Vaya noche. Ha hecho un viento que parecía que íbamos a salir volando. Mola lo de dormir al aire libre pero con viento se hace incómodo y tienes que meterte debajo del saco para poder dormir.
Nos hemos levantado al amanecer. El paisaje, aunque con bastante basura, mola. Es un lago salado muy grande que tiene una playita y al lado de la playita una piscina hidrotermal natural de agua dulce caliente.
A primera hora están todos los etíopes bañándose en el lago y en la piscina. Al principio dudamos si meternos al lago o no, pero de perdidos al rio. Allí se bañan en calzoncillos así que no se van a asustar. Recogemos la esterilla, el saco, nos ponemos las cangrejeras y para el agua.
El agua está caliente con zonas frías y al ser un lago muy salado flotas, algo parecido a al mar muerto. Después de estar un rato flotando nos metemos a la piscina. El agua está a unos 40 grados y al tocarla impresiona pero acabas acostumbrándote. Somos los únicos blancos rodeados de 7 etíopes que nos miran y nos sonríen, hasta nos hacen hueco para ponernos en la zona buena de la piscina, al lado de la catarata.
Ya endulzados nos salimos para secarnos al aire, el calor aprieta y no son ni las 9. Nos ponen un desayuno y, tras un rato, nos llevan al pueblo pasando por las salinas. Las salinas no tienen gran cosa, las de San Pedro del Pinatar mismo son más bonitas. Hay etíopes trabajando, no les gusta que les echen fotos, asi que con el tele desde lejos por respeto algo se puede sacar
Desde las salinas llegamos al pueblo. El pueblo es bastante precario. Nos meten en una especie de techado que viene a ser un bar. Una etíope saca los aparejos del café y nos sirve café mientras tuesta granos de café. Aquí estamos un par de horas. Nos dice el guía que con el calor que cae hay que llegar al campamento del Erta Ale poco antes del atardecer porque allí no hay una mala sombra. Pasamos el rato hablando con la pareja de españoles y damos una vuelta por el pueblo. Es un pueblo dedicado a la sal en donde, aunque vean turistas con frecuencia, les llamamos profundamente la atención.
Finalmente salimos del pueblo y ponemos rumbo a Erta Ale. Hay una hora de carretera normal que atraviesa zona desértica y volcánica y finalmente gira para hacer los 40 kilómetros más alucinantes que he hecho en todo terreno. Directamente no hay camino. Vamos 4 todo terrenos, aquí siempre se juntan los grupos porque es frecuente que algún todoterreno se atasque en la arena o se sobrecaliente y pete. Nos vamos adentrando por una llanura de arena y matorral, pillamos baches que nos hacen saltar del asiento. Se forman remolinos de arena enormes que atravesamos y finalmente, esquivando camellos, llegamos a un pueblo que es lo más pobre que nos hemos encontrado hasta el momento. Aquí recogemos a los guardas y nos meten en una caseta donde nos dan arroz con atún. Se juntan varios niños llenos de arena hasta las cejas e intentan comunicarse con nosotros. Nos señalan el Erta Ale, que se ve humeante a lo lejos, y nos dicen su nombre. Quieren fotos y terminamos enseñándole a un niño a echar fotos, el pobre se creía que se disparaba tirando de la correa de la muñeca.
El pueblo está lleno de niños, los adultos se protegen en las sombras mientras muerden el palo ese que llevan todos. El escenario es justo lo que se te viene a la cabeza cuando piensas en Etiopía y la hambruna, y eso que este pueblo tendrá mayor nivel porque el turismo al volcán les dejará dinero...
Después de comer subimos al todoterreno. Se sube el guarda con un niño que tendrá 6 años. Al pobre le pillan la mano al cerrar la puerta del coche y salvo la cara de sorpresa, ni un mal gesto de dolor, esta gente es dura de narices.
De aquí al volcán hay unos 35 kilómetros y se tarda 4 horas, pero 4 horas que son una auténtica montaña rusa, guapísimo. Los primeros 15 kilómetros el guía nos dice que tiene que ir muy rápido ya que es arena y si va lento se queda pillado, "Sand, no slow,dangerus" eso es lo que nos dice.
