemos que cambiar a una minivan, ¿pero no decías que era directo? si me habías dicho que era directo, dios dame paciencia. Esto es un caos total entendemos que estamos comprando el ticket hasta Don Det por 90.000 kips incluyendo el trayecto en minivan, pero si os digo la verdad no sé a dónde vamos.
Estas situaciones te sacan de quicio, ellos no entienden nada de inglés, ni hablado ni por escrito, porque no entienden nuestros caracteres occidentales, a veces ni tan siquiera entienden un mapa porque no están acostumbrados a guiarse por ellos. En estos casos te ves impotente y sólo te queda una opción, jugártela y que sea lo que sea. Tras varios minutos en el bus confirmamos que por lo menos vamos hacia el sur.
Al caer la noche nuestro autobús se ha convertido en una discoteca con la música a todo trapo, tenemos hasta unas bolas ochenteras con luces de neón que cambian de color al ritmo de la música.
Pasamos Pakse y de momento seguimos en el mismo autobús, no hemos tenido que hacer ningún cambio. El autobús está hecho un asco porque la gente va tirando todo al suelo, restos de comida, envases vacíos, líquidos, basura… Hemos parado mil veces por el camino, hace un rato nos hemos llevado 30 minutos parados porque han empezado a descargar unas 40 o 50 puertas de madera que iban en el maletero del autobús. Tras la descarga de esta mercancía el autobús gira 180 grados y volvemos a Pakse, de repente paramos en mitad de la carretera. El conductor viene hacia nosotros, que somos ya los únicos que quedamos en el bus, y nos dice que tenemos que cambiarnos a un autobús que hay en el otro lado de la carretera, el cambio se produce en mitad de la nada, todo es muy extraño.
El autobús al que nos subimos es el que nos llevará hasta Don Det, va cargado hasta los topes de todo tipo de mercancías. A las 6:30 de la mañana seguimos haciendo paradas cada 5 minutos para ir repartiendo los diferentes bienes. Hemos descargado ruedas de camiones, garrafas de agua, un motón de sacos y ya no sé qué más. Aunque estamos a 5 minutos de nuestro destino, no paramos de dar rodeos para ir dejando todos los envíos que tienen pendientes, nosotros a ellos les importamos una mierda, podrían acercarnos a nuestro destino y después terminar de hacer sus entregas, ya que estamos a menos de 2 kilómetros, pero parece que nosotros somos la mercancía más barata del autobús y les importamos bien poco.
Finalmente, en un cruce a 3 kilómetros de dónde supuestamente nos debían dejar nos dicen que nos bajemos. Milagrosamente hay allí un tuk tuk, yo les digo a los del bus que el tuk tuk no lo voy a pagar yo, porque el autobús debería dejarnos en el embarcadero desde el que podemos llegar hasta Don Det y no a tres kilómetros. Al final el del bus nos paga el tuk tuk y llaman a otro chico que aparece con una moto porque todos no cabemos en el tuk tuk. En la moto nos subimos Vanesa, yo y el chico que la conduce, en el tuk tuk nos siguen Michelle, Marzene y una joven pareja alemana que también nos han acompañado en el bus. Cuando llegamos al embarcadero el conductor del tuk tuk nos pide 5000 kips a cada uno, "pero tendrás cara!, vamos a ver chiquillo si ya te ha pagado el del autobús delante de mis ojos!" No te doy ni un duro, mejor vete de aquí que a estas alturas ya no sé ni de lo que soy capaz.
Por fin, ya sólo nos queda la prueba final, una barca que nos acerque hasta la isla de Don Det a pocos metros desde la orilla del Mekong en la que estamos. Rápidamente aparecen varios voluntarios, a cual más chulo, de entrada nos piden 17.000kips por persona. Estamos viendo que en un kiosko que está al lado pone que el ticket cuesta 15.000, se lo decimos y directamente lo mandamos a tomar viento, ya no pasamos ni una.
Al minuto vuelve a regresar, esta vez dice que ok que nos lleva por 15.000 cada uno, como el tío no me despierta ninguna confianza le digo que le pago cuando lleguemos, aunque se lo toma un poco mal acepta.
Ahora sí, 26 horas después de nuestra salida desde Kong Lor hemos llegado a Don Det.
En estas últimas horas todo el mundo nos ha tratado fatal, nos han engañado y nos han intentado timar de mil maneras. Los autobuses locales iban de mierda hasta arriba, no porque estén en malas condiciones, sino porque la gente es muy sucia y lo tiran todo al suelo. El respeto por los otros no existe, ni hacia nosotros ni entre ellos mismos. Pueden ponerse a chillar a las tres de la mañana por teléfono dentro del autobús o plantarse a cantar la canción laosiana del momento cuando todo el mundo duerme porque a alguien le apetece encender el karaoke a las 2:00 de la noche. Estas cosas sólo nos ha pasado en esta zona de Laos, desde el centro hacia el sur. Una vez que ha pasado el tiempo acabas olvidando lo sucedido y todo queda en una anécdota que recordar, pero ese día llegamos a preguntarnos a nosotros mismos si venir hasta Laos nos estaba mereciendo la pena.
Perdón por el tocho que os he soltado, pero no todo es bonito en un viaje.
A descansar.
La tarde anterior estuvimos preguntando por las pocas guesthouses del pueblo a qué hora pasaba un autobús que nos acercarse hasta Tahkek, o al menos hasta el cruce con la carretera número 13. Os dejo un mapa con la ruta que queremos hacer para que podáis seguir el relato sin perderos.

