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Como siempre nos damos nuestro madrugón y desayunamos en nuestra cocinita con nuestra rica bollería que todavía tenemos de gengenbach. Las previsiones para el día no eran muy halagüeñas pero al despertar parece que el día no está muy mal así que decidimos bajar hacia todtnau. Desde la casa hasta allí hay un ratito más largo poquito más de 50 minutos unos 50 km. Pero como hemos madrugado bastante llegamos muy prontito al pueblo y decidimos ir de cabeza a otro rodelbahn que se encuentra en este pueblo. El rodelbahn más alto de la Selva Negra. Hasenhorn coaster.
Es inmensamente alto y se puede ver desde las montañas según vas bajando hacia el pueblo. Tiene parking propio gratuito. Abre de 9 a 16:30. La entrada cuesta 9,50 por persona entre el telesilla y la bajada. Se puede subir andando pero ya os digo que tienes que echar muchas muchas ganas ya que tiene una subida por toda la ladera de la montaña inmensa. De hecho las vistas que tienes mientras vas subiendo y vas dejando abajo el pueblo son impresionantes.
Según va subiendo y vamos pensando que cuando íbamos a llegar arriba del todo porque el pueblo cada vez se quedaba más abajo pero la subida es súper bonita. Y ya desde lo alto k tenemos el pueblo a nuestros pies!...
Y si la subida es bonita la bajada ya ni te cuento. 3 km de velocidad y curvas. Las mismas indicaciones que en el otro y ale a correr hacia abajo. Tiene curvas que si no frenas un poco parece que vas a salir despedida pero te lo pasas en grande. A mi marido no le cabía la sonrisa en la boca cuando llegamos abajo. Cuando salimos a pesar de que mi marido sale quejándose de que quiere volver a subir otra vez, claro que él cuando algo le gusta le cuesta un mundo arrancarle de allí…. Bajamos andando al pueblo donde vemos su preciosa iglesia
Pero volvemos al coche y nuestro siguiente destino son las cascadas de todtnau.
A estas cascadas se puede acceder desde el mismo pueblo de todtnau o desde la parte de arriba desde el pueblo de Todtnauberg. Nosotros nos decidimos por esta segunda así que subimos con el coche montaña hacia arriba buscando la entrada. Aparcamos en la carretera y nos uniformamos porque parece ser que el día se empieza a torcer. Es un paseo bastante fácil eso sí todo hacia abajo y algunos trozos están totalmente silvestres y algún trozo está algo arreglado. Fueron casi 3 km de bajada hasta el pueblo y unos 300 metros de desnivel. Fue una ruta que nos encantó. Vas totalmente metido por el bosque
Viendo como el agua va cayendo en saltos
hasta que llegas al salto más grande de todos.
Salto que es impresionante de grande y de bonito
. Además en la base de esta cascada tienen hechos como una especie de tumbonas en el que puedes tumbarte a disfrutar del sonido del agua
Hasta esta zona llega otra entrada intermedia en la que dejas el coche en un kiosco y prácticamente llano y en muy poquito tiempo llegas a la base de la cascada para la gente que no quiera andar. Nosotros seguimos bajando entre el bosque hacia el pueblo de todtnau y tengo que decir que solos, nos encontramos nada más que con unas personas. Y seguimos viendo saltos de agua
Y a nuestra espalda queda a lo lejos la gran cascada
Para subir o subes a patita otra vez andando todo el camino o desde el mismo pueblo se puede coger el autobús 7215 que sube hacia arriba. Justamente llegando a una de las paradas empezó a caer agua a mansalva. Así que corriendo nos metimos debajo de la parada a esperar que llegase el autobús que tuvimos suerte y tardo bastante poco en llegar. Le cogemos y le pregunto al conductor que si ese autobús sube hacia el pueblo de todtnauberg, que necesito dos billetes para llegar hasta allí. Cada billete 2, 40 €. Un ratito caro para el poco tramo que subimos pero……. Llegamos y el autobús para prácticamente en la entrada por la que nosotros hemos pasado ya al pie del coche prácticamente. Nos metemos y parece que ha escampado un poco y las tripas nos van sonando. Volvemos a cotillear en Tripadvisor a ver dónde podíamos comer y al final nos decidimos por el mismo pueblo de todtnauberg que le tenemos justo al ladito. El elegido el restaurante waldblick.
Teníamos que al ser domingo no hubiese sitio a pesar de que era la hora de ellos de comer no tuvimos problemas para sentarnos. Es un restaurante regentado por una pareja muy joven y fueron super agradables. Toda la comida que se come aquí es cocinada por ellos no hay nada precocinado y eso la verdad que se nota una barbaridad. La chica directamente nos preguntó que la carta en inglés por supuesto y la dije que sí. Aparte de nuestras cervecitas como no pedimos dos platos. Uno de ellos con un guiso de carne que estaba espectacular y con ensalada y demás y otro de ellos con una trucha ahumada que a mí me hizo menos gracia pero a mi marido le encantó.
De postre una tarta de la Selva Negra y un Apple strudel que estaba buenísimo.
