Nos levantamos no muy pronto ni muy tarde, y tras arreglarnos, salimos a desayunar a la Plaza de los Fueros. Hace una temperatura perfecta, no hace calor aunque el sol brilla pero bien. Nos tomamos un par de napolitanas y respectivo café y té en una terracita al sol. La Sofi está bien a gusto. Nos meten un poco de clavada, 6,60 euros.
Tras el desayuno y paseíto con la perra, volvemos al hostal, donde hacemos el check out alrededor de las 10:30h.
Carretera y manta hasta Elizondo. Optamos por carretera de peaje, nos cuesta 10 euracos hasta Pamplona, pero la alternativa es una nacional con camiones a todo meter, así que paganini.
Llegamos a Elizondo sobre las 13h. El Valle del Baztán se encuentra relativamente cerca de Pamplona, pero las carreteras de acceso al valle son tortuosas y 10km se convierten en 15 minutos.
Hoy iniciamos una de las claves de nuestro viaje; el famoso Valle del Baztán; este valle ha cogido fama por la conocida saga de libros de Dolores Redondo; recientemente, la primera parte de la saga ha sido llevada a la pantalla grande con gran éxito.
Si bien es cierto que Navarra es preciosa en general (seguir leyendo y veréis), este valle tiene un noseque queseyo especial
.
El Valle está formado por varios pueblitos, a destacar Ziga y su mirador, Irurita, Arizkun, Amaiur y Elizondo, capital del Valle.
Al llegar a Elizondo, nuestras vejigas estan a punto de reventar, así que tal como aparcamos el coche (sin dificultad) nos arrojamos a la primera terraza que vemos y con la excusa, pues nos tomamos una cañita al sol. Hace un día radiante, incluso llega a ser caluroso y la Sofi va con la boca abierta y busca la sombra pobre :lol:.
Tras el desayuno y paseíto con la perra, volvemos al hostal, donde hacemos el check out alrededor de las 10:30h.
Carretera y manta hasta Elizondo. Optamos por carretera de peaje, nos cuesta 10 euracos hasta Pamplona, pero la alternativa es una nacional con camiones a todo meter, así que paganini.
Llegamos a Elizondo sobre las 13h. El Valle del Baztán se encuentra relativamente cerca de Pamplona, pero las carreteras de acceso al valle son tortuosas y 10km se convierten en 15 minutos.
Hoy iniciamos una de las claves de nuestro viaje; el famoso Valle del Baztán; este valle ha cogido fama por la conocida saga de libros de Dolores Redondo; recientemente, la primera parte de la saga ha sido llevada a la pantalla grande con gran éxito.
Si bien es cierto que Navarra es preciosa en general (seguir leyendo y veréis), este valle tiene un noseque queseyo especial

El Valle está formado por varios pueblitos, a destacar Ziga y su mirador, Irurita, Arizkun, Amaiur y Elizondo, capital del Valle.
Al llegar a Elizondo, nuestras vejigas estan a punto de reventar, así que tal como aparcamos el coche (sin dificultad) nos arrojamos a la primera terraza que vemos y con la excusa, pues nos tomamos una cañita al sol. Hace un día radiante, incluso llega a ser caluroso y la Sofi va con la boca abierta y busca la sombra pobre :lol:.

En Navarra (y más adelante veremos que también en Euskadi) está todo plagado de terrazas, pero no hay servicio en ellas. Es decir, hay que entrar al bar, pedir, pagar y servirte tu las cosas a la mesa. Al principio nos resulta un poco coñazo, pero es cosa de acostumbrarse.
Mientras nos tomamos la caña, recibimos llamada de la casa rural donde nos alojaremos las próximas 4 noches, Jaimeneko Borda, localizada en Amaiur.
Quedamos con la mujer que estaremos por allí a las 14h para entrar.
Así que tenemos poquito rato para explorar Elizondo; andamos hasta el centro, llegamos al puente “famoso” por las novelas, con el Río Baztan que cruza la localidad.
Mientras nos tomamos la caña, recibimos llamada de la casa rural donde nos alojaremos las próximas 4 noches, Jaimeneko Borda, localizada en Amaiur.
Quedamos con la mujer que estaremos por allí a las 14h para entrar.
Así que tenemos poquito rato para explorar Elizondo; andamos hasta el centro, llegamos al puente “famoso” por las novelas, con el Río Baztan que cruza la localidad.