Todas las informaciones eran confusas. Unos nos decían que a las 6 pasaba un autobús, otros que no, que la única opción era un tuk tuk que partía a las 6:30, cómo no nos aclarábamos decidimos estar listo al pie de la calle principal a las 5:30 de la mañana por si acaso.
La última noche tampoco iba a ser cómoda, a Vanesa se la han comido los chinches. Sobre las 2 de la noche Vanesa notó que le picaban las piernas y al encender la luz descubrimos que la cama estaba llena de chinches. A mí no me picaron pero Vanesa tenía más de 100 picaduras, imagino que será alérgica porque no era normal la cantidad de ronchas que tenía por todo el cuerpo. Pasamos la noche con bastante frío durmiendo en el suelo de madera de la cabaña.
A las 5:30 estábamos hechos polvo de no dormir y esperando un tuk tuk que nos llevase a Takhek. En vez de un tuk tuk apareció un autobús pequeño, de unas 15/20 plazas a eso de las 5:50. Tras hablar con el conductor acordamos pagar 75.000 kips por persona para que nos lleve hasta Takhek. El autobús es para verlo, la puerta se va abriendo y cerrando en función de si frenamos o aceleramos. Poco a poco se va subiendo gente de las aldeas cercanas y nos vamos llenado de todo tipo de mercancía. Llevamos sacos de arroz, un par de motos en el techo, un tronco de unos 30 kilos, en fin cosas del día a día.

Sobre las 11:00 am llegamos a la estación de autobuses de Takhek. Aquí la confusión ya es total. Todo lo que necesitamos es tomar un autobús desde Takhek hasta Don Det, así de sencillo. Preguntamos en la oficina de la estación de autobuses a qué hora sale un bus hasta Don Det, y las respuestas no son claras. Finalmente nos dicen que sobre las 18:30 hay uno que va directo hasta allí. Cómo tenemos mucho tiempo por delante negociamos un tuk tuk que nos acerque hasta el centro de la ciudad para comer algo y relajarnos un rato. Aprovechamos para comprar una pomada que alivie las picaduras de Vanesa, tuvimos suerte que la "farmacéutica" hablaba inglés. Por cierto, se me ha olvidado comentaros que estamos haciendo el viaje junto a Michelle y Marzena, dos chicas que están recorriendo esta parte del mundo en solitario y con las que hemos formado equipo para la etapa de hoy.

Volvemos a la estación un poco antes de las 17:00 y nos acercamos de nuevo a la oficina de tickets para comprar los billetes. Me dicen que me espere, que el bus llega a las 18:30 y que no podemos comprar los tickets todavía, hay que esperar a que llegue el bus. Todo esto con mala cara, como diciendo: ¿otra vez tu preguntando?
Mientras esperamos allí sentados el conductor de uno de los autobuses que está allí aparcado nos llama y nos pregunta que hacia dónde vamos, contestamos que a Don Det, y nos dice que nos demos prisa que éste es el autobús que tenemos que tomar, ¿perdona? este autobús lleva aquí parado al lado nuestra más de 30 minutos.
Otra vez a la oficina para comprar los tickets. Ahora el tipo de la ventanilla, el mismo que hace 5 minutos me ha dicho que tenía que esperar hasta las 18:30, me dice que el autobús que tengo que tomar es ese de ahí en frente, el que lleva ahí media hora, ¿en serio? bueno venga dame los tickets aunque yo no entiendo ya nada. Además ahora nos intenta explicar que a la altura de Pakse tenemos que cambiar a una minivan, ¿pero no decías que era directo? si me habías dicho que era directo, dios dame paciencia. Esto es un caos total entendemos que estamos comprando el ticket hasta Don Det por 90.000 kips incluyendo el trayecto en minivan, pero si os digo la verdad no sé a dónde vamos.