Mi marido también pidió un café, un latte machiato, que dice estaba espectacular.
Fue la comida que más cara pagamos en la Selva Negra y aún así fueron 48 €. Y eso sí el único sitio en toda la selva negra en la que no se podía pagar con tarjeta y había que pagar en metálico. Fue una comida súper agradable en un sitio tipicamente alemán.
Totalmente recomendable. De hecho a mi marido fue la comida que más le gusto de toda la selva negra. Al salir de comer vemos que ha vuelto a caer otra tunda de agua pero ahora parece ser que no llueve. Desde aquí nos encaminamos al monte Feldberg. Y a pesar de que no son ni 20 km tardamos sobre unos tres cuartos de hora en llegar. Por la carretera vamos subiendo toda la montaña hasta llegar la zona de alta en la que solamente hay tiendas y hotel y ya que vemos que no se puede aparcar en la calle le metemos en un parking cubierto. Desde aquí se puede subir a la cima en telesilla. El precio de ida y vuelta son 9,50. Pero nosotros decidimos hacer una ruta a pie hasta el lago Feldsee. No es una ruta muy larga , casi 6 kilómetros y medio y unos 200 m de desnivel y es una ruta muy bonita en la que en todo momento vas por dentro del bosque debajo de inmensos árboles.
Y cuál fue nuestra sorpresa cuando llegamos abajo y los árboles nos dejan entrever lo que nos vamos a encontrar abajo
Una preciosidad. Un lago glaciar casi completamente redondo embutido en la montaña y totalmente rodeado de abetos. Nos quedamos sin palabras. Nos encantó!
Estuvimos mucho rato haciendo fotografías y maravillandonos de cuánto bonito nos puede dar la naturaleza.
El lago se puede rodear y eso hicimos hasta que nos topamos con una panda de vacas que nos cortaba el camino.
Y después de estar un rato diciendo si pasabamos o no vimos que un grupo de chicos paso totalmente sin cuidado y las vacas a su rollo. Así que para adelante se ha dicho. La verdad que las vacas pasaban totalmente de nosotros estaban a lo suyo. Así que diciendo adiós a la preciosidad de la que nos habíamos encontrado volvemos a subir por el camino que bajamos hacia arriba. Esta vez acompañados con la lluvia. Aunque como los bosques aquí son tan densos debajo de los árboles no llega a caer la lluvia ni al suelo. Cuando llegamos arriba el cielo se ha encapotado tanto que ahora ya ni siquiera se ve la cima del monte Feldberg. Así que como aquí ya queda poco por hacer nos encaminamos al garaje a sacar el coche. Eso sí estar atentos al tiempo del garaje porque nosotros por 2 minutos que nos pasamos nos cobró otra hora entera y eso nos supuso 2 € y pico más. La gracia nos salió por 6,50 €. Después de pagar el atraco nos encaminamos hacia el lago Titisee. Otra vez para unos 20 km tres cuartos de hora pero claro son carreteras de montaña. Qué podemos pedir aquí. Eso sí las vistas espectaculares. Llegamos al pueblo de Titisee y dejamos el coche aparcado en una zona en la que hasta las 18 había que pagar en una máquina pero como ya son pasadas esa hora le dejamos sin problemas porque sino en el resto del pueblo todo es pagando en parkings y la verdad que bajando andando no tardamos prácticamente nada en llegar al núcleo. El pueblo de Titisee es un pueblo que se ha ido generando entorno al lago del mismo nombre y prácticamente todo son tiendas restaurantes y algún hotel.
Bonito sí, pero demasiado masificado y civilizado le quita muchísimo encanto al lago que hay que decir que es enorme e incluso la gente se baña en él en días de sol. También puedes alquilar kayaks o coger un ferry que te da la vuelta por él pero como era muy tarde todo estaba cerrado.
Lo que sí pudimos aprovechar en una de las tiendas es a comprar los típicos vasos en los que allí te sirven la cerveza ya que mi marido estaba emperrado en traerse alguno para España y tuvimos la suerte que justamente en la tienda que estaba en la esquina del lago los vimos y pasamos a comprarlos.
Eso sí llegamos de chiripa porque estaban cerrando y como les dije que solamente era para coger eso y pagarlo nos dijeron que no había problema. Es lo que peor llevo en Alemania, lo pronto que cierra todo y lo pronto que se quedan sin vida los sitios para ser temporada estival. No me quiero ni imaginar lo que será en pleno invierno! Así que nos decidimos a dar una pequeña vuelta y como vemos que poco más hay que ver decidimos volver al coche y poner rumbo a nuestra casita. Que hoy el día ha sido largo desde que salimos por la mañana. Antes de volver a la casa paramos en el supermercado del pueblo para hacer acopio de nuevas provisiones. Pan leche y comida en general. Así que de nuevo rumbo a nuestra casita perdida en el monte dónde tras una ducha algo complicada y de rodillas que parece que estamos rezando nos disponemos a cenar y a decir adiós a otro día estupendo en la Selva Negra.
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