Hoy el día amanece bastante más fresco y con algo de lluvia pero a pesar de eso, continuamos con nuestros planes de ir a disfrutar de las piscinas más famosas de la ciudad, y tras el desayuno nos vamos con nuestras mochilas a coger el autobús que nos dejará en los baños. Lo del autobús fue de traca, ya que intentamos pagar 11 de billetes y el conductor nos dijo que sólo nos podía vender 5. Tras unos minutos de conversación de besugos, nos dio por imposibles y con un gesto nos dijo que pasáramos pa dentro sin pagar, así que nos hicimos el viaje de gorra y nos ahorramos 11 euritos. El trayecto es largo y en un momento dado el conductor se baja y conecta el autobús al cableado eléctrico, así que desde ese momento se convierte en un trolebús

Por fin llegamos a los baños y tras pagar unos 16 euros por cabeza entramos a disfrutar de las tropecientas piscinas interiores y exteriores a diferentes temperaturas así como de las saunas y, sobre todo, su río de caracol.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El balneario es muy bonito, y a pesar de que el día está más frío, casi lo agradecemos, porque el agua en general está muy caliente y pasamos la mañana tan ricamente saltando de piscina en piscina.
Al terminar cogemos el metro y nos vamos al hotel a vaciar las mochilas y poner a secar toallas y bañadores. Luego vamos dando un paseo hasta la ópera para comer por allí, ya que a las 17,00 teníamos reservada la visita guiada. La comida fue un absoluto desastre, era tarde y fuimos a dar al peor restaurante, con una carne quemada que no había quien se la comiera, y que tardaron un montón en traernos.
A la hora acordada nos vamos al vestíbulo de la Opera y empezamos la visita con nuestra guía que hablaba un perfecto español. La reserva la hice directamente por mail con ellos, ya que al ser más de 10 personas nos reservaron visita de grupo solo para nosotros. El edificio nos encantó, y la visita es bastante más bonita e interesante que la del parlamento, así que por lo menos nos compensa la mala experiencia de la comida

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Nuevamente nos vamos dando un buen paseo para descansar un poco en el hotel, ya que por la noche hay fuegos artificiales en el río y queremos acercarnos a verlos.
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Tras disfrutar del espectáculo, nos vamos a cenar al restaurante Rústico, en Vaci Utca, donde tocan música en vivo y parece que tiene buena pinta, pero de nuevo la comida no vale nada, así que nuestro recuerdo de Budapest es que no se caracteriza por tener una buena gastronomía, pero es lo que hay! Tras la cena nos vamos a dormir ya que mañana toca rehacer maletas y hacer las últimas visitas antes de volar a Atenas.