Estas situaciones te sacan de quicio, ellos no entienden nada de inglés, ni hablado ni por escrito, porque no entienden nuestros caracteres occidentales, a veces ni tan siquiera entienden un mapa porque no están acostumbrados a guiarse por ellos. En estos casos te ves impotente y sólo te queda una opción, jugártela y que sea lo que sea. Tras varios minutos en el bus confirmamos que por lo menos vamos hacia el sur.
Al caer la noche nuestro autobús se ha convertido en una discoteca con la música a todo trapo, tenemos hasta unas bolas ochenteras con luces de neón que cambian de color al ritmo de la música.

Pasamos Pakse y de momento seguimos en el mismo autobús, no hemos tenido que hacer ningún cambio. El autobús está hecho un asco porque la gente va tirando todo al suelo, restos de comida, envases vacíos, líquidos, basura… Hemos parado mil veces por el camino, hace un rato nos hemos llevado 30 minutos parados porque han empezado a descargar unas 40 o 50 puertas de madera que iban en el maletero del autobús. Tras la descarga de esta mercancía el autobús gira 180 grados y volvemos a Pakse, de repente paramos en mitad de la carretera. El conductor viene hacia nosotros, que somos ya los únicos que quedamos en el bus, y nos dice que tenemos que cambiarnos a un autobús que hay en el otro lado de la carretera, el cambio se produce en mitad de la nada, todo es muy extraño.
El autobús al que nos subimos es el que nos llevará hasta Don Det, va cargado hasta los topes de todo tipo de mercancías. A las 6:30 de la mañana seguimos haciendo paradas cada 5 minutos para ir repartiendo los diferentes bienes. Hemos descargado ruedas de camiones, garrafas de agua, un motón de sacos y ya no sé qué más. Aunque estamos a 5 minutos de nuestro destino, no paramos de dar rodeos para ir dejando todos los envíos que tienen pendientes, nosotros a ellos les importamos una mierda, podrían acercarnos a nuestro destino y después terminar de hacer sus entregas, ya que estamos a menos de 2 kilómetros, pero parece que nosotros somos la mercancía más barata del autobús y les importamos bien poco.
Finalmente, en un cruce a 3 kilómetros de dónde supuestamente nos debían dejar nos dicen que nos bajemos. Milagrosamente hay allí un tuk tuk, yo les digo a los del bus que el tuk tuk no lo voy a pagar yo, porque el autobús debería dejarnos en el embarcadero desde el que podemos llegar hasta Don Det y no a tres kilómetros. Al final el del bus nos paga el tuk tuk y llaman a otro chico que aparece con una moto porque todos no cabemos en el tuk tuk. En la moto nos subimos Vanesa, yo y el chico que la conduce, en el tuk tuk nos siguen Michelle, Marzene y una joven pareja alemana que también nos han acompañado en el bus. Cuando llegamos al embarcadero el conductor del tuk tuk nos pide 5000 kips a cada uno, "pero tendrás cara!, vamos a ver chiquillo si ya te ha pagado el del autobús delante de mis ojos!" No te doy ni un duro, mejor vete de aquí que a estas alturas ya no sé ni de lo que soy capaz.
Por fin, ya sólo nos queda la prueba final, una barca que nos acerque hasta la isla de Don Det a pocos metros desde la orilla del Mekong en la que estamos. Rápidamente aparecen varios voluntarios, a cual más chulo, de entrada nos piden 17.000kips por persona. Estamos viendo que en un kiosko que está al lado pone que el ticket cuesta 15.000, se lo decimos y directamente lo mandamos a tomar viento, ya no pasamos ni una.
Al minuto vuelve a regresar, esta vez dice que ok que nos lleva por 15.000 cada uno, como el tío no me despierta ninguna confianza le digo que le pago cuando lleguemos, aunque se lo toma un poco mal acepta.

Ahora sí, 26 horas después de nuestra salida desde Kong Lor hemos llegado a Don Det.

En estas últimas horas todo el mundo nos ha tratado fatal, nos han engañado y nos han intentado timar de mil maneras. Los autobuses locales iban de mierda hasta arriba, no porque estén en malas condiciones, sino porque la gente es muy sucia y lo tiran todo al suelo. El respeto por los otros no existe, ni hacia nosotros ni entre ellos mismos. Pueden ponerse a chillar a las tres de la mañana por teléfono dentro del autobús o plantarse a cantar la canción laosiana del momento cuando todo el mundo duerme porque a alguien le apetece encender el karaoke a las 2:00 de la noche. Estas cosas sólo nos ha pasado en esta zona de Laos, desde el centro hacia el sur. Una vez que ha pasado el tiempo acabas olvidando lo sucedido y todo queda en una anécdota que recordar, pero ese día llegamos a preguntarnos a nosotros mismos si venir hasta Laos nos estaba mereciendo la pena.
Perdón por el tocho que os he soltado, pero no todo es bonito en un viaje.
A descansar.