Empezamos los 4 todoterreno y 2 más que se han unido. Empieza a acelerar hasta los 60 km/hora por en medio de una llanura enorme de arena llena de camellos, es la caña la imagen. Los 6 todoterrenos a todo lo que dan por la llanura, cada uno separado del otro varios cientos de metros. El todoterreno va haciendo zigzags, derrapando, pegando brincos es una pasada, vamos agarrados al asa con todas las fuerzas, los camellos salen al galope al paso del todoterreno y más de un frenazo da por que se cruza alguno. Cuando pasa por una zona muy arenosa el todoterreno se pone a 4 mil revoluciones mientras Aftom, nuestro conductor, mueve el volante para los lados como un descosido. Cuando consigue salir le aplaudimos y el chaval solo nos dice "sorry, sorry" y se ríe. Al final nos quedamos pillados en un banco de arena. Mientras vemos los otros 4x4 alejándose, Aftum se baja, pone dos piedras en las ruedas delanteras y se mete corriendo para acelerar a saco moviendo el volante hasta que finalmente salimos del banco. El muchacho tiene afán competitivo y al ver que se ha quedado el último le aprieta al acelerador y pillamos a los otros 4x4 tras darnos algún cabezazo en el techo. Llegamos al final a una zona donde crece una planta, que nos comenta Aftom que es comida de camellos, y ahí van parando todos los todoterrenos para reunirse, revisar los coche y echarle agua a los que van calientes de más. Lo mejor es que mañana lo volvemos hacer!
Nos separan 20 kilómetros del campamento donde se inicia el trekking. Casi 4 horas! la velocidad aquí es de 5/6 km hora. Todo el trayecto es sobre lava solidificada. Antes de empezar la parte dura pasamos por una aldea aún más precaria que la anterior, aquí salen como 15 niños y empiezan a correr detrás del coche. Van corriendo DESCALZOS por un terreno de lava, lleno de rocas que son auténticas piedras pómez. Dejamos al grueso de los niños y nos encontramos en medio de las piedras un niño de unos 8 años descalzo que empieza a correr a nuestro lado. El conductor habla con el guía, para el coche y el crio que llevábamos se baja del coche y se va con el otro niño. En medio de la nada, con unos 35 grados de temperatura, sin sombras ni agua... de locos, esto lo ve un asistente social y le explota la cabeza. El guía nos dice que eran hermanos... de locos. A partir de aquí el camino es por momentos una escalera de lava, el todoterreno llega a inclinarse temiendo por nuestra parte que volcara. Así tres horas y pico. Al principio las risas pero al final te quieres pegar un tiro del traqueteo que llevas, si te relajas un poco te pegas un cabezazo con el cristal...
A las 17:30 llegamos a Dodom. Dodom es la base para las salidas al Erta Ale. Nos recibe un muñeco vestido de militar y la bandera de Etiopía. Dada la cercanía con Eritrea hay un regimiento de soldados, habrá unos 20 pero teniendo en cuenta que aquello son 50 cabañas, están por todas partes. Van llegando los todoterrenos y, mientras se colocan, aprovechamos para pasear entre las cabañas, ya que hasta las 18:30 no nos ponen la cena. El entorno es lo más bonito, destaca el volcán Ale Bagu y el Erta Ale humeante. El poblado está lleno de camellos y de gente con AK47. Tiene unas fotos muy chulas con el volcán de fondo. Lo que más llama la atención es que hay mierda para parar un tren, sobre todo botellas de agua.
Al atardecer los militares quitan la bandera haciendo una especie de ceremonia. La ceremonia tiene un tinte casi cómico, lo que se confirma en el momento en el que, tras mover el AK47 para todos lados, y cuadrarse un par de veces, el militar se gira y grita "Thank you very much!"
Ya casi de noche nos sirven la cena, espaguetis con picante. Preparamos la mochila, nos ponemos los frontales, cogemos dos litros de agua cabeza y, con el brillo del Erta ale en frente, comenzamos a andar. Se ven dos brillos separados, uno es el cráter al que vamos y el otro es uno nuevo que se creó en enero pero que parece ser peligroso y no se visita por turistas. Vamos con dos guardas y los camellos que llevan las cosas para dormir. Al principio llevamos ritmo semanasantero siguiendo los camellos. Una vez dejamos los camellos atrás el ritmo ya es más decente.
