Sobre las 7:15 salimos de Toledo dirección al norte de España ya que habíamos decidido parar a comer en Getaria antes de pasar la frontera. Llegamos sobre las 12:30 y tras aparcar bajamos hacia el restaurante que habíamos reservado para comer a la una. El Mayflower. Ya hemos estado más veces siempre que vamos por allí y es una maravilla comer. Un pescado fresquísimo que por la mañana estaba dando coletazos en el mar y al mediodía le tienes en tu plato. Sobre las 14:30 salimos de nuevo dirección hacia la Frontera. Antes de abandonar territorio español aprovechar para echar gasolina porque a pesar de que en el norte está más cara una vez que pases a Francia el porrazo de dinero es increíble. Pasamos la frontera casi sin darnos cuenta ya que apenas hay control y nada más poner pie en territorio francés comenzamos a pagar los dichosos peajes. Durante todo el viaje en total gastamos en peajes 195 € entre la subida y la bajada y la mayoría de ellos, el 90% diría yo, fueron dentro de Francia ya que las autopistas francesas son carísimas y pagas cada pocos kilómetros unas veces dos o 3 € y otras veces más 17 o 20 €pero cruzar Francia te cuesta un riñón así que preparaos con la cartera a todas horas. Para escalonar la subida tenemos reservada la noche en PERIGUEAUX. El hotel elegido fue el Ibis Perigueux centre. Éste le cogí a través de booking y me costó unos 60 €. La ubicación es increíble. Muy fácil de llegar a él y a pesar de que no tiene aparcamiento justamente enfrente que está el río hay una zona de tierra en la que puedes dejar el coche fácilmente y con solo subir unas escaleras estás en la misma entrada del hotel. Así que llegamos sobre las 5:30 o 6 de la tarde y tras dejar el coche entramos a hacer el check in. Nos recibió un chico argentino muy agradable que nos atendió en un perfecto español. La habitación no muy grande pero limpísima y la cama super cómoda. El colchón perfecto para dormir cualquiera ya que tiene la parte de arriba un topper viscoelástico así a gustos más blando o no. Para nosotros perfecto!

La ventana de nuestra habitación daba justamente al río con lo cual desde allí mismo veíamos el coche. Y lo mejor de este hotel es que para recorrer la ciudad no tienes que mover para nada el coche ya que a las espaldas del hotel tienes todo el centro y puedes andarlo perfectamente. Así que dejamos las cosas recogemos un mapa en recepción y nos marchamos a recorrer el pueblo.
Como era domingo por la tarde prácticamente todo estaba cerrado. Lo bueno es que no había apenas gente y pudimos ver todo prácticamente solos. Es un pueblo súper bonito y en cada esquina parece que te va a salir de repente Astérix y Obélix de cualquier rincón. Es un pueblo que te recuerda muchísimo a los pueblos galos de los cómics. Lo más significativo de visitar es su catedral. La catedral de Saint front

. Si conocéis París os recordará mucho a la Basílica del Sacre Coeur en el barrio de montmartre. Dicen que ésta se inspiró en la Catedral de Perigueaux en su construcción. Llegamos por los pelos a verla por dentro ya que estaban oficiando una misa y nada más acabar nos avisaron de que cerraban. Por dentro no es la típica Catedral al uso pero es muy bonita de ver.

Pero lo más bonito de Perigueaux es patear y patear sus callejuelas.




A cual calle y cual Recodo más bonito. Además lo que me llamo muchísimo la atención y no solo aquí sino durante todo el viaje es que en cualquier puente o cualquier trocito que tienen cuelgan macetas con un montón de flores lo cual le da un aspecto precioso al sitio.

Aunque no tenemos demasiada hambre decidimos buscar algún sitio donde cenar alguna cosa, algo difícil ya que al ser domingo por la tarde la mayoría de los sitios están cerrados. Justamente pasamos por una calle en la que nos encontramos una pequeña crepería y tras ver que no hay mucho abierto nos decidimos a entrar. El cocinero habla un poco de español y la chica aunque no la hablaba intento por hacerse entender. La Crepería se llamaba chez pistache. Muy pequeñita y las mesas muy juntas como en todos los restaurantes franceses que si te descuidas puedes pinchar en el plato del vecino. Pedimos una Galette de jamón york queso y bacon y huevo que estaba de muerte y también un crepe de chocolate y helado de pistacho. Estaba bueno pero los hemos probado mejores incluso estaba mejor la Galette k el crepe.


Todo eso junto con una botella de agua nos costó 15,90 €. Una vez acabado nuestro tentempié seguimos callejeando hasta que empieza a caer el sol
y podemos ver la maravilla del atardecer ocultándose tras la catedral.

El día ha sido muy largo así que volvemos hacia el hotel para descansar. Mañana continuamos viaje hacia nuestro destino. nuestra ansiada Selva Negra.