Tras el desayuno comenzamos el día visitando Sigiriya o Roca del León (Entrada $30). Nacida de una erupción, esta impresionante roca sirvió como palacio,fortaleza y monasterio. Se puede subir para tener unas impresionantes vistas. Nosotros no subimos porque nos parecieron demasiados escalones y a cambio, Dayan nos llevó por un camino sin asfaltar que rodeaba una laguna y desde el que había bonitas vistas de Sigiriya.


De allí nos fuimos a Polonnaruwa (entrada $25), que tengo que decir que me gustó aún más que Anuradhapura. También es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y fue capital del país durante los siglos XI y XII sustituyendo a la capital hasta entonces, Anuradhapura. Es bastante extensa y tiene monumentos bien conservados tanto religiosos como civiles. Allí está el Palacio Real de Parakramabahu I, el estanque donde se bañaban las doncellas, el Cuadrángulo con el Vatadage (templo circular con cuatro budas sedentes mirando cada uno al norte, sur, este y oeste construido para albergar la reliquia del Diente de Buda), las Ninfas, la Piedra de Luna, que representa el Samsara o ciclo de la vida, el Refectorio, la Sala de Audiencias, Thuparama.

Tuvimos que volver al coche para llegar a la impresionante Dagoba Rankot Vihara, de 54 metros, que es la más grande de Polonnaruwa. Después continuamos al Templo Lankatilaka y luego a Gal Vihara, magnífico conjunto de 4 estatuas de Buda, dos sedentes, 1 erguido y la que más me gustó fue la que está acostado con la cabeza sobre una flor de loto. Tiene 14 metros de largo y representa el par nirvana, el último Nirvana de Buda antes de morir. Es realmente bella e impresiona.

Continuamos a Minneriya para hacer el safari al atardecer, me hacía mucha ilusión porque era mi primer safari. Nos recomendaron hacerlo a esta hora porque es cuando más elefantes se ven. El safari en jeep con guía del Parque Nacional nos costó $50 por persona. Mereció totalmente la pena hacerlo. Vimos muchísimos elefantes muy de cerca, cocodrilos, también aves como el Tántalo indio, garzas, pavos reales, etc.

Y allí disfrutamos de una preciosa puesta de sol.

Después de un baño en la piscina para refrescarnos, cenamos en el hotel y nos fuimos a descansar satisfechos. El día había sido intenso y nos había encantado todo lo que habíamos visto.
Hay sitios para cenar fuera del hotel,pero nosotros preferimos quedarnos, nos gustó mucho y ya era nuestra última noche en Habarana porque al día siguiente dormiríamos en Kandy.