Tardamos 3 horas y media en hacer los 10 kilómetros que nos separan de la caldera. Antes de la caldera, a 600 metros de esta, están las cabañas donde "dormiremos”, aunque mejor sería decir" sufriremos", esta noche. Del campamento descendemos a una caldera, andamos 600 metros con el volcán enfrente humeando con un color rojo que ilumina todo. El camino es de lava reciente, de enero de este año cuando rebosó totalmente la caldera. El suelo está lleno de una arenilla que parece virutas de hierro. Por donde pisas va crujiendo de lo porosa que es la capa de lava endurecida, en algún momento se te cuela el pie al ceder la fina capa sobre la que se anda.
TRACK GPS DE LA RUTA
Finalmente llegamos a una zona desde donde nos podemos asomar. Es una auténtica locura que podamos estar ahí. Si te paras a pensarlo no lo haces. Se ve el lago de lava a unos 80 metros y, al lado de este, dos agujeros de fuego que expulsan humo e iluminan toda la zona.
El Erta Ale lleva en erupción desde el 67. Forma uno de los seis lagos de lava permanentes que hay en el mundo. La cuestión es que el lago varía muchísimo. Hace un año la lava cubría toda la caldera hasta quedar a 40 metros del borde. En enero la caldera rebosó y después se vacío, la gente que fue en los meses de enero/febrero/marzo no pudo acercarse a verlo. Posteriormente la caldera volvió a llenarse parcialmente quedándose 60/80 metros del borde, aparecieron además dos chimeneas que la lían parda con el humo. Actualmente la caldera se vacía y se llena cada 30 minutos variando la altura que alcanza. En estas condiciones se puede hacer complicado ver bien la lava, sobre todo por el humo. Si el viento sopla en la mala dirección no podrías verlo por el humo, así que antes de embarcarse en esta odisea hay que informarse bien de la situación del volcán no vaya a ser que nos quedemos con cara de tontos.
En cuanto nos asomamos a la caldera yo me creía que nos íbamos a quedar con cara de tontos. Había mucho humo, y la caldera apenas tenía zona de lava moviéndose con muy poca lava incandescente, afortunadamente la cosa cambió y pudimos ver un espectáculo acojonante. Empezaron a salir borbotones de lava, primeramente tímidos hasta que toda la caldera comenzó a hervir de una forma espectacular saliendo lava por todas partes con burbujas explosivas que lanzaban lava contra la pared. Todo se iluminó de un rojo intenso, aumento el calor y el ruido se hizo fortísimo, como si rugiera la tierra. Lava por todos lados, estábamos unos 15 en el borde del cráter cada uno diciendo "virgen santa" en su idioma. El momentazo fue un borbotón de lava enorme que chocó contra la roca disparando lava por todos lados, tras el que nos quedamos mudos hasta que una canadiense grito "Holy shit". Yo estaba emocionado, me recordó a lo que sentía en el Perito Moreno cuando se desprendían trozos de hielo. Disparates de la naturaleza vamos. Aquí os dejo un vídeo con lo que pude grabar, con la emoción que llevaba no era capaz de centrarme pero algo he rescatado!
Tras unos minutos de locura la caldera comenzó a vaciarse y la cosa se calmó, a partir de ahí se veía un lago de lava desplazándose y algún borbotón esporádico. A la hora nuestro guía dijo de irnos. Nos hicimos los locos y nos quedamos infiltrados en un grupo que acababa de llegar. Coincidimos con dos madrileños que casi se despeñan con los selfies y, tras media hora más viendo la caldera, nos volvimos con otro grupo. Al final hizo un amago de volver a liarse parda pero se quedó en un aumento de la luz y el calor con borbotones pero no tan bestia.
Llegamos a las cabañas a las 00:30 y nos teníamos que levantar a las 4:00... Nos dieron dos colchonetas asquerosas con olor a camello y nos metieron en una cabaña de piedra sin techo, con el suelo de arena, y encima vientazo. Daba tanto asquete que ni sacamos el saco de dormir para no mancharlo. La situación era tal que sacamos un poco de pan y chorizo, para comer antes de dormir, cuando miro al frente y veo un ratoncillo entre las piedras de la pared mirándonos a menos de un metro. Le dimos un trocito de pan bimbo y se fue. En tres horas de pie, se empieza a andar de noche para no andar con el calor e ir todos los 4x4 juntos, nosotros terminamos mañana pero los que siguen no pueden salir más tarde de las 10 de Dodom. El día ha sido duro y largo pero “que nos quiten lo bailao”.