El pueblito es cuco, está muy limpio, hay bastante gente y cierto “ambientillo”.
Nos sorprende ver a la entrada al pueblo un centro hospitalario psiquiátrico que me recuerda mucho al mismo donde yo trabajo...
De hecho, creo ver a réplicas idénticas de los pacientes que yo cuido campando por Elizondo, estoy como en casa...
A las 13:45h desfilamos para Amaiur, a unos 10 minutos de Elizondo. La casa se encuentra fuera del pueblo, en un desvío de la carretera, es fácil de encontrar.
Conocemos a Isabel, una mujer muy maja y agradable que nos recibe super bien. La casa es genial, con todo lo que se necesita para vivir, dos plantas, dos baños, balconcito, y lo mejor, unas vistas espectaculares del Valle. Sin lugar a dudas, un lugar perfecto para descubrir este rinconcito del planeta.
Nos sorprende ver a la entrada al pueblo un centro hospitalario psiquiátrico que me recuerda mucho al mismo donde yo trabajo...
De hecho, creo ver a réplicas idénticas de los pacientes que yo cuido campando por Elizondo, estoy como en casa...


A las 13:45h desfilamos para Amaiur, a unos 10 minutos de Elizondo. La casa se encuentra fuera del pueblo, en un desvío de la carretera, es fácil de encontrar.
Conocemos a Isabel, una mujer muy maja y agradable que nos recibe super bien. La casa es genial, con todo lo que se necesita para vivir, dos plantas, dos baños, balconcito, y lo mejor, unas vistas espectaculares del Valle. Sin lugar a dudas, un lugar perfecto para descubrir este rinconcito del planeta.


Conocemos a unas babosas gigantes que nos acompañaran por todo el norte, de esas en Barcelona yo no las he visto...

Tras las presentaciones, se nos han hecho casi las 15h y el hambre aprieta. Isabel nos recomienda ir a Erratzu, pueblito al lado de Amaiur.
Cogemos el coche y nos plantamos allí. Es una especie de polígono industrial con una panadería y un restaurante, antes de entrar al pueblo.
En el restaurante hay terraza, así que allí nos sentamos. Pedimos un par de bocadillos y una ensaladita de queso de cabra y manzana y piña que está bien buena.
Los bocatas son escandalosos de grandes, no podemos con ellos ni de broma, así que papel de plata y para llevar.
Nos reímos con el camarero, ya que cuando vemos los bocatas y sus dimensiones comentamos la jugada y nos dice “si os sobra os pongo un papel!...” así con ese talante euskaldun. Estamos en Euskal Herria, ¡y tanto!
Tras la comida, volvemos a la casa a descansar un ratito. Tras la mini siesta, dejamos un momentin a la Sofi en casa y vamos a comprar al super para estos días cuatro tonterías para desayunar y cenar algo en casa alguna noche. Hay un Hiper Simply pasado Elizondo que ya hemos fichado a la venida, dirección Pamplona.
Volvemos a casa, guardamos la compra, cogemos a la personaja y salimos hacia Amaiur, pueblito de unos 200 habitantes. Es básicamente, una calle, con sus casas típicas de la zona con porticones de madera pintados y geranios en las balconadas.
Cogemos el coche y nos plantamos allí. Es una especie de polígono industrial con una panadería y un restaurante, antes de entrar al pueblo.
En el restaurante hay terraza, así que allí nos sentamos. Pedimos un par de bocadillos y una ensaladita de queso de cabra y manzana y piña que está bien buena.
Los bocatas son escandalosos de grandes, no podemos con ellos ni de broma, así que papel de plata y para llevar.
Nos reímos con el camarero, ya que cuando vemos los bocatas y sus dimensiones comentamos la jugada y nos dice “si os sobra os pongo un papel!...” así con ese talante euskaldun. Estamos en Euskal Herria, ¡y tanto!


Tras la comida, volvemos a la casa a descansar un ratito. Tras la mini siesta, dejamos un momentin a la Sofi en casa y vamos a comprar al super para estos días cuatro tonterías para desayunar y cenar algo en casa alguna noche. Hay un Hiper Simply pasado Elizondo que ya hemos fichado a la venida, dirección Pamplona.
Volvemos a casa, guardamos la compra, cogemos a la personaja y salimos hacia Amaiur, pueblito de unos 200 habitantes. Es básicamente, una calle, con sus casas típicas de la zona con porticones de madera pintados y geranios en las balconadas.

Muy cuco todo.
Amaiur destaca por las ruinas de su castillo, como símbolo de la resistencia navarra frente a la conquista de Castilla.
Aparcamos el coche cerca del castillo y subimos hacia allí. No hay que subir mucho, y el camino es agradable por las vistas que ofrece.
Amaiur destaca por las ruinas de su castillo, como símbolo de la resistencia navarra frente a la conquista de Castilla.
Aparcamos el coche cerca del castillo y subimos hacia allí. No hay que subir mucho, y el camino es agradable por las vistas que ofrece.
La Sofi realiza una toma de contacto con la fauna de la zona


Se pueden ver restos de la muralla y un monolito en honor al castillo. Es interesante que toda la labor de reconstrucción y protección de las ruinas del castillo, son producto de trabajo comunal.
Bien por Amaiur
Bien por Amaiur





Desde las ruinas, hay muy buenas vistas del valle.

También se ve el pueblo de Amaiur, postal típica del Valle.

Bajamos al pueblito de nuevo, y visitamos el molino, construido en el s. XVIII. Aun hoy usan el molino de la población para hacer los famosos talos, una especie de “taco mexicano”, perdonadme navarros del mundo
.
No, en serio, son unas tortas de maiz que se rellenan de salado o dulce y se come a modo de “taco” o “creppe”, no os enfadéis...
Detrás del molino, hay unas cascaditas muy curiosas, y la Sofi se pega su primer chapuzón del viaje, que ni de coña será el último...

No, en serio, son unas tortas de maiz que se rellenan de salado o dulce y se come a modo de “taco” o “creppe”, no os enfadéis...

Detrás del molino, hay unas cascaditas muy curiosas, y la Sofi se pega su primer chapuzón del viaje, que ni de coña será el último...

Vemos también la iglesia de la Asunción, desde fuera, y la colega se pega unas carreras en ese sugerente césped que la rodea.
De golpe, el día se gira y se pone todo gris, amenaza lluvia, se está haciendo de noche, así que optamos por dar por finalizado este nuestro primer día en el Valle. A las 20:30h estamos en casa, y queé sorpresa cuando nos encontramos en la puerta un cesto lleno de verduras cogidas del huerto y media docena de huevos de gallinas felices. ¡Qué maja es esta família!
El termostato de la casa no funciona, así que se acerca el marido de Isabel, Mariano, a ver si es la pila o qué... como eso no tira y esta noche va a hacer frío, la pareja decide cedernos su termostato hasta que puedan conseguir otro. Qué majos en serio, nos sabe mal que puedan pasar frío esta noche y agradecemos muy mucho el gesto
Incluimos en nuestra cena un calabacín brutal de grande del huerto, y a las 23:30h estamos como dios en esa casa tan agradable.
La Sofi ha caído en un sueño profundo, está cansada y hoy duerme como un tronco.
Aunque parezca imposible por el clima, la zona está llena de mosquitos, así que enchufo antimosquitos por si acaso...
Dormimos planos, hace fresquito y taparse con un edredón no está pagado después del verano tormentoso que hemos pasado en el Mediterráneo...
Mañana más y mejor.
De golpe, el día se gira y se pone todo gris, amenaza lluvia, se está haciendo de noche, así que optamos por dar por finalizado este nuestro primer día en el Valle. A las 20:30h estamos en casa, y queé sorpresa cuando nos encontramos en la puerta un cesto lleno de verduras cogidas del huerto y media docena de huevos de gallinas felices. ¡Qué maja es esta família!

El termostato de la casa no funciona, así que se acerca el marido de Isabel, Mariano, a ver si es la pila o qué... como eso no tira y esta noche va a hacer frío, la pareja decide cedernos su termostato hasta que puedan conseguir otro. Qué majos en serio, nos sabe mal que puedan pasar frío esta noche y agradecemos muy mucho el gesto

Incluimos en nuestra cena un calabacín brutal de grande del huerto, y a las 23:30h estamos como dios en esa casa tan agradable.
La Sofi ha caído en un sueño profundo, está cansada y hoy duerme como un tronco.
Aunque parezca imposible por el clima, la zona está llena de mosquitos, así que enchufo antimosquitos por si acaso...
Dormimos planos, hace fresquito y taparse con un edredón no está pagado después del verano tormentoso que hemos pasado en el Mediterráneo...
Mañana más y mejor.